(CNN) — Las butacas alrededor del cuadrilátero de box estaban casi vacías y el combate era meramente una exhibición en tres rounds, pero Dlandy Regalado Ajete peleó como si el título estuviera en juego.
“Si deseas ser un gran boxeador en Cuba debes de estar dispuesto a trabajar duro y a hacer sacrificios”, dijo Regalado momentos después de haber sido declarado ganador.
El empuje que tiene Regalado no es único en Cuba. El boxeo, junto con el béisbol, es una pasión arraigada en la isla de 11 millones de habitantes.
Y a pesar de la escasa población de Cuba, el país es una potencia en los Juegos Olímpicos y ha ganado 32 medallas de oro en este deporte.
Tres de esas medallas de oro pertenecen a la leyenda del boxeo Teófilo Stevenson. Ahora de 60 años de edad, Stevenson ha perdido la rapidez en sus pasos y lleva las cicatrices que le dejaron los años de batallas en el cuadrilátero.
Pero aún le brillan los ojos cuando habla sobre el deporte que lo transformó en un nombre reconocido alrededor del mundo.
“A los cubanos nos gusta boxear debido a nuestro temperamento”, dijo Stevenson mientras se le dibujaba una sonrisa en los labios. “Se debe a nuestra idiosincrasia y porque necesitamos saber defendernos”.
Después de la Revolución Cubana de los años 50, el boxeo fue prohibido por los nuevos líderes por breve tiempo. Entonces cayó bajo el control del gobierno, como le pasó al resto de los deportes. Hoy en día así continúa ocurriendo así, ya que no hay deportes profesionales en Cuba.
En la década de los 60 se llevaron entrenadores de box, muchos de ellos de origen soviético, para que trabajaran con los incipientes talentos como lo era el caso de Stevenson.
El estatus de boxeadores amateurs les permitió a los cubanos competir en los Olímpicos pero sin participar dentro de los conocidos círculos del boxeo profesional, y sin tener acceso a las cuantiosas pagas que ahí se brindan. Stevenson rechazo la famosa oferta por un millón de dólares para pelear contra Muhammad Ali.
Otros boxeadores cubanos han elegido caminos diferentes, desertando y ganando cuantiosas sumas que no estarían a su alcance en su país natal.
A pesar de esas pérdidas, el comisionado para el boxeo en Cuba, Alberto Puig, dice que se cuenta con un gran número de figuras talentosas sobre los cuales escoger.
“Nuestra fuerza viene del corazón, de ser patriotas”, dijo. “Tal vez nuestros boxeadores no tengan millones de dólares pero tienen a 11 millones de cubanos que los apoyan”.
Puig dice que a pesar del legado de los grandes boxeadores del país, espera que potencias como Rusia, Kazajistán y Ucrania sean fuertes competidores en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Él cree que la ventaja de Cuba viene de la habilidad que tiene el gobierno para identificar y cultivar el talento emergente desde temprana edad.
“Podemos decir con total certeza que si en el rincón más apartado de Cuba existe un talentoso boxeador, nosotros lo sabremos y estaremos al pendiente de su progreso”, dijo. “Para que así algún día puede unirse a nuestro equipo nacional”.
El gimnasio de boxeo de Rafael Trejo en La Habana es uno de los lugares donde los jóvenes boxeadores reciben entrenamiento desde temprana edad. Los estudiantes reciben lecciones desde los ocho años dentro del cuadrilátero al aire libre.
Aunque las instalaciones están malgastadas, la instrucción que se les imparte es de clase mundial.
El dos veces campeón olímpico Héctor Vinent Charons se encarga del gimnasio, enseñando a los alumnos cómo se debe tirar y cómo se debe recibir un golpe.
“Lo que hace a los cubanos diferentes es la inteligencia con la que peleamos”, dijo. “Nuestra agresión, nuestras tácticas y la manera en la que nos movemos”.
Vinent dijo que la mayoría de los chicos en Trejo está practicando el boxeo como una actividad después de la escuela. Adquirirán los conocimientos básicos sobre el box y la confianza aunque nunca alcancen la grandeza dentro del cuadrilátero.
Dijo que el boxeo les enseña habilidades que pueden aplicar en su vida diaria.
“Les enseñamos elementos del boxeo pero también a ser patrióticos”, dijo. “Cómo comportarse en el salón de clases o en la calle. No solamente es boxeo”.
Vinent está buscando luchadores jóvenes con empuje y algo que demostrar.
Ya que entre los muchos jóvenes entrenado y bamboleándose en sus clases pudiera encontrarse el siguiente campeón del cuadrilátero, dijo Vinent.