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(CNN) — La sonda Curiosity llegó a la “tierra prometida” de Glenelg, en Marte, un sitio de particular interés científico en el Planeta Rojo, informó el investigador John Grotzinger.

Por poco más de una semana, la sonda había permanecido en un lugar llamado Rocknest donde había recogido material marciano en tres ocasiones.

La sonda desechó las primeras dos muestras porque fueron usadas para limpiar instrumentos de alta tecnología. El vehículo Curiosity insertó material de la tercera muestra a un instrumento llamado Química y Mineralogía (Chemin, por sus siglas en inglés), que analizó los minerales de los que se compone el material.

“Lo más importante sobre nuestro laboratorio móvil es que come tierra”, dijo Grotzinger, científico del Proyecto de Laboratorio de Ciencias de Marte y profesor en el Instituto de Tecnología de California, en un comunicado emitido el jueves.

Pero los científicos han visto algo inesperado en la tierra analizada por el Curiosity: pequeños objetos brillantes. Al principio, lucían como hechos por el hombre y fuera de lugar, dijo Grotzinger. Pero en un examen más cercano, estas manchas de un milímetro —casi el tamaño de los gránulos del suelo— no eran uniformemente brillantes y no parecían provenir del vehículo.

“La mayoría del equipo científico sintió que esto podría ser algo, de hecho, nativo de Marte”, dijo.

Hay dos teorías sobre lo que podrían ser estos pequeños objetos reflejantes. Una es ciertas clases de minerales, cuando se rompen en cierto plano, tienen una superficie plana que refleja la luz del sol. O tal vez son parte de un proceso de formación del suelo.

Probablemente esto no esté conectado con el objeto que Curiosity halló la semana pasada, que los científicos de la NASA consideran “un pedazo de material plástico, probablemente benigno”.

Las imágenes que la sonda envía desde su localización ayudarán a los científicos a elaborar más hipótesis sobre cómo se formó esta área. Eventualmente, una roca será llevada al vehículo para perforarla.

“Empezando con algunas rocas que estudiamos antes de que el análisis empezara, y continuando por las varias semanas que nos quedan enfrente, estas imágenes ayudarán a guiarnos y dar al equipo opciones de lo que estoy empezando a llamar tours”, dijo.

La sonda ha operado en Marte desde su espectacular aterrizaje realizado el 6 de agosto pasado. Después de Glenelg, se dirigirá al Monte Sharp, una montaña de casi cinco kilómetros de altura hecha de capas de sedimentos. Curiosity examinará estas capas de moléculas orgánicas, evidencia de que la vida pudo haber existido ahí alguna vez.

La misión del Curiosity, que cuesta 2.600 millones de dólares, está programada para durar unos dos años, aunque otras sondas han sobrevivido mucho más tiempo a sus expectativas de vida. La sonda Opportunity aún continúa, luego de su aterrizaje en 2004.