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BEIJING (CNN) — La notoria ausencia pública del supuesto próximo líder de China añade incertidumbre al plan de sucesión del usualmente reservado liderazgo comunista.

Por 10 días, el vicepresidente Xi Jinping ha estado fuera del radar de los medios estatales domésticos, los cuales usualmente dan un seguimiento meticuloso de las actividades oficiales de los altos líderes.

Se cree extensamente que Xi sucederá al presidente Hu Xintao como cabeza del gobernante Partido Comunista a partir del próximo mes antes de que asuma como presidente el próximo año.

El misterio de qué lo mantiene fuera del ojo público ha hecho aumentar la especulación en medio de una atmósfera política de por sí cargada con la intriga que generó el escándalo del funcionario de alto nivel del partido, Bo Xilaim, a principios de año.

La ausencia de Xi fue notada el 5 de septiembre, cuando abruptamente canceló las reuniones con la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, así como otros los dignatarios, entre ellos, el primer ministro de Singapour, Lee Hsien Loong.

Funcionarios estadounidenses dijeron que sus contrapartes chinas han argumentado “problemas de agenda” para cancelar las citas. Los funcionarios chinos rehusaron dar explicaciones.

Then Ta Kung Pao, un diario pro-Beijing con base en Hong Kong, reportó que Xi se reuniría con el primer ministro danés Helle Thorning-Schmidt el lunes y que habría periodistas invitados a la reunión.

Cuando CNN llamó al Ministerio del Exterior chino para preguntar sobre el evento, un funcionario molesto, quien declinó identificarse, dijo, “si no ve un evento agendado en nuestro sitio de internet, no hay actividad pública y no necesita llamar”.

El lunes terminó y Xi sigue sin ser visto, lo que añade combustible a los rumores al respecto en internet.

Pese a que la censura china hace sus mejores esfuerzos por prohibir la discusión, una serie de teorías sin fundamento ha proliferado en línea, desde complots hasta un accidente de auto y un intento de asesinato.

Rumores menos fantasiosos de algunos observadores señalan que la ausencia de Xi se debe a que tiene problemas de salud como una lesión en la espalda o un derrame cerebral leve.

En lugar de acabar con la especulación, las autoridades chinas han permanecido en silencio.

Un vocero del Ministerio del Extranjero chino, Hong Lei, ha esquivado preguntas al respecto de forma continua.

Grandes sitios de noticias en internet como Netease publicó fotos antiguas de Xi el lunes y volvió a publicar información oficial de su última aparición el 1 de septiembre. Con un traje oscuro y una corbata púrpura, el líder de 59 años se veía bien visitando a estudiantes de la Escuela del Partido Central en Beijing.

Algunos analistas dicen que la frenética especulación pone de relieve las deficiencias del sistema chino al obstruir la discusión del tema.

“En la mayoría de los países de Asia las personas tienen derecho a saber sobre la salud de sus líderes, pero en China esto sigue siendo un secreto”, dijo Willy Lam, un observador de China quien enseña política e historia en universidades Hong Kong y Japón.

“El liderazgo chino está preocupado de la estabilidad social”, dijo David Zweig, un experimentado observador chino y profesor de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Hong Kong. “Pero nada crea más inestabilidad que esta falta de información sobre el liderazgo”.

La transición de liderazgo en China ha sido empañada este año por cambios extraordinarios.

En abril, Bo Xilai, alguna vez considerado entre la realeza del partido y una estrella de rápido ascenso en el mismo fue separado de su puesto por una “falta de disciplina” desconocida. Desde entonces no ha sido visto en público.

La esposa de Bo, Gu Kailai, fue condenada el mes pasado por el asesinato de Neil Heywood, un empresario británico, y recibió la suspensión de la pena de muerte.

El exjefe de Bo, Wang Lijun, cuyo intento de buscar asilo en el consulado de Estados Unidos desató un escándalo, recibió cargos la semana pasada por deserción y sobornos. Actualmente espera su juicio.

Aunque la mayoría de los analistas coinciden en que el 18vo Congreso del Partido Comunista —la reunión de líderes encabezada por Xi que se espera sea confirmada— se llevará a cabo a mediados de octubre, pero las autoridades no han anunciado las fechas de la reunión de más de 2.200 delegados del partido de todo el país.

“Ahora hay más preguntas sobre la transparencia de la política china porque todo está en una caja negra”, dijo Lam.

Los observadores dicen que el silencio oficial también podría ser una señal de negociaciones de último minuto entre altas figuras políticas antes de dar una imagen de unidad. La actual generación de líderes ha sido particularmente sensible a mantener la unidad desde 1989, cuando el partido tuvo una división jerárquica para lidiar con las protestas pro-democracia en la plaza de Tiananmen.

“Xi Jinping es visto actualmente como un líder débil debido a que no tiene poder entre sus propia bases”, aseguró Lam, quien predijo que Hu Jintao permanecerá como líder del Ejército chino por dos o tres años antes de dejar el control del parido a Xi.

“Hu podría ser el ganador aquí, podría ser el poder detrás del trono”.