(CNNEspañol.con) – Un día después de un sismo de magnitud 7,6 que sacudió todo el país, Costa Rica amaneció en tensa calma y mientras las autoridades siguen evaluando los potenciales daños, los pobladores de uno de los lugares más afectados por el temblor dicen estar agradecidos con Dios porque no hubo víctimas que lamentar.
A pesar de su magnitud, el segundo sismo más fuerte en la historia de Costa Rica no alcanzó el nivel de afectación que se había temido. La Cruz Roja reportó dos muertes, pero posteriormente se descartó que fueran víctimas directas del terremoto.
La Comisión Nacional de Emergencia de Costa Rica declaró alerta roja mientras se hace una evaluación de los daños.
Más de 400 réplicas se han sentido desde el miércoles, cuando ocurrió el sismo incluida una de 5,1 a unos 25 kilómetros al suroeste de Playa Buenavista.
La corresponsal de CNN en Español Djenane Villanueva se trasladó hasta Nicoya, el lugar donde fue ubicado el epicentro del temblor y narra los hechos un día después del sismo.