Por Dave Schechter
Nota del editor: Mientras el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el candidato republicano, Mitt Romney, buscan atraer el voto latino, CNN analiza a fondo esta comunidad tan compleja y diversa; qué importa para los votantes latinos y cómo influirá su voto en las elecciones de noviembre.
(CNN) — Henry Cisneros, exalcalde de San Antonio y secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda durante la presidencia de Bill Clinton, insinuó hace tres años durante una entrevista con la agencia EFE que el primer presidente latino de Estados Unidos ya había nacido.
“No sé si él o ella esté en la primaria o en la universidad, o listo para ser elegido a un cargo público. Estoy seguro de que esa persona ya vive, y que en menos de 20 años estaremos listos para tener un presidente latino”, dijo Cisneros, cuya trayectoria hacia los altos niveles del gobierno se vio afectada por un escándalo de índole personal; hoy es director ejecutivo de City View, una compañía que invierte en proyectos de desarrollo urbano.
Cuando llegue el día que Cisneros ha predicho, quien ocupe el Despacho Oval representará a un sector de la población en constante crecimiento. Los latinos (o hispanos, el término oficial) constituían en 2010 el 15.5% de la población; sin embargo, para 2025 se proyecta que conformen el 25% de la población.
La revista digital del Instituto Empresarial Americano, The American, ha descrito al electorado latino como “un gigante dormido” a punto de despertar. Aunque las cifras indican que el porcentaje de electores latinos no se ha mantenido a la par del crecimiento de este sector de la población, algún día tendrán el suficiente peso como para decidir quién ocupará la Casa Blanca y los gobiernos estatales.
La diversidad del voto latino
El sentido común aglutina el término “voto latino”. Sin embargo, dicha comunidad engloba a millones de personas procedentes de decenas de países diferentes y no hablan solo español. No se trata de un grupo homogéneo.
Juan Guillermo Tornoe, propietario de Hispanic Trending, Inc., compañía dedicada al marketing y la publicidad basada en Austin, Texas, y autor del blog Hispanic Trending, espera con ansia el día en que pueda obtener la ciudadanía estadounidense y pueda votar en una elección presidencial. Durante varios años, Tornoe, de origen guatemalteco, llegado a Estados Unidos hace 10 años y hoy residente permanente, ha hablado de las sutilezas de la comunidad latina, información que las compañías comercializadoras de productos (y los partidos políticos que promueven a sus candidatos) necesitan saber.
Tornoe señaló que “no existe un único voto latino; hay diversos votos y candidatos latinos; la sociedad y los medios deben comprender este concepto en su totalidad si es que desean establecer un vínculo con las diferentes partes que componen a la comunidad hispana”.
A Tornoe le avergüenza “cada vez que alguien se refiere a los latinos como un bloque unificado de votantes o como un segmento de mercado homogéneo. Tenemos más diversidad que eso”.
“Existen muchas diferencias entre los hispanos, dependiendo del país de origen o la herencia de cada persona: las preferencias en cuanto a la comida y a la música o las festividades que celebran son los ejemplos más evidentes”, dice Tornoe. “Las palabras que se utilizan en la actualidad para describir personas, situaciones, lugares y cosas también pueden variar enormemente. Encontramos un enorme bagaje ideológico perteneciente al país de origen o la herencia del individuo”.
Frijoles negros vs. frijoles rojos
Para poner un ejemplo en cuanto a las preferencias alimenticias, Frank Unanue Jr., ejecutivo de Goya Foods Florida, una de las mayores compañías alimenticias hispanas del país, señala las diferencias entre las varias etnias del estado de Florida: los frijoles negros y el arroz son populares entre la comunidad cubana de Miami, “sin embargo, más al norte se venden más frijoles rojos, arroz, néctares y jugos de frutas. Todo eso se vende bien”.
Gabriel Sanchez, profesor adjunto de Ciencias Políticas en la Universidad de Nuevo México y director de investigaciones del grupo Latino Decisions, explica la identificación: “En pocas palabras, aunque la mayoría de los latinos prefieren identificarse por medio de su origen nacional, la identidad latina en general es sumamente importante para el comportamiento de la población latina y su relevancia seguirá aumentando mientras la población hispana siga percibiendo hostilidad hacia la comunidad latina en los debates que rodean a las políticas de inmigración”.
En cuanto a las diferencias generacionales, Tornoe declaró: “El punto de vista del mundo cambia radicalmente cuanto más alejadas están las generaciones hispanas a su país de origen o herencia”.
“Los latinos de primera generación (nacidos en el extranjero) han conocido la vida fuera de Estados Unidos, vivieron la experiencia de la migración y en mayor o menor grado han adoptado o se han acostumbrado a la vida en Estados Unidos. Los latinos de segunda generación viven una experiencia mixta, habiendo nacido y crecido en Estados Unidos, pero criados por inmigrantes y por ende ampliamente expuestos e influenciados por la cultura de sus padres. Finalmente, los latinos de tercera generación o más, son los hijos de padres nacidos en Estados Unidos. Tienen fuerte influencia del mercado en general, pero aún mantienen lazos con sus raíces a través de los valores, tradiciones y cultura, heredados de sus padres y abuelos”.
Tornoe, quien espera convertirse oficialmente en ciudadano estadounidense dentro de tres años, habla claro respecto a la ciudadanía: “Nacer ciudadano estadounidense trae consigo una mentalidad completamente diferente a la de un ciudadano naturalizado, un residente permanente (quien puede estar ansioso de volverse ciudadano o simplemente decide nunca serlo), alguien con una visa de trabajo temporal o un inmigrante indocumentado”, dijo. “Todos ellos son parte de la población latina, pero solo un pequeño porcentaje de ellos podrá votar. Para estos últimos, no es lo mismo poder votar que ser un votante registrado y ejercer ese derecho. Uno de los principales problemas de la comunidad hispana es la falta de participación en el proceso democrático”.
La población no significa influencia electoral —al menos no todavía. El encabezado del Houston Chronicle: “La idea del surgimiento del votante hispano se disipa este año”, publicado en abril, hizo notar que el registro y la afluencia de votantes hispanos podría ser menor a lo estimado.
No obstante, no se debe subestimar el rápido crecimiento de este sector de la población. En un artículo de The American se aborda la brecha entre la población y la asistencia.
“Los hispanos han sido el ‘gigante dormido’ de la política estadounidense por décadas. Cada temporada electoral leemos más y más artículos que tratan sobre la importancia de este grupo de ciudadanos y su creciente e impresionante impacto. Sin embargo, por alguna razón el ‘gigante’ no despierta”.
Según la Oficina del Censo de Estados Unidos, se calcula que en el país hay 31.8 millones de hispanos en edad de votar (mayores de 18 años), sin embargo, solo 10.9 millones de ellos (51.6%) se han registrado, en comparación con el 62.8% de los afroamericanos y el 68.2% de los blancos no hispanos.
Un registro sin nombres
Antonio Gonzalez, director del Instituto William C. Velasquez, con sede en San Antonio, declaró para el Houston Chronicle: “Creemos que la recesión y la crisis hipotecaria explica la disminución. Esto ha afectado principalmente a los negros, latinos y gente de clase baja. Cuando la gente pierde su empleo o su hogar, normalmente deben mudarse. Si te mudas, debes volver a registrarte, cosa que sospechamos no sucedió en 2009 y 2010. La ley de las consecuencias imprevistas se aplica en este caso. Esta administración, al igual que la anterior, no tiene la solución a los remates de los hogares. La consecuencia imprevista es la disminución de la afluencia de votantes latinos”.
Los académicos concuerdan en que aumentar el registro es la clave para aprovechar las oportunidades disponibles para influir en el desenlace de la elección de 2012, probablemente más en el Capitolio que en la Casa Blanca.
Gonzalez, quien también encabeza el Proyecto Educativo para el Registro de los Votantes del Suroeste, dijo que aunque solo el 15% del voto latino se halla en los estados clave en la elección presidencial, este año se presentan varias oportunidades para que los latinos aumenten su presencia en el Capitolio.
A la cabeza de la lista de Gonzalez, se encuentra el recién creado 33 Distrito Congresista cerca de Dallas, escaño cuya creación refleja el crecimiento de la población en Texas debido en gran parte al crecimiento de la población latina en el estado.
El Houston Chronicle destacó que, aunque la población hispana en Texas creció en 2.8 millones de personas en la pasada década, el número de votantes hispanos registrados se redujo en 100,000 entre 2008 y 2010.
El 33 Distrito refleja la demografía cambiante del área de Dallas, según Gonzalez. “Dallas se está latinizando: la población del 33 Distrito se compone en casi dos terceras partes de latinos”.
Matt Barreto, de la Universidad de Washington, dice que el problema es un “déficit de registros”, y señala que en estados como Carolina del Norte y Virginia la disminución evita, o por lo menos retrasa, que el voto latino alcance todo su potencial.
Barreto, cofundador de Latino Decisions, calcula que el 70% de los votantes latinos apoyarán al presidente Barack Obama, a pesar del fracaso de la reforma de la ley de inmigración. Una vez más, señaló, el asunto es la afluencia, que comienza con el registro.
En cuanto a la inmigración, comúnmente considerada como sumamente importante para los latinos, Barreto dice que para la mayoría de los latinos tienen mayor importancia los temas de economía y empleo, sin mencionar la educación y los servicios de salud.
A final de cuentas, el asunto se reduce a lo que se puede hacer para aumentar el registro de votantes latinos y la afluencia a las votaciones. Gustavo Razzetti, encargado de estrategia y relaciones en Grupo Gallegos, con sede en Los Ángeles, señala que el miedo y la apatía podrían estar afectando a la asistencia.
“La respuesta más obvia es la falta de información”, dice Razzetti, quien cuenta con más de 20 años de experiencia en los mercados de Estados Unidos y Latinoamérica. “No comprender el funcionamiento del sistema y el temor de faltar al trabajo encabezan la lista. Sin embargo, cuando se analizan otras razones (residentes legales que no han adquirido la ciudadanía o que creen que su voto no cuenta), pareciera que uno de los factores más importantes es que a los latinos no les interesa. No lo digo de forma negativa, simplemente no creen que su voto afectará a su vida cotidiana; entonces, ¿para qué votar o adquirir la ciudadanía?”
Razzetti ofrece un consejo: “Los candidatos y los partidos necesitan esforzarse para acercarse a los latinos. Necesitan entender que educar a los latinos es tan solo el primer paso”.
Razzetti sugirió aplicar ideas inusuales como el uso de “camiones de votos” parecidos a los camiones de comida, “para votar afuera de los mercados” o introducir las votaciones en las tramas de las telenovelas en español para estimular el interés, el registro y en suma, el voto.
“Hay lugar para un verdadero líder que logre inspirar a los latinos a asumir un rol cívico más activo y a apoyar a su comunidad. La participación política debe ser estimulada desde los hogares, las escuelas y la comunidad en general”, dijo. “La familia y los amigos juegan un papel muy importante para animar a otros familiares y amigos a que voten. Las organizaciones deben tomar esto en consideración como parte de su estrategia de contacto”.