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Denver (CNN) — El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su rival, el republicano Mitt Romney, se enfrentan este miércoles en el primero de tres debates presidenciales.

Aunque Obama posee una ventaja en varios estados clave en disputa, durante la contienda ha estado trabada en un empate a nivel nacional. El debate brinda una oportunidad a Obama y a Romney para ganar un poco de impulso y salir del atolladero.

Aquí están cinco cosas que hay que ver este miércoles:

1. ¿Quién es presidencial?

La primera y más importante prueba para el presidente y para Romney en el debate de apertura es actuar como si estuvieran en el puesto.

Hemos escuchado muchos dimes y diretes en la campaña electoral, y existen muchos rumores de que las puntadas y ataques verbales podrían decidir quién gana o pierde el enfrentamiento en Denver. Pero para la mayoría de los estadounidenses, este debate realmente es sobre qué candidato tiene la compostura y estatura para desempeñarse en la Oficina Oval.

“Si el presidente o Romney no pueden pasar esta prueba, lo demás no importa. Las grandes ideas de una persona pequeña no te harán presidente de Estados Unidos”, dijo el estratega republicano y colaborador de CNN, Alex Castellanos. “Cuando llega la hora, es como proponer matrimonio. Este es un gran momento”.

Gracias a desempeñarse ya por un periodo de casi cuatro años en la Casa Blanca, Obama comienza con la ventaja, pero no puede permitirse el lujo de ir a lo seguro en el debate. Ir a lo seguro le permite a Romney dominar la agenda y poner a Obama a la defensiva. O atacas o defiendes, y la defensa pierde”, agrega Castellanos, quien fuera alto asesor de Romney en la elección de 2008.

A su vez, Romney tiene que hacer una doble tarea: mantenerse a la ofensiva, pero también parecer presidencial.

¿Qué tiene que hace Obama? “Mantenerse tranquilo, lo cual es algo natural para él”, dice el estratega demócrata y colaborador de CNN, Paul Begala. “Centrarlo en la clase media, no en él o en Romney”.

2. ¿Podrá Romney sacar a discusión el tema de Libia?

Oficialmente, el primer debate está dedicado a la política interior. Los temas enlistados, según la Comisión sobre Debates Presidenciales, son la economía, salud, el papel del gobierno y gobernar, lo que quiera que esto signifique.

Asuntos como los de seguridad nacional y política exterior se dejan para debates posteriores, sin embargo, Romney podría no estar contento de esperar tanto con el brote de noticias contradictorias procedentes de Libia, en donde cuatro estadounidenses, entre ellos el embajador Chris Stevens, murieron el mes pasado en lo que parece que fue un ataque terrorista.

Han surgido serios cuestionamientos al gobierno de Obama tras el ataque en Libia: ¿Era seguro el complejo diplomático estadounidense ubicado en Benghazi antes del ataque? ¿Los funcionarios estadounidenses no prestaron atención a las advertencias o inquietudes sobre posible violencia? ¿Por qué el presidente ha vacilado tanto en calificar el incidente como un “ataque terrorista”? ¿Por qué todavía no es seguro el lugar, a más de dos semanas de que ocurrió el ataque?

“Hemos visto una respuesta confusa, lenta e inconsistente de lo que ahora es evidentemente conocido como un acto terrorista”, dijo el lunes el candidato republicano a la vicepresidencia, Paul Ryan. “Realmente es un indicio de un fracaso mayor de la política exterior de este gobierno y de la crisis que tiene lugar en todo Medio Oriente”.

Las encuestas señalan que la economía sigue siendo el tema principal para los votantes, y los asesores de Romney en Boston piensan lo mismo. Y cuando se trata de política exterior, una mayor cantidad de votantes confía más en Obama que en Romney, según muestran las encuestas.

Pero hay indicios de vulnerabilidad para el presidente en la crisis libia. En una encuesta reciente de Fox News, 43% de los votantes dijeron que desaprobaban el desempeño de Obama en el tema de Libia, mientras que un 39% lo aprobaba.

Con su campaña en lucha por tener agarre y en búsqueda de cualquier oportunidad para reducir la brecha de confianza existente entre él y el presidente, no será sorpresivo si la noche del miércoles Romney saca el tema de la agitación en Medio Oriente y lo vincula a una crítica más amplia sobre el liderazgo del presidente.

3. ¿Quién defiende la economía?

En un debate centrado en los problemas internos, la economía es el tema que debería dominar la noche. La economía sigue siendo el tema principal en la mente de los votantes estadounidenses y según una nueva encuesta elaborada por CNN/ORC International, los votantes probables están divididos sobre si el presidente o el candidato republicano harían un mejor trabajo en materia de recomponer la economía durante los próximos cuatro años.

Hay que esperar a escuchar dos discursos muy distintos el miércoles por la noche. El presidente seguirá argumentando que el país sigue avanzando y que ahora no es el momento de volver a las políticas de los años de George W. Bush, las cuales nos metieron en el actual. Y dirá que ahora no es el momento de regresar a ayudar a los millonarios y a Wall Street.

Espere un discurso muy distinto de parte de Romney. En su año y medio de campaña rumbo a la Casa Blanca, uno de los principales argumentos del exgobernador de Massachusetts es el que gracias a su pasado empresarial, él puede hacer una mejor tarea en materia de crear empleos que lo que Obama ha hecho durante los últimos cuatro años. El debate en Denver ofrece a Romney una plataforma de mucha visibilidad para exponer sus argumentos.

Romney “tiene que explicar el por qué ofrece un cambio que mejoraría las cosas en los próximos cuatro años”, dice Castellanos. “Esta es su oportunidad de presentar su contradiscurso, de que Obama está yendo por el mal camino en materia de economía. Necesita decir que la economía de Washington está haciendo las cosas bien, para después preguntarle a la gente cómo le va en materia económica”.

El candidato que mejor presente y venda su discurso será decisivo para determinar quién gana el debate, y lo que es más importante, quién gana la mente de los votantes indecisos.

4. ¿Podrá Obama sacar el tema de las mujeres y los latinos?

Romney forjó una serie de posturas durante las primarias republicanas que lo han colocado en una profunda brecha con las mujeres votantes y los hispanos.

¿Se acuerda de la denominada “guerra contra las mujeres”? En la tarea de intentar superar a sus conservadores rivales republicanos, Romney se comprometió a terminar con el financiamiento federal de Paternidad Planificada, se pronunció en contra de una ley que obliga a las compañías de seguros a cubrir los servicios en materia de anticoncepción y tampoco tomó postura sobre la ley de salario justo contra la discriminación salarial por género (Lilly Ledbetter Fair Pay Act), que Obama firmó en 2009. También ha dicho que quiere que la Corte Suprema anule la ley que permite el aborto (Roe vs Wade).

Romney también molestó a los hispanos al calificar algunas partes de la dura ley migratoria de Arizona como un “modelo” para el país, por sacar a la luz la idea de la “autodeportación” y por comprometerse a vetar el DREAM Act, la cual ofrecería un camino a la ciudadanía a los inmigrantes jóvenes indocumentados.

La campaña de Obama ha aprovechado de gran manera estas posturas, presentándoselas a las mujeres y a los hispanos en sus actos de campaña en estados clave en disputa, a través de correos electrónicos y en espacios especializados en los medios (¿No sabe quién es Cristina Saralegui? Búsquela en Google).

Los republicanos han criticado estas tácticas por ser una cínica distracción de una economía a la baja, sin embargo, las tácticas funcionan. Por ejemplo, una encuesta hecha por Quinnipiac entre los probables votantes en Ohio, y que fue dada a conocer la semana pasada, mostró que Romney está 25 puntos por detrás de Obama en la intención del voto femenino. Una encuesta interna de Romney lo pone muy por detrás de Obama entre los hispanos, y así ha estado todo el año.

Para la noche de este miércoles se espera un teleauditorio de más de 50 millones de personas, no espere que el presidente deje pasar la oportunidad de oro de sacar a los reflectores nacionales los asuntos orientados hacia las mujeres y los hispanos.

5. Quitándole el efecto a los ataques y puntadas

Sólo fue un párrafo en un artículo publicado el fin de semana pasado en el New York Times sobre la intensa preparación de cada candidato para el debate, sin embargo, captó mucha la atención.

“El equipo del señor Romney ha concluido que los debates se tratan de crear momentos y lo han equipado con una serie de ataques los cuales él ha memorizado, y ha estado practicando desde agosto con sus ayudantes”, escribieron los reporteros Ashley Parker y Peter Baker en el periódico.

Los asesores de Romney están en lo correcto en que probablemente los votantes quieres irse del debate hablando sobre momentos particulares, como cuando se escuchan suspiros de los candidatos, su lenguaje corporal.

¿Y los ataques verbales? Previsiblemente, el equipo de Obama se abalanzó en ese tema. “También vimos en informes que Mitt Romney y su equipo han estado trabajando desde hace meses en ataques verbales y en guiones especiales”, dijo la vocera de Obama, Jennifer Psaki, a reporteros el fin de semana. “Eso no es en lo que se está enfocando en presidente. Así que, si esperan que haga eso, probablemente no sea lo que él vaya a hacer”.

Romney pronunció con precisión sus guiones durante los debates en las primarias, y probablemente lo haga de nuevo la noche del miércoles.

Pero si sucediera que Romney golpeara a Obama con un mordaz ataque o con alguna puntada graciosa, pueden estar seguros de que los aliados del presidente estarán listos para mofarse de la dependencia que tiene Romney de los “ataques verbales” preparados, como una forma de disminuir su tamaño y desempeño.