BOCA RATÓN, Florida (CNN) — Un nuevo y drástico consenso, que hasta hace unas pocas semanas era inconcebible, se ha apoderado de las campañas del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su contendiente republicano, Mitt Romney: los estadounidenses llegarán al día de las elecciones sin saber quién será su próximo presidente.
Las encuestas muestran resultados cada vez más cerrados, las tendencias en varios estados clave favorecen a Romney y el debate del lunes sobre el tema de política exterior no afectó radicalmente a la carrera presidencial.
Romney dedicó gran parte del año a reunir a su flanco conservador. Ahora, impulsado por su vigorosa actuación en el primer debate, planea dedicar el resto de la campaña a visitar los lugares indecisos en los que ambas campañas compiten por atraer a mujeres indecisas o susceptibles de persuasión.
Los funcionarios de la campaña de Obama reconocen en privado que Carolina del Norte, un estado del que pueden prescindir, se está alejando peligrosamente de sus manos. Las encuestas internas sugieren que Florida tiende ligeramente hacia Romney, aunque pocas personas en ambos cuarteles creen que el candidato republicano tenga una ventaja de más de uno o dos puntos porcentuales.
Ambas campañas creen que Virginia y Colorado están muy parejos, en donde la ventaja de Romney puede estar pendiendo de un hilo.
New Hampshire es incierto, la campaña de Romney está haciendo inversiones de último minuto en costosos anuncios publicitarios en televisión en la zona de Boston en un intento por recuperar ese estado para los republicanos.
Las probabilidades de la reelección del presidente descansan en el losDiez Grandes de Iowa, Wisconsin y, sobre todo, Ohio, estado en el que Romney ha encontrado obstáculos gracias a su oposición al rescate federal a la industria automotriz y a los esfuerzos del equipo de Obama por presentar al exgenio de las finanzas como desligado de la clase media.
La campaña de Obama está enfatizando las encuestas que indican una fuerte ventaja en las votaciones adelantadas, y el voto por correspondencia en Iowa y Ohio, aunque los republicanos han trabajado duro para cerrar la brecha en las votaciones tempranas que contribuyeron al triunfo de Obama en 2008.
La clave del medio oeste
No obstante, ambas campañas se enfrentan a una reñida carrera en algunos estados del medio oeste, en donde hasta hace semanas parecía que Obama dominaba firmemente.
Incluso algunos demócratas reconocen que, por el momento, el impulso está del lado de Romney.
“Lo que está deteniendo al presidente es que los votantes aún no saben qué va a hacer a principios del siguiente año para echar a andar la economía”, dijo la encuestadora demócrata Celinda Lake. “Todavía tiene tiempo para hacerlo, ya que la economía es el asunto que más llama la atención de la gente”.
El presidente está trabajando para corregir eso. Renovó los esfuerzos por definir su visión para su segundo mandato a través de un anuncio de televisión de un minuto de duración que saldrá al aire el martes en todos los estados clave.
La estrategia de Romney
Los asistentes de Romney, quienes desde el primer debate han manifestado un inusitado optimismo y entusiasmo, dicen que es demasiado tarde para que el presidente se reinvente.
“Si yo fuera el que busca la reelección, me aterraría ver que estoy en el 46, 47%”, dijo Russ Schriefer, asesor de Romney, acerca de la tasa de aprobación del presidente, que recientemente bajó del 50%.
El más reciente tema de campaña de Romney, presentarse como un líder firme y decidido con un plan claro para arreglar un país sin rumbo, enfurece a los asesores de Obama, quienes se mofan de la idea de que alguien que ha oscilado de una postura a otra a lo largo de la campaña resulte ser de pronto una opción más confiable que el presidente.
Sin embargo, los republicanos dicen que Romney por fin adoptó una postura creíble en el momento justo. “Si las elecciones fueran hoy, creo que Obama podría llevarse la victoria, pero ahora está jugando a la defensiva y haciendo una campaña muy discreta”, dijo Steve Duprey, republicano prominente de New Hampshire que asesoró a John McCain en su campaña presidencial. “Compárenlo con Romney, quien luce optimista y alegre. A la gente le gusta ver a alguien con bríos y con una retórica positiva y alegre”.
En el mundo de Romney corren los rumores de que podría darse un último esfuerzo publicitario en Michigan y Pennsylvania, estados con tendencia demócrata en donde Obama tiene la ventaja.
Un alto funcionario de la campaña de Romney, quien pidió no ser nombrado para poder hablar abiertamente acerca de las tácticas de campaña, reconoció que Michigan está probablemente perdido ya que los demócratas “nos han clavado la estaca en el tema del rescate a la industria automotriz”.
Sin embargo, en Pennsylvania, con 20 votos electorales y sin votaciones tempranas, aún existe la opción de que los publicistas de Romney hagan alguna maniobra si los resultados de las encuestas locales permanecen dentro del margen de error durante la semana anterior a las elecciones.
Los demócratas dicen que los rumores no son más que una treta, el director de la campaña de Obama, Jim Messina, respondió con un rotundo “no” cuando se le preguntó si Pennsylvania es un estado clave, a pesar de que la campaña de Romney y el Comité Nacional Republicano han mantenido un equipo de más de 60 personas en ese estado desde principios de este año.
El equipo de Obama insiste en que siempre han tenido presente que la batalla se recrudecerá en esta fase final, aunque en general los demócratas reconocen que la mala actuación del presidente en el primer debate fue un colosal golpe autoinfligido.
A pesar de la avalancha de anuncios que predominan en las transmisiones de televisión, la carrera se decidirá en “el terreno”, un aspecto fundamental, pero mal entendido de las campañas, enfocado en la mecánica de identificación de los votantes, la persuasión y la asistencia a las urnas.
A pesar de los avances que desde 2008 han mostrado los republicanos en el trabajo de campo y en las votaciones previas, que empezaron en Iowa a finales de septiembre y se llevan a cabo actualmente en otros estados indecisos, muy pocas personas en ambos partidos cuestionan la supremacía del trabajo de campo de Obama.
Los simpatizantes de Obama dicen que las inversiones tempranas en oficinas de campo y personal que se realizaron en los estados clave, la campaña está profundamente arraigada en Ohio, en donde cuenta con más de 130 oficinas desde la épica batalla de las primarias de 2008, llevarán a la victoria en noviembre.
“Creemos que haremos una excelente labor en la asistencia a las urnas”, dijo el asesor de Obama David Plouffe. “Puedes recurrir a cualquier encuesta existente para formar una opinión acerca de la carrera, pero el presidente ha tenido una postura firme en estos estados clave. Creemos que todavía tenemos una mejor posibilidad que Romney de lograr el 50% en Florida. Ciertamente creemos que así será en Virginia, Ohio, Nevada, Iowa, New Hampshire. Incluso en Carolina del Norte”.
La disputada carrera otorga a Obama la oportunidad de validar su vieja teoría de que una operación de campo superior, combinada con los cambios sutiles en la composición demográfica del electorado, dará la ventaja al presidente.
El misterio de Florida
Florida, que cuenta con más de 11 millones de votantes registrados, es la prueba de esa teoría. Durante los últimos cuatro años, en Florida se ha incrementado en casi 200,000 personas el número de electores registrados de origen hispano, de los cuales la mayoría se ha registrado como demócrata. El número de electores afroamericanos también ha crecido ligeramente. Simultáneamente, el número de votantes blancos ha disminuido levemente. Todos esos cambios favorecen a la campaña de Obama.
Los asesores de Obama en Florida ven en la zona de Orlando en particular, con su creciente población puertorriqueña que tiende hacia los demócratas, una zona de cultivo fértil en donde las votaciones anticipadas comienzan el sábado.
Si la campaña logra que el voto hispano componga el 15% del voto total el día de la elección, un poco más del 13% que obtuvo en 2008, se cree que sería suficiente con ganar dos terceras partes de ese sector para compensar las ligeras pérdidas entre los votantes blancos o los independientes.
Es un riesgo para el que la campaña de Obama se ha preparado desde 2009, en particular en los estados con creciente población hispana como Florida, Nevada y Colorado.
Mientras tanto, los republicanos esperan que el entusiasmo entre la base crezca esta temporada y les ayude a compensar el retraso en las labores de campo.
Los republicanos tienen una estructura similar establecida a los largo del campo de batalla político y presumen de haber realizado una cantidad récord de llamadas y visitas a domicilio en este ciclo. Sin embargo, los demócratas dicen que las cifras son exageradas, en parte porque los mensajes de las contestadoras automáticas se consideran como contacto con los votantes.
Además de las visitas a domicilio, la campaña de Obama está realizando llamadas telefónicas de una forma más tradicional, trabajan con una lista de llamadas y anotan los datos de los votantes, que se capturan manualmente en la base de datos de la campaña todas las noches.