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EL CAIRO, Egipto (CNN) – Horas después de que fue declarado como el primer presidente electo por la vía democrática en Egipto, Mohamed Morsi se comprometió el domingo a representar a todos los egipcios, y pidió a los ciudadanos que dejen de lado sus diferencias y se unan por el bien común.

“Esta unidad nacional es la única forma de sacar a Egipto de esta crisis”, expresó.

Morsi agradeció a los “mártires” que encabezaron la revolución del año pasado, y que lograron que Hosni Mubarak dejara el poder. “Esta sangre no será en vano”, dijo en un discurso televisado a nivel nacional.

También expresó su admiración y su agradecimiento hacia los militares, policías, jueces y otras personas en el gobierno egipcio por su trabajo en nombre de la nación. “Tengo que saludarlos porque ellos tienen un papel en el futuro” de Egipto, dijo.

“Vamos a preservar todos los acuerdos nacionales e internacionales”, expresó Morsi. Además se comprometió a “proteger los derechos de las mujeres y los niños”, tanto cristianos como musulmanes.

El anuncio del triunfo de Morsi generó manifestaciones a favor en la plaza Tahrir, en El Cairo.

Las autoridades egipcias estaban “en alerta”, preocupadas por las reacciones en caso de una victoria de Shafik. En lugar de eso y pese al calor de 37 grados, se vive un ambiente festivo en la capital.

Tras su victoria, el político anunció su renuncia al Partido de la Libertad y la Justicia y a la Hermandad Musulmana, en un aparente esfuerzo por enviar un mensaje de que representará a todos los egipcios.

Morsi obtuvo 13 millones de votos, mientras que el último primer ministro del régimen de Hosni Mubarak, Ahmed Shafik, obtuvo 12 millones, según autoridades electorales.

Terminó con poco menos del 52% de los votos, mientras que Shafik obtuvo un poco más del 48%, según las autoridades.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llamó a Morsi para felicitarlo y se comprometió a “respaldar la transición de Egipto hacia la democracia y a apoyar al pueblo egipcio”.

En tanto, el Partido de la Libertad y la Justicia, de la Hermandad Musulmana, se refirió en Facebook al resultado de la elección como “un tributo a los mártires de la revolución”.

“Seguiremos caminando en el sendero”, afirmó la organización.

En Twitter, la Hermandad Musulmana dijo que la “batalla por la democracia” y la justicia no ha terminado y que seguirán en Tahrir.

La presidencia es una figura simbólica, ya que los gobernantes militares del país mantienen el control.

Aún así, el voto es “un momento histórico”, dijo Abdul Mawgoud Dardery, miembro del Partido de la Libertad y la Justicia.

“Hemos esperado por esto durante 7,000 años”, dijo. “Por primera vez en la historia tenemos a nuestro presidente, elegido por nosotros. El poder de la gente está ahora en las manos del presidente, y el presidente debe moverse hacia adelante”.

Amr Moussa, quien sirvió como ministro de Exteriores para Mubarak y buscó la presidencia, felicitó a Morsi. Antes había dicho que el ganador debería establecer un gobierno emergente de tecnócratas entre seis meses y un año.

El gran mufti Ali Gomaa y el jefe de la autoridad religiosa Al Azhar, Ahmed al-Tayeb, felicitaron a Morsi también, de acuerdo con medios estatales. Ambos son figuras musulmanas clave en el país, designadas por Mubarak.

El secretario de Exteriores británico, William Hague, tuiteó que espera que Morsi “muestre pronto un liderazgo en las reformas democráticas y económicas”.

El anuncio de este domingo ocurre después del discurso de Farouq Sultan, jefe de la Comisión Presidencial, en el que defendió el proceso electoral, habló sobre irregularidades y explicó cómo fueron manejadas.

Ambos candidatos se habían acusado mutuamente de fraude y los dos declararon victoria antes de conocerse los resultados.

Funcionarios que llamaron a la calma este domingo, antes del anuncio, advirtieron que estaban preparados para usar la fuerza en contra de la gente que atacara edificios gubernamentales.

Las manifestaciones a favor de la Hermandad Musulmana muestran escenas por las cuales algunas personas hubieran sido enviadas a la cárcel bajo el régimen de Mubarak.

Pero en un país dividido entre dos candidatos, hay también inconformes con el resultado.

Un grupo de simpatizantes de Shafik en un hotel de El Cairo expresó su decepción. Uno tiró algo a una pantalla, mientras se anunciaba el resultado.

Manal Koshkani dijo a CNN que ella y otros “temían” la dirección que Egipto podría tomar con el partido islamista.

“Espero ver un mejor futuro” con Morsi, dijo. “Lo dudo mucho”.

Wael Ghonim, quien ayudó a organizar el levantamiento del 2011, tuiteó: “El primer presidente civil elegido en la historia moderna de Egipto. La revolución continúa”.

La Hermandad Musulmana advirtió de una manifestación a largo plazo en caso de que Shafik fuera declarado ganador.

El anuncio llega después de preocupaciones de que Shafik le diera nueva vida a la vieja guardia y esencialmente nulificara los avances democráticos tras la revolución del año pasado que terminó con el régimen de Mubarak.

“¿Realmente habremos tenido una revolución si gana Shafik?”, escribió el novelista Alaa al-Aswany en su cuenta de Twitter. “Para enésima vez, esta no es una batalla entre los militares y la (Hermandad) Musulmana, es una batalla del pueblo egipcio con el régimen militar que nos gobernó con puño de hierro por 60 años”.

Como Mubarak, Shafik es un ex oficial de la Fuerza Aérea vinculado con el poderoso Ejército egipcio y es el “candidato de la contrarrevolución por excelencia”, dijo Khaled Elgindy, de la Brookings Institution en Washington.

Morsi, un ingeniero educado en Estados Unidos, “representa el ala vieja y más conservadora de la Hermandad y abiertamente apoya una visión islámica estricta”, dijo Isobel Coleman, del Consejo de Relaciones Exteriores.

Pero en una entrevista con CNN, Morsi dijo: “No hay tal cosa llamada democracia islámica. Solo hay democracia… La gente es la fuente de autoridad”.

Un funcionario de seguridad nacional dijo que se esperaba violencia en caso del triunfo de Shafik.

“En caso de que Shafik gane, esperamos algunos problemas en las calles y en (la plaza) Tahrir, que enfrentaremos con mano dura, de acuerdo con instrucciones que recibimos”, dijo el teniente coronel Usama Emam.

“Estamos en alerta máxima y hasta ahora no hay evidencia de una amenaza inminente o un plan de sabotaje de parte de grupos islámicos extremistas”, dijo Emmam.

Las autoridades egipcias arrestaron a “elementos” del grupo palestino Hamas durante la semana pasada y “aún estamos rastreando a miembros fugitivos que entraron por el Sinaí hasta El Cairo”, dijo Emam.

Más de 1,800 ambulancias fueron desplegadas en todo el país como una medida preventiva, reportó la agencia estatal EgyNews. También informó que el Ministerio del Interior destacó la necesidad de respetar las protestas pacíficas.

Al mismo tiempo, esta dependencia advirtió que no toleraría ningún disturbio en contra de las autoridades después del anuncio de este domingo.

“El ministro Mohamed Ibrahim dio la orden a las fuerzas policiales de disparar a contra cualquiera que intente atacar las estaciones de policía después de los resultados”, informó el vocero del Ministerio, Marwan Mustapha. “Se ha aumentado la seguridad en las calles (de El Cairo) aledañas a la plaza Tahrir, para proteger edificios gubernamentales”.

La Hermandad Musulmana informó que llevaría a cabo una protesta “sin término definido, a largo plazo, en la plaza Tahrir”, con baños hechos de ladrillos, comida diaria y seguridad en las entradas de la plaza, según Jihad Haddad, consejero político de este grupo.

Haddad dijo que desaprobaban el nuevo decreto constitucional del órgano militar que gobierna el país, así como la ley marcial de facto.

Los líderes militares de Egipto han dicho que no revertirán los tan deplorados cambios constitucionales y judiciales, y advirtieron sobre manifestaciones relacionadas con las elecciones.

“Enfrentaremos a cualquiera que desafíe a los sectores públicos y privados con un puño de hierro”, dijo el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas.

Este mes, el Tribunal Constitucional de Egipto disolvió la cámara baja del Parlamento, lo que amplía el poder de los militares y genera acusaciones de un golpe de Estado.

A la tensión electoral se suma la pregunta de cuánto poder tendrá en realidad el nuevo presidente ahora que el consejo militar tiene plena autoridad legislativa.

Según una declaración constitucional interina, los militares conservan la facultad de hacer leyes y tomar decisiones presupuestales hasta que haya una nueva constitución y un nuevo parlamento.

La declaración indica que los miembros del Consejo Supremo “decidirán todo lo relativo con asuntos militares, incluido el nombramiento de sus líderes”. El presidente tiene el poder de declarar la guerra, pero solo “después de la aprobación” del Consejo Supremo, según el documento.

El consejo militar ha señalado que no está a favor de una entidad política y que respeta los derechos de los egipcios a protestar, pero destaca la importancia del respeto a la autoridad.

El Consejo Supremo urgió a los grupos políticos a respetar la democracia y “abstenerse de todos los actos posibles que puedan llevar al país a un caos total”.

El líder de la reforma egipcia, Mohamed ElBaradei, ex jefe de la agencia de control nuclear de Naciones Unidas y premio Nobel de la Paz, dijo que si Shafik era declarado ganador, “estaríamos frente a mucha inestabilidad y violencia… un levantamiento mayor”.

Mohamed Mahsoob, un profesor de leyes en la Universidad de Menofiya y miembro del partido El Wasat, tuiteó: “La revolución triunfará, incluso si el nuevo presidente electo está bajo las expectativas, porque tendremos el derecho de cambiarlo. Pero la revolución no será exitosa si tenemos a un presidente del viejo régimen que destituimos, porque trabajará en buscar regresarlo y revertir los logros”.