(CNN) — Durante más de tres décadas, el Concorde representó el pináculo de los viajes de negocios y el máximo símbolo de estatus para el ejecutivo jetset.

Considerado una maravilla de la tecnología aeronáutica, el avión con la distintiva nariz caída viajaba a dos veces la velocidad del sonido, volando desde Londres hasta Nueva York en aproximadamente tres horas y media, la mitad del tiempo que las aerolíneas comerciales.

Pero incluso antes del accidente del Concorde de Air France en 2000, en el que murieron 100 pasajeros y nueve miembros de la tripulación, su brillo comenzaba a opacarse.

Air France y British Airways batallaban con los altos costos de operación y la escasez de pasajeros de su pequeña y vieja flota, y cancelaron sus vuelos sólo tres años después.

Pero el sueño del vuelo supersónico no ha desaparecido. Los fabricantes de la industria de la aviación como Boeing, Lockheed Martin y Aerion trabajan en la tecnología supersónica. Este último dice que en 2020 podría tener un jet de negocios supersónico en servicio.

La alta demanda de pasajeros, rentabilidad histórica de las rutas y mejoras tecnológicas significativas se han combinado para hacer el vuelo supersónico de nueva generación mucho más viable, dice el experto de la industria Joe Lissenden, director de consulta aeroespacial y de defensa en Estados Unidos para IHS Jane’s.

Para Lissenden, el único reto que permanece es el costo del combustible. “Los vuelos más rápidos consumen combustible más rápido, lo que hace al vuelo más costoso”, dijo. “Pero esta es una ruta premium, y se cobrarán precios premium”.

El trabajo de programas aeroespaciales como la NASA y JAXA, de Japón, es crucial para los esfuerzos de regresar los aviones supersónicos a los cielos. Peter Coen es el director de proyectos de investigación supersónica para el programa de aeronáutica fundamental de la NASA.

Aunque la agencia no trabaja en aviones supersónicos específicos, dijo, “trabajamos en tecnologías que sentimos que representan barreras para traer de regreso los aviones supersónicos exitosos”.

Esas barreras incluyen altas emisiones atmosféricas, ruido producido en el despegue y aterrizaje, y la explosión sónica; el sonido asociado con las ondas de choque creadas cuando los objetos viajan más rápido que la velocidad del sonido, lo que ha evitado que los aviones supersónicos vuelen rutas sobre la tierra.

Coen dijo que su división se concentró en abordar primero el asunto de la explosión sónica, porque “si no tienes vuelos supersónicos sobre la tierra, nunca habrá un mercado para los aviones supersónicos”.

La NASA colabora con Boeing y Lockheed Martin en estudios de diseño a nivel de sistemas, produciendo modelos que han sido sometidos a pruebas de túneles de viento para medir su efectividad.

Coen dijo que la fase uno de la prueba había validado exitosamente las técnicas básicas de diseño. Modificaron la configuración de dos jets con motores montados sobre el ala de Boeing, y la configuración tri-jet de Lockheed Martin, con dos motores debajo del ala y un tercero montado en la cola. Se ha probado que remodelar la aeronave reduce significativamente la explosión sónica a un “golpe”, disminuyendo el ruido desde el nivel del Concorde hasta cerca de lo que es considerado el nivel de aceptabilidad.

Coen dijo que espera ver un “hijo del Concorde” de nueva generación en el mercado alrededor de 2030, aunque un jet de negocios supersónico “podría llegar antes”.

“La explosión es la barrera y si podemos pasarla, creo que veremos a personas considerando mucho más los vuelos supersónicos”, dijo.

La Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA, por sus siglas en inglés) también espera desarrollar un avión de pasajeros supersónico que sea tranquilo, económico y amigable con el medio ambiente, y espera lograrlo en algún momento de este siglo.

El vocero Masahisa Honda dijo que aunque la agencia actualmente no tiene aviones en desarrollo específico, con proyecciones actuales predijo que un jet de negocios supersónico entrará al mercado en algún momento después de 2015.

Uno de los principales candidatos para hacerlo es el SBJ de Aerion, un jet de negocios para entre ocho y 12 pasajeros. “Anunciará el regreso del vuelo civil supersónico sin los inconvenientes ambientales y económicos del Concorde”, dijo el vocero de Aerion, Adam Konowe.

Explicó que el desarrollo de un emprendimiento conjunto con los fabricantes de aeronaves para producir el SBJ se redujo por la recesión, pero una vez que el acuerdo fue alcanzado anticipó un programa de desarrollo de seis años para llevar la aeronave al mercado. “Creemos que el SBJ será certificado, y entrará en servicio para finales de la década; 2020”, dijo.

Pero no todos están convencidos de que un regreso al vuelo supersónico de pasajeros esté a la vuelta de la esquina. Chris Seymour, director de análisis de mercado en Ascend, empresa de aviación, estaba escéptico de que habría progresos antes de 2030. “Creo que hay tantos problemas a considerar, que ciertamente no lo veo ocurrir en los próximos 20 años”, dijo.

Seymour cree que aunque las barreras tecnológicas probablemente sean superadas, el factor clave en la cuestión de si se volverá una realidad es si un mercado existe y está preparado para pagar una prima para el máximo símbolo de estatus en los viajes de negocios; particularmente en un mercado de vuelos aéreos enfocado en precios bajos.

“¿Tendrás suficientes pasajeros dispuestos a pagar tarifas más altas para volar más rápidamente?”, dijo. “Si ves el Concord, ese no era el caso. Llegó en un momento cuando el 747 también llegó, que llevaba a más personas por tarifas más bajas. Allí es donde estaba el mercado”.

Peter Warth, director de Complete Aviation Solutions, también cree que un regreso al vuelo supersónico está más lejos de lo que algunos entienden.

“Parecen existir múltiples obstáculos tecnológicos y comerciales que necesitarán ser superados”, dijo.

Pero reconoció: “Estoy seguro de que cuando los planes originales para el Concorde, el A380 y el 747 Dreamliner fueron anunciados, las mismas preguntas sobre si serían logrados fueron planteadas. Pero eventualmente lo lograron. Creo que el tiempo lo dirá”.