WASHINGTON (CNN) — Mientras que las muertes de Osama bin Laden y otros líderes de al Qaeda han debilitado a la red terrorista, el surgimiento de grupos afiliados en Medio Oriente y África representa una grave amenaza para la seguridad de Estados Unidos, según el informe anual sobre terrorismo del Departamento de Estado dado a conocer este martes.
“Aunque el núcleo de al Qaeda está más débil, hemos visto el surgimiento de grupos afiliados en todo el mundo. Entre estos grupos afiliados de al Qaeda está al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) que representa una amenaza particularmente grave”, se afirmó en el reporte.
El panorama general del terrorismo en todo el mundo indica que el asesinato de Bin Laden ocurrido el año pasado durante una redada en su residencia en Abbottabad, Pakistán, junto con el asesinato de los principales miembros de al Qaeda en ese país, demuestran que la red está en un camino de decadencia que será difícil de revertir.
Sin embargo, se advierte que “a pesar de los golpes en el oeste de Pakistán, al Qaeda, sus afiliados y sus seguidores siguen siendo adaptables, han demostrado capacidad de recuperación, conservan la capacidad para llevar a cabo ataques regionales y transnacionales y, por tanto, constituyen una amenaza permanente y grave para nuestra seguridad nacional”.
El informe afirma que, como consecuencia de la inestabilidad derivada de los levantamientos de la primavera árabe, la región del Medio Oriente siguió siendo una de las más activas en términos terroristas en 2011.
“Muchos países de la región experimentaron un aumento en la inestabilidad como consecuencia de los acontecimientos de la Primavera Árabe, y algunos terroristas intentan aprovechar esta situación”, se advirtió. “Varias organizaciones terroristas muestran la capacidad y la intención de atacar blancos en toda la región y ganar influencia en los Estados sometidos a las transiciones políticas”.
La amenaza de que terroristas obtengan sistemas de defensa aéreos portátiles plantea un “riesgo significativo para la seguridad regional y la aviación civil”, se advirtió en el informe.
Se destacó que al Qaeda en la Península Arábiga “representa una amenaza particularmente grave”, y se advirtió que a finales del año pasado, el grupo “había tomado el control del territorio en el sur de Yemen e hizo explotar los disturbios en ese país para promover conspiraciones contra intereses regionales y occidentales”.
La inestabilidad política en Yemen, según el informe, redujo la capacidad del gobierno de ese país para hacer frente a terroristas fuera de la capital, lo que permitió a grupos extremistas expandir su influencia. A pesar de AQAP sufrió pérdidas significativas en 2011 a manos de fuerzas antiterroristas entrenadas y equipadas por Estados Unidos, el grupo ha seguido realizando ataques.
La salida de las tropas estadounidenses en Irak ha desafiado los esfuerzos de la lucha contra el terrorismo. Aunque las fuerzas iraquíes han progresado en la lucha contra al Qaeda en Iraq (AQI), el grupo “sigue siendo capaz de realizar ataques a gran escala y ha llevado a cabo numerosos y prominentes atentados suicidas y con coches bomba a objetivos gubernamentales y civiles, con el fin de aumentar las tensiones entre grupos étnicos”.
El grupo también ha intentado tratar de explotar el levantamiento popular contra el régimen de Bachar al Asad en Siria.
El informe también encontró una creciente presencia terrorista en todo el norte y este de África. En el Cuerno de África, “al-Shabaab mantuvo el control sobre partes de Somalia, lo que proporcionó un ambiente permisivo para que al Qaeda reclute y planifique actos terroristas junto con otros extremistas violentos, incluidos combatientes extranjeros”.
Se encontró que la capacidad del Gobierno Federal de Transición de Somalia y de las autoridades locales y regionales para “prevenir y anticiparse a atentados de Al-Shabaab sigue siendo limitada”. El informe citó más de 1,000 muertes por ataques del grupo.
Se advirtió que Al-Shabaab “prosiguió con un conjunto diverso de objetivos, lo que demuestra que tienen tanto la voluntad como la capacidad para realizar ataques fuera de Somalia”, y que los líderes del grupo “se mantuvieron activamente interesados en atacar intereses estadounidenses y occidentales en la región”.
En el norte de África, el informe encontró que “al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), históricamente el más débil de los afiliados de al Qaeda, llenó sus arcas en 2011 a través del pago de rescates de secuestros, una práctica que otros grupos terroristas también explotan. Estos recursos, junto con los esfuerzos de AQMI para tomar ventaja de la inestabilidad en Libia y Malí, han aumentado la preocupación sobre los planes de este grupo.
El informe aseguró que AQMI sigue siendo una “amenaza significativa para la seguridad” en Argelia y que mantuvo campamentos en zonas remotas del norte de Malí durante el año pasado como base para sus actividades en los países vecinos.