(CNN) — Las miradas estaban sobre el candidato de la oposición mientras se difundían los resultados de la elección. Luego de hacer campaña incansablemente y de hacer declaraciones de victoria, ¿qué dirá a las hordas de simpatizantes entusiasmados? ¿Perderá la cabeza, luego de mantener la calma durante meses mientras que el presidente venezolano Hugo Chávez llenaba sus discursos de insultos en su contra?
En la noche que siguió a la elección, Henrique Capriles Radonski reconoció rápidamente la derrota cuando los resultados oficiales revelaron que había perdido por más de 10 puntos porcentuales.
“Para saber cómo ganar, hay que saber perder”, dijo Capriles. “La decisión del pueblo es sagrada”. Los analistas dicen que sus palabras dejan ver la estrategia que podría jugar un papel importante en la evolución de la oposición en Venezuela.
Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, dijo que “se mostró magnánimo y, desde mi punto de vista, muy constructivo. Creo que es un verdadero ejemplo para Venezuela y otros países”.
Barbara Kellerman, catedrática de Liderazgo en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard, dijo que luego de cualquier votación, la reacción del candidato perdedor tiene influencia más allá del día de la elección. “Esto se trata más del futuro que del presente”, dijo.
“El país no espera mis insultos”
Durante su campaña y ante una multitud de simpatizantes, a través de la televisión estatal, en entrevistas transmitidas a nivel nacional, Chávez describió a Capriles como “un sucio cerdo”, como “una mosca” que no valía la pena perseguir. Lo llamó “pequeño yanqui” y lo tildó de burgués.
“Nunca lo llamó por su nombre, siempre se refirió a él como ‘el niño rico’ y se burlaba de él, como suele hacerlo”, dijo Shifter. “Capriles se defendió. Sin embargo, no existió el enfrentamiento retórico, los dimes y diretes”.
Desde el principio, Capriles dijo que quería adoptar un tono distinto. “Si me insultan no voy a responder con un insulto. El país no espera mis insultos. El país espera que me comprometa”, dijo en una entrevista con la cadena Televen, en febrero. “El país espera que le ofrezca un futuro”.
Shifter dijo que mantenerse a la par de Chávez es una estrategia que los políticos de la oposición han usado sin éxito en otras ocasiones. “Él es el maestro de esa táctica. Si lo criticas, atacará más fuerte”, dijo Shifter. “Durante 14 años ha demostrado que él juega este juego mejor que nadie… (y) Que resurge más fuerte que nunca”.
Shifter señaló que aunque Chávez ganó en la elección del domingo pasado, Capriles, con más del 45% de los votos, estuvo más cerca de derrotar a Chávez que cualquier otro candidato a la presidencia. “Claro que tuvo el apoyo de seis millones de venezolanos”, dijo Shifter.
El candidato de la oposición se apresuró a tranquilizar a sus simpatizantes y subrayó que no creía que hubiera habido fraude en las urnas. Comparó la elección con la forma en la que reaccionan los fanáticos del equipo de fútbol de Venezuela cuando pierden. Aunque se sienten desolados, no dejan de ir al estadio, dijo.
“Miren, estoy en pie. Me levanté, como seguramente lo hicieron hoy la mayoría de los venezolanos. Hay que aprender de todos los procesos. Hay que reflexionar acerca de todos los retos”, dijo el martes. “Este camino que emprendimos juntos continúa, no en contra de nadie, sino en pos de un futuro mejor”.
La coalición opositora que respaldó a Capriles podría verse en dificultades para mantener un frente unido, dijo Miguel Tinker Salas, profesor de Historia Latinoamericana en el Pomona College, en California. “Lo único que los unió fue la figura de Chávez”, dijo.
Stephen Johnson, director del programa para las Américas del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos, dijo que la reacción de Capriles a la elección del domingo podría ayudar a mantener unida a la oposición. “Reconocer la derrota rápida y honorablemente es útil para mantener la civilidad en la oposición”, dijo Johnson, “y para salir adelante tras las elecciones”.
Un enfoque diferente
Shifter dijo que no hay que buscar mucho para encontrar un ejemplo de un candidato opositor que asumió una postura diferente.
Luego de que los resultados oficiales indicaron que había perdido por un margen estrecho ante Felipe Calderón en las elecciones presidenciales de México en 2006, el candidato de izquierda, Andrés Manuel López Obrador, acusó a las autoridades de fraude y nunca reconoció la derrota.
En los años subsecuentes, López Obrador se autonombró “presidente legítimo de México” y continuó su campaña a lo largo del país. Sus simpatizantes protestaron por todo el país. En la Cuidad de México organizaron bloqueos y plantones.
Los recuerdos del levantamiento permanecen en la memoria de muchos mexicanos. Este año, cuando López Obrador se postuló una vez más como candidato, no le fue bien, dijo Shifter.
“No tenía una buena imagen a nivel nacional. Creo que pudo haberle ido mejor esta vez. No sé si hubiera podido ganar”, dijo Shifter, “pero creo que la gente recordó cómo actuó en 2006 y eso lo perjudicó”.
Este año, las autoridades electorales han ratificado el fallo que concedió la victoria a Enrique Peña Nieto en las elecciones de julio. López Obrador no ha reconocido su derrota.
Con la mirada en el futuro
Kellerman dijo que ésa no es la regla. “La tradición democrática dicta que hay que reconocer cortésmente la derrota, para que en el futuro… seas visto como una persona madura que puede reconocer su derrota en el espíritu de una democracia madura”. Dijo que en Estados Unidos, por ejemplo, los candidatos normalmente se recuperan después de perder las elecciones. “Tenemos una larga tradición de personas que pierden, pero vuelven y obtienen la victoria la próxima vez”, dijo, señalando que Capriles podría estar considerando un regreso similar.
Kellerman, quien analiza las tendencias del liderazgo mundial en su blog, Lame Leaders/Fed Up Followers, describió a Chávez como un “bravucón” y dijo que el pueblo se cansa de esas tácticas con el tiempo.
“Tarde o temprano el carácter de las circunstancias evolucionará hacia mayores niveles de democracia y civismo”, dijo Kellerman, “y hacia niveles relativamente menores de autocracia e intimidación”.
Shifter dijo que los comentarios de Capriles posteriores a la elección tuvieron “el tono ideal”, y agregó que el panorama político de Venezuela cambiará inevitablemente. “Chávez no durará para siempre, lo preocupante es que dada la división que existe en el país y el tremendo rencor, no se puede descartar la posibilidad de que haya inestabilidad y violencia”, dijo. “La retórica que Capriles usó durante la campaña, y especialmente tras su derrota, ayuda mucho a reducir las tensiones y a buscar un camino que lleve a la reconciliación, para que el país pueda sanar”.
A pesar de que ya se dieron a conocer los resultados de las elecciones, Venezuela sigue sumida en la incertidumbre política, y persisten las dudas alrededor de la salud de Chávez.
Durante el último año, el líder de 58 años se ha visto visiblemente mermado por las cirugías y el tratamiento para combatir el cáncer. No ha revelado qué tipo de cáncer padece ni su pronóstico.
La especulación acerca del posible sucesor de Chávez creció en mayo, cuando designó a 10 nuevos asesores. Sin embargo, en julio anunció que estaba curado. Desde las votaciones del domingo, se ha comprometido a continuar con sus reformas socialistas durante su siguiente periodo de seis años y a ser “un mejor presidente cada día”.
No obstante, persiste la especulación sobre la verdadera gravedad de la situación, que el presidente se niega a revelar. “Quién sabe cuánto tiempo pueda pasar antes de la próxima elección, dada la salud del presidente”, dijo Johnson.
Este dijo que sin importar cuándo se celebre la próxima elección, “está por verse” si Capriles logra reunir el apoyo para mantener el impulso de la oposición.
Globovisión, filial de CNN, reportó el jueves que el candidato de la oposición había presentado su candidatura para la gubernatura del estado de Miranda, puesto que ostentó hasta febrero, cuando renunció para postularse a la presidencia. Las elecciones se celebrarán en diciembre y se enfrentará al exvicepresidente Elías Jaua, quien ha sido uno de los miembros clave del gabinete de Chávez.
Jethro Mullen y Mariano Castillo, de CNN, colaboraron con este reportaje.