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(CNNMéxico) — Michelle Obama, de 48 años se define ante todo como madre de Malia, de 14 años, y Sasha, de 11. Como ellas, nació y se crió en Chicago, en una familia humilde, que la inspiró para que lograra la educación que ellos no habían tenido. Estudió Sociología y Estudios Afroamericanos en la Universidad de Princeton. Tras graduarse en Derecho en Harvard en 1988, trabajó en un bufete de abogados donde conoció a su esposo.

La siguiente etapa fue trabajadora social en la administración pública y en la Universidad de Chicago, con los jóvenes como su mayor preocupación, con los que logró un impulso del voluntariado.

Ese espíritu se refleja en su labor actual, como su proyecto Let’s move, una campaña multidisciplinar a nivel nacional contra la obesidad infantil a través de una vida sana. Las familias de militares o el fomento de la cultura son otras de sus preocupaciones.

Su papel en la Casa Blanca comenzó siendo discreto, pero estos cuatro años se ha ganado un lugar en la política de EE.UU., que demostró en su discurso durante la Convención Demócrata de septiembre en Charlotte, Carolina.

Michelle defendió entonces las cualidades políticas de Obama, así como sus valores humanos, como la honestidad, la integridad, la dignidad, la gratitud y la humildad. “Barack sigue siendo el mismo hombre de quien me enamoré”, dijo Michelle, radiante, con un vestido fucsia sobre el escenario del Time Warner Cable Arena.

Su nombre, su rostro y las historias de su influencia tras bambalinas son una constante en los medios, y muchas veces en palabras e imágenes no muy halagadoras.

Algunos libros la retratan peleando con el personal de la Casa Blanca, las revistas la han caricaturizado como una activista militante y en la televisión a veces se refieren a ella como “una mujer negra enojada”. Con todo, se mantiene centrada en sus asuntos.

Michelle Obama ha ganado confianza y soltura, tiene página de Facebook y cuentas en redes sociales como Twitter y Pinterest, en las que ha compartido algunas fotos de juventud e instantáneas con su familia en la Casa Blanca, como si fueran una familia cualquiera.

Obama asegura que está “orgulloso” de su esposa, la considera el pilar de la familia, el amor de su vida y la mujer firme que le ayuda a “no perder el norte”.