(CNNMéxico) — Henrique Capriles Radonski, que se medirá ante Hugo Chávez el 7 de octubre, es un abogado y político de 40 años, nacido en Caracas. Pertenece a una familia acomodada, con grandes empresas vinculadas a los medios de comunicación y las salas de cine. Apuesta por un país de progreso, en contra del “país de socialismo de Chávez”.
Desde muy joven se involucró en la política, con una vocación de servicio público. A los 26 años fue elegido diputado, y fue el último y más joven vicepresidente del extinto Parlamento y presidente de la Cámara de Diputados entre 1999 y 2000.
El exgobernador del estado Miranda, uno de los tres más importantes del país, fue alcalde entre 2000 y 2008 del municipio Baruta, en las afueras de Caracas. Es miembro fundador y líder del partido centro humanista, Primero Justicia, del que fue coordinador nacional adjunto hasta 2008.
Su madre proviene de una familia judía ruso-polaca, que llegó a Venezuela huyendo de la persecución de los nazis. Su padre es descendiente de una familia de origen holandés. Pese a sus raíces maternas judías, Capriles fue criado en los valores de la Iglesia Católica.
Tras graduarse en Derecho por la Universidad Católica Andrés Bello, donde obtuvo el título de abogado en 1994, con 22 años, completó la especialización en Derecho económico. Estudió posgrados en Holanda, Italia y Estados Unidos.
Se define como “el gobernador de la educación”, como vía para lograr un empleo. “Y yo quiero ser presidente del empleo”, dijo en una entrevista con CNN en Español. Centra su campaña en los ideales de “igualdad para todos”. Plantea una propuesta de progreso de centroizquierda y se declara seguidor del modelo brasileño de Luiz Inacio Lula da Silva, por su concepto de Estado “orientador”, con programas de hambre cero e impulso de la justicia social.
Su principal apuesta se centra en la educación, de calidad y sin distinción de clases. “Donde hay educación, hay oportunidades”, repite. “Chávez plantea el camino del socialismo, yo planteo el camino del progreso”, dijo en entrevista con la agencia de noticias EFE.
“Al fin se va a enfrentar con algo más que la usual banda de rivales irresponsables y divididos”, aseguró el periodista Tim Padgett, en un artículo de Time.
El candidato de la oposición se caracteriza por su discurso conciliador y de no confrontación. Chávez lo llama “el burguesito” y “el oligarca”, y algunos analistas critican la tibieza de su discurso y su falta de confrontación con el régimen, precisamente, una de las claves de su campaña, liderada por el espíritu de conciliación, y por dejar de lado el insulto y al ataque directo.
Cuando era alcalde de Baruta, fue detenido por cuatro meses por una serie de supuestos delitos relacionados con el asedio a la embajada de Cuba en 2002. Opositores de Chávez protestaron ante la delegación por el rumor falso de que allí se encontraba refugiado Diosdado Cabello, entonces vicepresidente de Venezuela.
El embajador cubano declaró que Capriles acudió más tarde para unirse al diálogo iniciado con los líderes aparentes de la muchedumbre, dentro de la embajada. Según Sánchez, Capriles le solicitó revisar la embajada, a lo que se negó. Capriles fue acusado de violar principios internacionales mientras que la defensa alegó su intención de mediar. En 2006, fue absuelto y en 2008 el caso se reabrió.
Con sus habituales jeans, camiseta y gorra de béisbol, Capriles, corre hacia la batalla presidencial con una estética de “muchachito” y con miles de seguidoras que admiran su aspecto físico, su pasión por el deporte y su forma de expresión calmada. Los medios le atribuyen novias constantemente, pero él asegura que la “primera dama” la encontrará en el camino, parafraseando el lema de su campaña: Hay un camino.