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(CNN) — Mientras otros países tomaron medidas en contra de Siria por la masacre en Houla, China y Rusia reiteraron su oposición a la intervención militar en el país.

Japón y Turquía son los últimos países en expulsar a los enviados sirios de su territorio.

Una docena de naciones, incluido Estados Unidos, han anunciado la expulsión de los representantes diplomáticos de Siria, en una acción coordinada por los más de 100 asesinatos la semana pasada, incluidos niños. Holanda, Australia, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, España, Bulgaria y Canadá están entre esos países.

En algunos casos fueron solo los embajadores; en otros, numerosos diplomáticos. Estados Unidos dio al encargado sirio y a su familia 72 horas para salir, dijeron dos funcionarios del Departamento de Estado. Zouheir Jabbour ha sido el representante sirio de más alto nivel en el país desde que el embajador fue llamado por su gobierno el año pasado.

Según la televisión estatal de Siria, el régimen expulsó al encargado holandés en Damasco, dándole 72 horas para dejar el país.

“Uno no puede tomar decisiones sobre operaciones militares en Siria solo guiado por las emociones”, dijo el viceministro de Exteriores ruso, Andrei Denisov, citado por un reporte de la agencia estatal Itar-Tass.

Denisov respondió a una declaración del presidente francés, Francois Holalnde, quien acusó a Beijing y a Moscú de bloquear los esfuerzos de imponer medidas severas contra el régimen sirio.

China urgió a las partes que se enfrentan en Siria a retomar el diálogo diplomático y respaldar el plan de paz del enviado internacional, Kofi Annan.

“China se opone a la intervención militar y no apoya el cambio de régimen forzado”, dijo Liu Weimin, vocero del Ministerio de Exteriores. “La ruta fundamental para resolver el asunto sirio aún es que todos apoyen completamente los esfuerzos de mediación de Annan y presionen a todas las partes relevantes a llevar a cabo el diálogo diplomático”.

China y Rusia han vetado resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU para condenar el régimen del presidente Bachar al Asad por los ataques contra manifestantes.

El apoyo renovado de estos países a Siria se da mientras las fuerzas del régimen se enfrentan con los rebeldes en varias áreas, incluida la capital, Damasco y su periferia, así como las provincias de Aleppo y Hama.

Un intenso bombardeo destruyó viviendas en Homs, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo de la oposición con sede en Londres. También hubo bombardeos en las ciudades de Douma, Haish y Kafromah, dijo el grupo.

Al menos 13 personas murieron, incluidas cinco en Douma, de acuerdo con los Comités de Coordinación Local, una red de activistas opositores.

Esta semana, Annan se reunió con Al Asad en Damasco para renovar su llamado a que el régimen detenga la violencia contra su pueblo.

El enviado especial de la ONU y la Liga Árabe dijo que expresó las preocupaciones de la comunidad internacional sobre los ataques, incluyendo la reciente masacre de Houla que dejó 108 muertos, entre ellos 49 niños menores de 10 años.

Jean-Marie Guéhenno, el enviado especial conjunto, actualizará al Consejo de Seguridad este miércoles.

Annan dijo que urgió a la oposición a cesar la violencia y que pidió a Al Asad a poner en práctica “medidas audaces ahora —no mañana, hoy— para darle velocidad a la implementación” de un plan de paz que incluye un alto el fuego.

“Si el plan no se lleva a cabo, me preocuparía por el futuro de Siria. Yo me preocuparía por la estabilidad en el país”, dijo. “Si no lo hacemos (la aplicación del plan), que Dios nos ayude”.

Al Asad culpó de los ataques a “grupos terroristas”, a los cuales atribuyó el aumento de muertes y secuestros, informó la televisión estatal Siria.

Pero los residentes en Houla, un suburbio de Homs, dicen que las fuerzas del régimen aterrorizaron a la ciudad.

Un pequeño número de ciudadanos murió por los bombardeos, artillería y fuego de los tanques, mientras que al parecer la mayoría fue ejecutada, dijo Rupert Colville, portavoz de la oficina de Derechos Humanos de la ONU.

Colville dijo que las fuerzas del gobierno estaban involucradas en la masacre, pero el régimen lo ha negado y se comprometió a realizar una investigación.

“Estamos en un punto de inflexión”, dijo Annan. “El pueblo sirio no desea que el futuro sea de derramamiento de sangre y división. Sin embargo, los asesinatos continúan y los abusos están todavía con nosotros”.

Funcionarios de la ONU dicen que más de 9,000 personas, la mayoría civiles, han sido asesinadas desde que las protestas antigubernamentales comenzaron en marzo de 2011. Los grupos de oposición reportan un saldo de más de 11,000.

CNN no puede confirmar el número de víctimas e informes de violencia en Siria porque el gobierno limita el acceso de periodistas extranjeros.

Amir Ahmed y Faith Karimi contribuyeron con este reporte