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(CNNMéxico) — Llevar los problemas a consultarlos con la almohada es una buena idea para despejar la mente y reflexionar mejor, pero el cerebro puede ser no tan exigente y tomar una siesta de algunos minutos ayuda a reordenar la actividad en el cerebro, en especial la parte cognitiva que ofrece soluciones.

Un estudio presentado en la reunión de Neurociencia 2012 en Nueva Orleans, Estados Unidos, encontró que tomarse una siesta energética ayuda a que el hemisferio derecho del cerebro —asociado a la visualización de un panorama general de las situaciones— consiga limpiarse y retomar su capacidad, según publica el sitio Health.com.

Para conseguir el resultado, los investigadores bajo la dirección de Andrei Medvedev monitorearon la actividad cerebral de 15 personas que se tomaron un descanso y encontraron que el hemisferio derecho tenía mayor actividad, mientras que le izquierdo —más relacionado con el lenguaje y el procesamiento matemático— se mantuvo relativamente tranquilo.

Luego de unos minutos, la siesta energética consiguió que “el lado derecho del cerebro se estabilizara mejor”, según afirma Medvedev, profesor asistente en el Centro para la Imagen Funcional y Molecular de la Universidad de Georgetown en Washington, en el artículo de Health.

El hemisferio cerebral varía dependiendo si la persona es diestra o zurda, pero tiene resultados similares.

El científico interpretó el resultado de las pruebas como una “limpieza” que realizaba el cerebro durante la siesta. Y también podría tener implicaciones en la forma en que los recuerdos son almacenados en la memoria a corto y largo plazo.

El médico Suresh Kotagal, profesor de neurología de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, afirma de forma independiente al estudio que “estamos expuestos a ciertas piezas de información, pero si llegamos a soñar con ellas, el sueño parece facilitar la transferencia de información desde el banco de memoria de corto plazo al nivel de memoria más permanente”, de acuerdo con Helath.

A su vez, el médico Jonathan Friedman explica que en la actualidad los científicos están encontrando evidencias que sugieren que las siestas, por cortas que sean, ayudan a “mejorar significativamente la función cognitiva”.

“El aumento de la conocimiento de cómo el sueño mejora la función cerebral podría algún día permitirnos aprovechar este efecto, y el estudio actual puede abrir una de las muchas puertas en este sentido”, dijo Friedman a Health.

El estudio dirigido por Medvedev aún está en su etapa inicial, sin embargo, asegura que representa un avance en la perspectiva que se tiene de cómo funciona el cerebro.