(CNN) — Willow, la hija de once años de Will Smith y Jada Pinkett Smith, recientemente causó revuelo en las redes sociales al publicar en Instagram una foto de sí misma con una perforación en la lengua.
Una persona con nombre de usuario asapniceee escribió en Instagram: “es demasiado joven para semejante perforación tan provocativa. ¿Por qué sus padres dejaron que se perforara la lengua?”.
Tifaneybabeyy escribió en la red para compartir fotografías: “Willow, a tu edad no considero que debas tener una perforación, especialmente ahí”.
Mariajx91 escribió: “Tal vez deberías dejar de apurar tu crecimiento, Willow. Es de mal gusto. Tienes 11, y para ser honestos, eso no se ve bien a ninguna edad. Espero que sea falso”.
Aunque Willow dijo después que en realidad se trataba de una perforación falsa (un arete magnético para la lengua), la gente ya estaba dando su opinión una y otra vez sobre si los jóvenes son muy vulnerables como para tomar decisiones permanentes, con el potencial de marcar por siempre sus cuerpos. El problema: ¿qué es ser considerado demasiado joven?
En junio, Jerry Garrison, un abuelo de Florida, Estados Unidos, perdió la custodia de su nieto de 10 años después de permitirle hacerse un tatuaje con sus iniciales en la pierna derecha. Una ‘tradición familiar’ según dijo Garrison.
Según las leyes de Florida, una persona menor de 16 años no puede tatuarse a menos que lo requiera por “motivos médicos o dentales”, y cualquiera entre 16 y 18 años sólo puede tatuarse con el consentimiento de un padre o tutor.
La ley fue modificada en enero del 2012, pues antes se permitía que los menores de 16 años se tatuaran mientras tuvieran el consentimiento de sus padres.
La mayoría de los estados permiten tatuajes y perforaciones para jóvenes mayores de edad, que es de 18 años en gran parte de Estados Unidos, mientras tengan permiso de sus padres, aunque algunos estados han hecho mayores restricciones.
En México, las personas de 18 años no pueden realizarse tatuajes o perforaciones, a menos que cuenten con la autorización de sus padres, según el artículo 268 de la Ley General de Salud.
Los expertos en desarrollo infantil contactados por CNN concuerdan en que esta es una buena edad para permitirles a los jóvenes adultos decidir si desean realizar modificaciones permanentes en su cuerpo, pero también dicen que la edad es sólo un número y que la madurez es un mejor parámetro para tomar en cuenta.
Cerebros jóvenes y arriesgados
El psiquiatra Daniel Bober, profesor clínico asistente en el Centro de Estudios de la Niñez de la Universidad de Yale, dice que “el cerebro de una persona joven aún está desarrollándose y tienen menos aversión a los riesgos, son más impulsivos y propensos a tener comportamientos de riesgo”.
“Esto se debe a que la última parte del cerebro que se desarrolla es aquella que indica ‘cuando poner el freno’ antes de hacer algo potencialmente peligroso o dañino”.
“Los tatuajes, por ejemplo, tienen cierta credibilidad de estilo ya que reflejan la voluntad de ‘cambiar de piel’. Son muy atrayentes para las personas de 22 años”, dijo Victoria Pitts Taylor, profesora de sociología en la Universidad Estatal de Nueva York y autora de In the Flesh: the Cultural Polítics of Body Modification (En Carne Propia: la Política Cultural sobre las Modificaciones Corporales).
“El compromiso estético requerido probablemente se extiende demasiado en el futuro de una persona joven, ¿cómo saber si serán el tipo de persona a la que le gustarán los tatuajes a los 30, 40 o 50 años? Pero es precisamente ese riesgo lo que los hace tan atrayentes”, dice Pitts.
Hillary Kevilus reconoce ese compromiso estético hoy en día, pero era distinto cuando se hizo su primer tatuaje a los 15 años.
“Acababa de romper con mi novio, el amor de mi vida, así que el dibujo es de un corazón con una daga que lo atraviesa en la pantorrilla derecha. Es enorme y es un horrible recuerdo de una dolorosa infancia y malas decisiones que tomé de adolescente”, compartió Kevilus en la página de Facebook de CNN.
Sin embargo, John A. Haynes dice que son precisamente esos recuerdos lo que hace que no se arrepienta de su decisión de hacerse un tatuaje a los 17 años.
“No me arrepiento de mis tatuajes. Cada uno de ellos me recuerda en dónde estuve en ciertas etapas de mi vida, lo que pensaba en ese entonces. Es como tener un álbum de recortes, sólo que está en mi cuerpo y no acumulando polvo en una repisa ocupando un espacio”, dijo a través de Facebook.
“El cuerpo de los niños es especialmente susceptible a este tipo de costumbres sociales. Se les permite modificar su cuerpo siempre y cuando no se salgan de los patrones establecidos, y vemos como nuestra labor el criarlos con este tipo de ideologías sociales”, dijo Pitts.
También dice que esta doble moral atrae a los menores. “Los niños son muy buenos en detectar este tipo de hipocresías”.
El médico Timothy M. Jochen, del Centro de Cirugía Cosmética y Contorno Dermatológico, en el sur de California, dice que lo visitan pacientes jóvenes, como de 20 años, que buscan quitarse sus tatuajes. Tres de los motivos principales para hacerlo son: relaciones, trabajo y maternidad.
Casandra Martins se hizo su primer y único tatuaje a los 15 años con el permiso de su madre y comenzó a arrepentirse de habérselo hecho cuando entró a la universidad. Fue entonces que decidió quitárselo con láser.
“Nadie menor de 18 años sabe qué es lo que desea permanentemente. Me dan escalofríos cuando oigo a los jóvenes hablar sobre hacerse un tatuaje. No creo que comprendan bien el concepto de ‘permanente’ o ‘para siempre’”, dijo.
“No creo que la remoción de un tatuaje con ayuda de láser sea considerado un procedimiento que cambie tu cuerpo, lo veo como algo que ayuda a restablecer a la persona”, dijo Jochen. A menos que se trate de un procedimiento que cambie la calidad de vida, como un bypass gástrico, ella, como Bober y Pitts-Taylor, cree que lo mejor es que los jóvenes adultos esperen a tener una edad legal para llevar a cabo cualquier actividad que modifique sus cuerpos.
En última instancia, el que los jóvenes lo hagan no es lo importante, sino por qué lo hacen.
“Es importante para los jóvenes desarrollar lo que está en su interior y no les importa demasiado lo que los demás piensen al respecto”, dice Bober. “Al final del día tienes que sentirte bien con quien eres y frecuentemente un cambio cosmético no cambiará lo que hay debajo”.