Por Mitt Romney, especial para CNN
Nota del editor:Mitt Romney, exgobernador de Massachusetts es el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos.
Mi búsqueda por la presidencia empezó el 2 de junio de 2011, en la granja de Doug y Stella Scamman, en Stratham, Nueva Hampshire. En aquel momento dije que nuestro país es una tierra de libertad y oportunidad. Hablé sobre el trabajo duro de los millones de estadounidenses que construyeron nuestro experimento extraordinario de autonomía. De la nada forjaron una tierra de prosperidad inmensa y potencial ilimitado. En aquel momento dije: “Creo en Estados Unidos”.
Más de un año después, he llevado ese mensaje por todo EE.UU. A medida que nos acercamos al día de la elección, es un buen momento para reflexionar qué significa creer en Estados Unidos.
Estados Unidos es un lugar donde la libertad resuena. Es un lugar donde podemos discutir nuestras diferencias sin miedo a alguna consecuencia peor que la crítica, donde podemos creer en cualquier religión o credo que elijamos, donde podemos perseguir nuestros sueños sin importar qué tan grandes o pequeños sean. Es un lugar que no solo aprecia la libertad, sino que está dispuesto a defenderla. Esas son las cualidades que nos definen.
Estados Unidos es una tierra de oportunidades. Pero últimamente, en el caso de muchos estadounidenses, la oportunidad no precisamente ha tocado a su puerta.
Nos hemos atascado en una desaceleración económica que ha dejado a millones de nuestros conciudadanos desempleados. Podemos encontrar las consecuencias a nuestro alrededor, en los sueños destrozados, en las vidas interrumpidas, en los planes aplazados y en las esperanzas debilitadas.
No siempre ha sido así. Ciertamente no tiene que ser así en el futuro. Estamos en esto juntos. Y unidos podremos salir de estos problemas.
Junto a Paul Ryan expuse un plan de recuperación económica que consiste en cinco elementos centrales para crear 12 millones de empleos en cuatro años.
- Produciremos más de la energía que necesitamos para calentar nuestros hogares, llenar los tanques de nuestros autos, y haremos que nuestra economía crezca. Detendremos la guerra del presidente Obama en contra del carbón, su desprecio por el petróleo y su esfuerzo de obstaculizar el gas natural con regulaciones federales a la tecnología para producirlo.
Apoyaremos la energía nuclear y renovable, pero eliminaremos gradualmente los subsidios una vez que la industria se levante. Invertiremos en investigación para hacer descubrimientos que puedan cambiar nuestro mundo de la energía. Para el 2020, habremos logrado la independencia energética.
- Conservaremos nuestra fuerza de trabajo para los empleos del futuro y nos aseguraremos de que cada niño reciba una educación de calidad sin importar donde vivan, en especial en nuestras ciudades del interior. Padres y estudiante —no administraciones ni sindicatos— necesitan una mejor opción.
Nuestro actual sistema para mantener a los trabajadores es un laberinto de programas federales integrado por 47 programas y nueve agencias. Eliminaremos esta redundancia y empoderaremos a los 50 estados y al sector privado para desarrollar esquemas propios.
- Haremos que el comercio funcione para Estados Unidos. Abriremos más mercados a la agricultura, los productos y los servicios estadounidenses. Y finalmente responsabilizaremos a cualquier nación que juegue fuera de las reglas. Defenderé los derechos y los intereses de los trabajadores y empleadores estadounidenses.
- Restauraremos la sanidad fiscal en Washington al terminar con el gasto federal y los préstamos excesivos que en solo cuatro años añadieron más deuda pública que casi todas las administraciones pasadas combinadas. Encarrilaremos a Estados Unidos con un presupuesto equilibrado al eliminar programas innecesarios, al regresar algunos de estos a los estados, donde pueden ser administrados con menos abuso y a un costo menor, y encogeremos la burocracia de Washington.
- Finalmente, abogaremos por las pequeñas empresas, ese gran motor creador de empleos en nuestro país, con reformas al código fiscal, actualización y cambios a las regulaciones que han sofocado el crecimiento económico.
Nada es fácil en Washington, pero estas metas tienen su origen en acuerdos bipartidistas, y trabajaré con los miembros de ambos partidos para lograrlas.
Como gobernador de un estado que fue muy demócrata, siempre estaba listo para trabajar con las otras facciones y con orgullo puedo señalar los resultados. He aprendido que cuando nos unimos para resolver problemas, con un espíritu práctico, podemos lograr milagros.
Al respecto, ofrezco un contraste con lo que vemos en Washington actualmente. Hemos visto cómo una parte ha impulsado su agenda sin involucrar a la otra. Hemos visto el estancamiento y cómo ha dominado el conflicto insignificante, mientras que los asuntos más importantes que enfrenta la nación, como una tasa de desempleo alta, pasan desapercibidos. Las discusiones deben terminar. Las voy a terminar. Y llegaré a acuerdos para resolver los problemas de EE.UU.
Nuestra crisis económica no solo amenaza el bienestar de la ciudadanía, tiene grandes consecuencias en otras áreas. La debilidad económica de los últimos años ha debilitado nuestra postura en política exterior. El gasto interno desmedido ha llevado al presidente a proponer una reducción de cientos de millones en los recursos para la defensa. Su propio secretario de Defensa ha dicho que estos recortes “devastarían” a nuestra seguridad nacional.
La tarea más importante para cualquier presidente, expuesta en el preámbulo de nuestra Constitución, es proveer para la defensa común. Como comandante en jefe, quitaré la profunda reducción y los recortes arbitrarios a nuestra milicia propuestos por el presidente. Nuestros soldados jamás deben carecer de las herramientas necesarias para completar su misión y regresar a salvo a casa. Y prevenir la guerra es un interés nacional supremo. Me aseguraré de que nuestra milicia sea lo suficientemente fuerte para que ningún adversario se atreva a desafiarnos.
Recordemos nuestra historia. Hemos logrado mucho, tanto en el mundo como en casa. Hemos derrotado tiranías. Hemos sacado a cientos de millones de la pobreza. Hemos transformado nuestra sociedad en una unidad más perfecta. Hemos creado una tierra de libertad y prosperidad. Los problemas que tenemos que superar ahora no son más grandes que nosotros. Podemos derrotarlos. Estoy ofreciendo un cambio real y una opción real.
(Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Mitt Romney).