Cada una de las franquicias de "La era del hielo" ha recaudado más dinero que la anterior.

Por Tom Charity

Nota del Editor: este artículo puede contener información importante de la trama de la película. Si no la has visto, te recomendamos no seguir leyendo.

(CNN)—Tal vez no sea una prueba concluyente del cambio climático, pero casi cada dos años llega una nueva secuela de La Era del Hielo a las salas de cine con aire acondicionado alrededor del mundo.

Cada una ha recaudado más dinero que la anterior, por lo que una cuarta película era inevitable: La Era del Hielo 4. Aunque hay señales que revelan un agotamiento creativo.

La franquicia comenzó como una versión prehistórica —basada en el viejo western de John Ford, Three Goodfathers— donde aparecen un peludo mamut, un perezoso y un tigre dientes de sable llamados Manny, Sid y Diego, respectivamente, quienes intentan llevar a un bebé humano huérfano a un lugar seguro.

Ahora, la historia ha evolucionado (o tal vez “retrocedido”), en una cadena de aventuras rudimentarias intercaladas, con personajes que presentan rasgos de una comedia de situaciones, vinculado más a las ocurrencias del equipo de redacción que a una trama real.

La tercera parte se desarrolla en la madriguera de un dinosaurio. En esta última película, un desafortunado incidente con una bellota en el centro de la Tierra propicia un reacomodo tectónico. Cuando los continentes se separan, Manny y los chicos quedan atrapados en un iceberg que se dirige a mar abierto y solo están acompañados por la loca abuela de Sid.

El viaje de Manny para reunirse con su esposa Ellie y su hija adolescente Peaches es interrumpido por una banda de viles piratas liderados por el Capitán Gutt, un orangután.

Quien haya considerado como una buena idea alargar este tipo de series agotadas ante la existencia de una franquicia rival igualmente alargada (sin mencionar la travesura de piratas de Aardman Animations), tal vez para la siguiente película pueda incluir a un chico araña que tira redes, ya saben, para mantener las cosas frescas.

La animación es dinámica y vigorizante, pero la historia simplemente da vueltas mientras esperamos que el cielo se caiga. Para ser sinceros, es genial que la Twentieth Century Fox distribuya una película que trata sobre los peligros del cambio climático. “¿No les preocupa que este sea el fin del mundo?”, alguien pregunta a una poco inteligente pareja de mamíferos. “Mh-mh”, responden. “Creo que podemos contarte nuestro secreto… somos realmente, realmente estúpidos”.

Al igual que la historia de Shrek, estirada hasta el punto de quiebre, La Era del Hielo ha acumulado demasiados personajes con poco quehacer y tantas voces famosas (en español y en inglés) solo pueden ser una forma de compensación.

Pero hay un problema mayor: el trío de protagonistas ha sido tan domesticado con el paso de los años, que cualquier rasgo cómico que solía tener fue nulificado hasta convertirse en personalidades suaves.

El solitario Manny es ahora un aburrido padre sobreprotector; el agresivo Diego solo es un enorme gatito. Solo el poco inteligente Sid se ha mantenido fiel a su personalidad y es quien entretendrá a los niños mucho más que sus padres. (Que quede claro: todo lo que me disgustó de esta película —la historia secundaria de la mamut adolescente tonta y su romance, el iceberg propulsado y, especialmente, el desesperante Sid— fueron lo mejor para mi hijo de siete años).

Como en las primeras películas, las características cómicas más memorables las tiene la ardilla muda, Scrat, cuyos infortunios al estilo de los Looney Tunes son siempre bienvenidos como una buena distracción, incluso cuando ya hemos visto demasiado de este material en los avances.

Mejor que todo esto son los cinco minutos del corto en tercera dimensión de Los Simpson (The Longest Daycare) que aparece antes de la función. Un nuevo vehículo para la bebé Maggie, un ingenio visual que se remonta a la época del cine mudo para encontrar inspiración. A pesar de eso, mi hijo lo detestó.