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(CNN) — La mediofondista Caster Semenya llevó la bandera de Sudáfrica en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Fue un cambio significativo para la enérgica corredora, quien hace tres años, antes de ser habilitada para competir, fue examinada por cuestiones ajenas a su desempeño deportivo.

Semenya llamó la atención en 2009 antes de los Campeonatos Mundiales en Berlín, Alemania, no por su proeza atlética, sino porque algunos cuestionaron el género de la atleta, quien entonces tenía 18 años.

Su apariencia masculina suscitó preocupaciones y quejas ante la Asociación Internacional de Federaciones del Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés), el organismo rector de todas las competencias de atletismo internacionales fuera de los Olímpicos.

Antes de que los Campeonatos Mundiales comenzaran, la IAAF confirmó que Semenya estaba siendo examinada para la verificación del género.

El concepto de pruebas de género para los atletas no es nuevo. Varios métodos se utilizan para asegurar que los hombres no compiten como mujeres, lo que podría darles una ventaja atlética injusta.

Aunque tanto hombres como mujeres producen testosterona en sus cuerpos, en los hombres se desarrolla más músculos y poder atlético. Las mujeres utilizan la testosterona para producir estrógeno, una hormona femenina.

Este año, el Comité Olímpico de Londres instituyó una nueva política de pruebas que mide los niveles de testosterona en atletas mujeres, en lugar de su ADN. La prueba es realizada sólo si se generan preguntas sobre el desempeño de una atleta, y debe ser solicitada por un funcionario médico del Comité Olímpico Internacional (COI) o de comités olímpicos nacionales.

Aunque Semenya ganó la medalla de oro en los 800 metros femenil en 2009, la victoria fue opacada por preguntas sobre su género, y sus competidoras se quejaron de que no se le debería de haber permitido competir.

El 11 de septiembre de 2009, el Daily Telegraph de Australia reportó información de “una fuente estrechamente involucrada con la prueba de los exámenes de la IAAF a Semenya”, que revelaron que tenía características sexuales tanto femeninas como masculinas.

Semenya no tiene útero ni ovarios, según el reporte, y tenía testículos sin descender, lo que le causaba tener el triple de niveles de testosterona que otras atletas mujeres.

El término políticamente incorrecto para las personas que poseen características sexuales tanto femeninas como masculinas es hermafrodita, y el apropiado es “intersexual”.

La IAAF aconsejó a Semenya someterse a cirugía debido a los potenciales problemas de salud causados por su condición. Ninguna información pública sobre su tratamiento fue proporcionada.

En julio de 2010, la IAAF absolvió a Semenya para que pudiera competir. Obtuvo el segundo lugar en su debut olímpico este miércoles en las eliminatorias de los 800 metros.

Las pruebas de género han sido objeto de debate, y diferentes métodos de prueba (patrones de cabello, pruebas de cromosomas, pruebas de genes individuales) son utilizadas, pero ningún método es perfecto.

“No hay una prueba sencilla para determinar el género, así que todo lo que tenemos es un sistema imperfecto”, dice el médico Eric Vilain, genetista de la Universidad de California, en Los Ángeles (UCLA), quien sirvió como consejero médico del COI en su nueva política para examinar a las atletas por “hiperandrogenismo” (que significa producir demasiadas hormonas masculinas).

Los críticos de las pruebas de “hiperandrogenismo” femenino incluyen a los profesores Rebecca Jordan-Young y Katrina Karkazis, del Colegio Barnard y la Universidad de Stanford, respectivamente, en Estados Unidos. Ambos dicen que la “nueva política de pruebas de sexo amenaza con suspender a las mujeres cuyos cuerpos producen niveles altos de testosterona”.

“Una lógica defectuosa (…) une a dos aserciones comunes pero inexactas sobre la testosterona”, argumentan en una editorial publicada en The Guardian.

“La primera es que los atletas de élite, hombres y mujeres, tienen niveles de testosterona claros y distintos (…) El COI entonces proyecta esta supuesta brecha en diferencias en el desempeño atlético masculino y femenino, alegando que ‘difieren principalmente debido al hecho de que los hombres producen significativamente más hormonas androgénicas que las mujeres’”.

Villain no está de acuerdo, y dice que hay una gran ambigüedad acerca de los niveles de testosterona masculinos y femeninos.

También sugiere que “podría no haber pruebas (…) pero la gran mayoría de las atletas con las que he hablado creen que debería existir algún tipo de pruebas”, cuando se generan preguntas sobre las atletas.

Las regulaciones del COI establecen que “el desempeño de los atletas hombres y mujeres puede diferir principalmente debido al hecho de que los hombres producen significativamente más hormonas androgénicas que las mujeres y, por lo tanto, están bajo una mayor influencia de esas hormonas”.

Las mujeres que tienen niveles anormalmente altos de andrógenos pueden tener una ventaja injusta, según las regulaciones.

“Nada en estas regulaciones tiene la intención de hacer cualquier determinación de sexo. Por el contrario, estas regulaciones están diseñadas para identificar circunstancias en las cuales un atleta en particular no será elegible (por razón de características hormonales) para participar en los Juegos Olímpicos de 2012” en la categoría femenil, afirma el COI.

Vilain dice que sería “extraordinariamente difícil” para las mujeres alcanzar el umbral de rango masculino para la testosterona, que no es explicado por el COI debido a los métodos diferentes de pruebas de laboratorio.

Dice que para el pequeño número de atletas mujeres que descubren que tienen niveles altos de testosterona, tratar la condición, ya sea causada por un trastorno del desarrollo sexual o un mal funcionamiento suprarrenal, beneficiará su salud.