(CNN) — Puedo verlas flotando en mi patio en Brooklyn: pequeñas luces amarillas que tintinean al anochecer, asemejando las luces de los encendedores en un concierto de rock.
Las luciérnagas pertenecen a un exclusivo grupo de criaturas que presentan el fenómeno conocido como bioluminiscencia.
En términos simples, la bioluminiscencia es una técnica que ciertos organismos han desarrollado para generar energía en forma de luz gracias a una reacción química. En esta reacción generalmente está presente un químico llamado luciferina.
Las luciérnagas son únicas porque la mayoría de las criaturas bioluminiscentes, el 80% de ellas, vive en el mar. En tierra, solo ciertos insectos y hongos son bioluminiscentes.
En Inglaterra no existen las luciérnagas, sino lo que se conoce como glow-worms o gusano brillante, aunque en realidad no es un gusano, sino un insecto que no vuela. Son difíciles de ver ya que usualmente están ocultos entre las plantas. Por consiguiente, la mayoría de los ingleses te dirá que el único recuerdo que tienen de un gusano luminoso durante su niñez es de cuentos para niños.
Hace algunos años en Lombok, una pequeña isla junto a Bali, en Indonesia, fui a nadar a medianoche y comencé a sentir un extraño cosquilleo. Sumergí la cabeza en el agua y pasé mi mano frente a mí; fue como ver una Vía Láctea líquida en miniatura.
El rastro de chispas que deja el movimiento de tu mano en el agua es causado por un organismo unicelular llamado dinoflagelado. Es un misterioso organismo que los científicos aún no comprenden totalmente. Es un tipo de plancton, y aunque se alimenta de sus presas y tiene movimiento voluntario como los animales, también puede convertir los rayos del sol en alimento usando la clorofila de misma forma que las plantas.
Sin embargo, si deseas ver a las más criaturas bioluminiscentes más geniales tienes que ir a aguas profundas, permanentemente oscuras, donde el 80% de las criaturas son bioluminiscentes.
A menos que seas James Cameron, probablemente no podrás costear un viaje al fondo del mar.
Pero no te desesperes. Puedes ir al Museo Americano de Historia Natural en Nueva York, Estados Unidos, y ver la exhibición Criaturas de la Luz: la Bioluminiscencia en la Naturaleza, que termina hasta el 6 de enero de 2013.
Aquí las luciérnagas se codean con las criaturas de las profundidades. El rape (o anglerfish) es un pez de apariencia horrible con una espina dorsal modificada que sale de su frente y parece una caña de pescar. Esa protuberancia cuenta con un señuelo que emite luz propia, producida por bacterias.
Como la mayoría de las criaturas que viven en el fondo del océano, el rape emana una luz azul que es más fácil de captar a estas profundidades.
Una excepción es el pez ‘dragón semáforo de quijada suelta’ (stoplight loosejaw dragonfish), el cual emana una luz roja debajo de sus ojos. Recibe su nombre del hecho que su mandíbula puede dislocarse de su boca cuando está cazando a su presa. Se parece al extraterrestre de la cinta Depredador.
La exposición incluye una pequeña réplica de una cueva en Nueva Zelanda donde miles de larvas voladoras han convertido el techo en un festival de estrellas. Si viajas a Nueva York y tienes una tarde libre, ve a verla. Si no, planea un viaje o ve a tu patio trasero.