(CNN) — “Sólo queremos adoptar una autopista”, declaró April Chambers, secretaria de la sección del norte de Georgia, en el sur de Estados Unidos, del Ku Klux Klan. “No buscamos la publicidad. Queremos mantener hermosas las montañas. No está bien que la gente arroje su basura al lado del camino”.
Para muchos estadounidenses, el Ku Klux Klan ha sido un símbolo del terrorismo, del racismo y del mal en estados Unidos, sinónimo de cruces ardientes, linchamientos y hombres encapuchados.
Aún hoy, el grupo suscitó una ruidosa discusión cuando una sección local quiso ejercer su derecho a adoptar una autopista en el norte de Georgia, petición que fue denegada recientemente.
¿Es este esfuerzo por adoptar una autopista el inicio de la era del nuevo Klan —más amable y gentil— o es simplemente un intento por atraer la atención? ¿Cómo es hoy el Klan, luego de más de 150 años de existencia?
Chambers declaró el lunes a CNN: “No somos racistas. Tan sólo queremos estar con gente blanca. Si eso es un delito, entonces no sé. Es correcto ser negro o latino y estar orgulloso, pero no puedes ser blanco y estar orgulloso. No lo entiendo”. Harley Hanson, quien presentó la solicitud para adoptar la carreta a nombre del Reino Internacional de los Caballeros de Keystone de Georgia, coincidió: “Amo mi raza. ¿Acaso eso significa que estoy equivocado? Estoy orgulloso de ser blanco”, dijo al diario Atlanta Journal-Constitution.
Hoy, cuando se habla con los líderes del Klan, no se escuchan epítetos raciales o denuncias en contra de algún grupo étnico. Frank Ancona, gran mago imperial de los Caballeros Tradicionalistas Americanos del Ku Klux Klan, dijo: “No odiamos a nadie. En realidad, el Ku Klux Klan es una organización que cuida de los intereses de la raza blanca. Es una hermandad, y hacemos buenas obras”.
Las declaraciones de Ancona contrastan con los actos criminales con los que se ha asociado históricamente al Klan derivados de las imágenes intimidatorias de figuras encapuchadas y cruces ardientes iluminando la oscuridad de la noche. Ancona agregó que “cuidamos primeramente los intereses de nuestras familias, es un instinto natural y creo que otras razas piensan lo mismo”. Después de todo, ¿cómo se puede culpar a alguien por cuidar de sus seres queridos o limpiar una carretera nacional?
“Mark Potok, editor en jefe del Intelligence Report, publicación que monitorea a grupos discriminatorios y extremistas para el Centro Legal Southern Povert, señaló que “estos grupos quieren aprovechar la publicidad que obtendrán de esto; no tiene nada que ver con mejorar el mundo”. Potok concluye que no se trata de un Ku Klux Klan más amable y gentil, sino que simplemente se están adaptando a los tiempos. Señaló que “hasta el Klan se da cuenta de que es imposible volver a hacer de Estados Unidos un país totalmente blanco”.
En sus inicios, el grupo era una fraternidad fundada por veteranos del Ejército confederado al terminar la Guerra Civil. En su apogeo, el Klu Klux Klan estaba compuesto por políticos, magnates de la publicidad, periodistas, empresarios y mujeres con gran influencia política y social. En la década de 1920, sus miembros aumentaron de cuatro a cinco millones, crecimiento alimentado en parte por el éxito de la película muda El nacimiento de una nación, en la que se exaltaban las virtudes del Klan. El grupo resurgió durante la era de la defensa de los derechos civiles. En la actualidad, existen entre 4,000 y 5,000 miembros en Estados Unidos.
Ancona declaró: “Me pregunto por qué nos consideran un grupo discriminatorio. ¿A quién odiamos? Sabemos cuál es la percepción; la gente nos odia”.
Durante una conferencia vía telefónica, Ancona insistió en que no se está “reinventando” al Ku Klux Klan, sino que se están enfocando en los valores originales del Klan que han sido distorsionados por algunos miembros rebeldes y la equivocada representación en los medios. “Estamos haciendo todo lo posible por disipar la imagen negativa”, dijo Ancona. “Si nos enteramos de que alguno de nuestros miembros es acusado de un crimen o de conducta inmoral, probablemente le llamaremos la atención y lo estaremos observando de cerca. Tenemos un proceso de selección muy riguroso. Hablo tan solo en nombre de los Caballeros Tradicionalistas, ninguno de nuestros miembros es un criminal”.
Ancona publica mensajes en Twitter, tiene unos cuantos seguidores y habla muy en serio sobre las tradiciones del Klan. Cuando se refiere a los lineamientos bajo los que procura vivir, lo hace con una convicción especial. “Jesucristo es nuestro modelo a seguir. Si leen Romanos 12:1-2, encontrarán el lineamiento por el que debería regirse el Klan”, explicó. “Nosotros no quemamos la cruz, iluminamos la cruz para demostrar que Cristo es la luz del mundo”.
Cuando se le preguntó por qué las masacres históricas convergen con las enseñanzas cristianas de amar al prójimo, respondió que las críticas que el grupo enfrenta son similares al desprecio que recibe su ejemplo. “Lo hacemos a sabiendas de que seremos odiados y despreciados, nos sacrificamos y servimos porque es correcto: seguir los principios que Jesús de Nazaret nos enseñó, y asegurarnos de que nuestros hijos y nietos reciban la América que teníamos”.
Siendo contratista independiente, Ancona dice que su labor como líder de la sección del medio oeste no es remunerada. Lo hace “porque creo que hago algo bueno por mi prójimo”. Ancona cree que no hay nada de malo en los estatutos del Klan y alega que aunque la organización ha tenido “un oscuro pasado”, se puede comparar con los actos de algunos sacerdotes católicos o con un productor que realiza filmes engañosos sobre la historia de George Zimmerman: no se puede juzgar al todo por las partes. “Me gustaría que a gente supiera que estamos presentes y que no deben temernos. El Klan cuida de la raza blanca, preserva nuestros derechos y nuestra historia. El Klan cuida de América como lo hicieron nuestros ancestros”.
Mark Pitcavage, quien dirige una investigación de la Liga Anti-difamación, presenta al grupo de Ancona como “una especie de cúpula” del Ku Klux Klan actual. Pitcavage inició su carrera de historiador militar investigando a los milicianos minutemen y posteriormente a los extremistas de derecha. Presenta al Klan como “un grupo de extremistas que defienden la supremacía de los blancos motivados por la creencia de que la raza blanca está en peligro de extinción”.
Dice que la supremacía blanca está compuesta principalmente por cinco movimientos: los neonazis, los grupos tradicionales a favor de la supremacía blanca, los skinheads racistas, las pandillas racistas de las prisiones y la Identidad Cristiana, grupo cuyos partidarios creen ser descendientes de las tribus perdidas de Israel.
En la actualidad, el Klan no es un grupo uniforme y se le considera como uno de los principales grupos tradicionalistas defensores de la supremacía blanca que surgieron durante la era de la lucha por los derechos civiles. Pitcavage señaló que “ya no existen las condiciones que habían durante los cincuenta y sesenta. La supremacía blanca ya no está a cargo. Ahora pelean por la supervivencia misma de la raza blanca y para proteger, deben pelear. Esta es la diferencia fundamental entre el Ku Kux Klan de 1950 y el de hoy, en pleno siglo XXI”.
Durante los últimos 60 años, algunas secciones del Klan se han esforzado por involucrarse en más proyectos cívicos, como la adopción de autopistas. Los Caballeros del Ku Klux Klan —el grupo de Harrison, Arkansas, una vez dirigido por David Duke— lo intentó. Otro grupo en Missouri ganó una demanda que le permitió adoptar una carretera; el caso más reciente es el del grupo del norte de Georgia al que le fue negado dicho permiso.