(CNN) — El video es tan corto como sorprendente. Una mano inclina una botella de vidrio que contiene una masa de salsa de tomate que, en lugar de salir lentamente o quedarse atorada se desliza fácilmente dejando la botella casi sin ninguna mancha.
Publicado la semana pasada, el video de 20 segundos ha sido en visto más de 125.000 ocasiones en YouTube, provocando decenas de noticias e iluminando los espíritus de amantes de la salsa de tomate en todo el mundo.
Pero no es exactamente lo que Kripa Varanasi tenía en mente cuando él y sus estudiantes en el Instituto Tecnológico de Massachusetts en Estados Unidos (MIT, por sus siglas en inglés) se propusieron al desarrollar un nuevo tipo de cubierta resbaladiza que impediría que las gotas de agua se adhirieran a las turbinas de vapor en las centrales eléctricas.
“Nunca pensé que una botella de salsa de tomate hiciera a esto famoso”, dijo Varanasi, un profesor de Ingeniería Mecánica en el MIT. “Estábamos enfocados en resolver los grandes problemas, como el agua y la energía”.
Pero una de las metas del laboratorio de Varanasi en el MIT es desarrollar potenciales productos comercialesy no solo publicar investigación en revistas académicas. La capa, que él y sus estudiantes llaman LiquiGlide, luce tan viable como un producto de empaque de comida, dijo.
LiquiGlide está hecho de un coctel secreto de materiales comestibles y no tóxicos que pueden ser rociados en botellas u otros contenedores de comida. Los videos en el sitio de LiquiGlide lo muestran también realizando su magia deslizante en botellas de plástico de mermelada y mostaza.
“Literalmente puedes rascarlo y comerlo”, dijo Varanasi a CNN en una entrevista. “Es así de seguro”.
Inicialmente, LiquiGlide atrajo la atención a principios de este mes en la $100K Entrepreneurship Competition (Competencia de emprendedores $100K) del MIT, un foro anual para lanzar proyectos académicos al mercado comercial, donde ganó el Premio de la Audiencia. Ahora Varanasi y sus estudiantes responden a solicitudes de entrevistas, hablando con empresas embotelladoras, presentando patentes y planeando lanzar una nueva empresa este verano. Un estudiante graduado del MIT, Dave Smith, será el CEO, dijo Varanasi.
Como lo ve Varanasi, LiquiGlide ofrece varios beneficios: es más conveniente para los consumidores, y hace que reciclar sea más fácil porque las botellas están limpias. También desperdicia menos comida, porque la gente no tendrá que tirar las botellas cubiertas con mostaza que no pueden sacar.
También cree que LiquiGlide tiene aplicaciones prácticas más allá de los condimentos, como cosméticos de marcas caras. ¿Quién quiere desperdiciar preciosas gotas de crema para manos de 50 dólares porque no pueden sacarla de la botella?
“Ha funcionado en todo lo que hemos intentado hasta ahora”, dijo Smith a CNN.
Varanasi y sus estudiantes esperan que su producto esté en los estantes de supermercados en dos años.
Ahora tienen el impulso de su lado, gracias a una idea aparentemente simple, un nicho que nadie se dio cuenta que era necesario llenar y un pequeño video.
“Simplemente se hizo viral”, dijo Varanasi. “El video lo vendió”.