Por Madison Park
(CNN) — La obesidad es una epidemia extensa, incluso en las personas que no tienen un hogar.
Mientras que la imagen popularizada de una persona que vive en la calle es de cuerpos esqueléticos, un nuevo estudio muestra que la realidad no es así. Una de cada tres personas sin hogar (32.3%) en Estados Unidos tiene obesidad, destacando una paradoja hambre-obesidad.
Esta paradoja pueden existir en la misma persona, y aunque se tenga sobrepeso u obesidad, se puede carecer de una nutrición adecuada.
La nutrición es un reto diario para las personas sin hogar, esto debido a que los alimentos que logran obtener a menudo están llenos de conservadores y son altos en sodio, grasas y azúcares. Puede que no tengan acceso a opciones más saludables como frutas y vegetales frescos.
“Es el grupo de menor nivel socieconómico que tiene el mayor problema de obesidad”, dijo Paul Montgomery, uno de los autores del estudio publicado en la Revista de Salud Urbana en Estados Unidos. “Antes nadie veía el problema de las personas sin hogar. Lo que encontramos fue que este grupo tiene un problema significativo de obesidad que no era conocido”.
La tasa de obesidad en una muestra de 5,632 adultos que viven en la calle vista en el Programa de Cuidados de la Salud para las Personas Sin Hogar en Boston, Estados Unidos, fue similar a la tasa vista en la población en general.
“Sólo refleja cómo se ven los estadounidenses en general”, dijo Barbara Dipietro, directora de políticas en el Consejo Nacional de Cuidado de la Salud para las Personas Sin Hogar en Estados Unidos.
“Comprende a las personas sin hogar en general. Están más guiados económicamente. Son familias intactas y personas que están quedándose sin hogar, que no vienen con problemas de salud mental. Cuando vemos a la población sin hogar, creemos que son diferentes, pero son como todos los demás.”
Dos de tres individuos sin hogar tiene sobrepeso u obesidad. El estudio encontró que el 32.6% tenían un peso normal y el 1.6% tenían un peso inferior al normal.
“Aunque el peso inferior al normal ha estado tradicionalmente asociado con las personas de la calle, el estudio sugiere que la obesidad pudo haber reemplazado al bajo peso como la nueva malnutrición de las personas sin hogar”, escribió el autor.
Los investigadores encontraron que el 5.6% de esta población tenía obesidad mórbida, lo que significa que tenían un Índice de Masa Corporal (IMC) mayor a 40. Por ejemplo, un hombre de 113.3 kilogramos que mide 1.67 metros tendrá un IMC de 40, y un nivel superior a 25 es considerado como sobrepeso; y un IMC de más de 30 es considerado como obesidad.
En análisis posteriores, las mujeres sin hogar (42.8%) eran más propensas a tener obesidad que los hombres en esa condición social (29.7%).
“Nuestros resultados están en la línea de la paradoja hambre-obesidad”, dijo Montgomery. “Las personas sienten hambre. La respuesta del cuerpo es acumular las altas calorías que generan obesidad, y sigues sintiéndote hambriento. Es un problema recursivo”.
El cuerpo humano puede acumular calorías, como una respuesta adaptativa cuando las personas no tienen lo suficiente para comer. La respuesta del cuerpo puede contribuir a la obesidad, “volviéndose más eficiente y acumulando más calorías como grasa”, de acuerdo con el informe. También, las personas que no tienen hogar son más propensas a tener falta de sueño y estrés alto, lo que contribuye a la obesidad.
En lo que se refiere a opciones de comida, no tienen muchas. Incluso si tuvieran frutas y vegetales frescos, tienen que almacenarlos o prepararlos.
“Las personas sin hogar no tienen la capacidad de escoger”, dijo Dipietro. “Comen lo que se les da. Cuando no tienes dinero, no tienes una estufa o refrigerador. No tienes un lugar para almacenar la comida o prepararla. Todo lo que compras es fácil de llevar, que puedes guardar en una bolsa para después; esa comida es alta en conservadores como las comidas enlatadas”.
Los tipos de alimentos servidos en comedores de beneficencia están diseñados para alimentar a las masas a un precio bajo y barato, añadió.
“La comida nutritiva es realmente cara comparada con otras opciones de alimentos”, dijo. “Si estás viviendo de cupones de comida, o con programas sociales o de discapacidad, o no tienes nada para vivir, esa es la comida que vas a obtener. No vas a recibir una ensalada”.
Algunas personas se inclinan a comprarle una comida a las personas sin hogar en lugar de darles dinero. El problema de la obesidad no debería disuadir a las personas de tender la mano, dijo.
“Si quieres llevarlos a McDonald’s y comprarles una Big Mac, esa no es la diferencia entre la obesidad y la salud”, dijo. “Puedes comprarles una ensalada. Incluso hay opciones en McDonald’s. Si alguien está dispuesto a crear una conexión con ellos para llevarlos a comprar una taza de café, esa conexión con alguien es la parte importante. En un nivel individual, no vas a hacer una diferencia en su salud con una comida”.