De acuerdo con la Constitución japonesa, las elecciones deben celebrarse dentro de los 40 días posteriores  a la disolución.

Por Alex Zolbert y Yoko Wakatsuki

Tokio (CNN) — El primer ministro de Japón, Yoshihiko Noda, disolvió la Cámara baja del Parlamento este viernes, preparando el escenario para las elecciones generales del próximo mes que podría traer pérdidas a su partido.

La decisión fue tomada bajo la presión de la oposición principal del Partido Demócrata Liberal, y que podría resultar impopular entre algunos miembros del propio partido de Noda, que tiene tres años en el poder.

Y que también podría costarle su trabajo.

En el cargo desde septiembre de 2011, Noda es el último de una de una serie de líderes japoneses políticamente frágiles. Él es el sexto primer ministro en los últimos seis años transcurridos desde la salida de Junichiro Koizumi, quien estuvo en el poder durante más de cinco años.

Los índices de aprobación de Noda y su gabinete han caído profundamente en las encuestas, pues Japón ha fallado en sus intentos de salir del estancamiento económico en el que lleva dos décadas. Muchos miembros de su partido temen perder sus escaños en una elección.

Pero con el gobierno de Japón en dirección a una crisis financiera, Noda acordó a principios de esta semana disolver el Parlamento si el Partido Demócrata Liberal daba su apoyo a la legislación clave, incluyendo un proyecto de ley necesaria que permite al gobierno seguir financiándose. Ese proyecto de ley fue aprobado el viernes por la Cámara alta, donde la oposición domina.

Noda cumplió con su parte del trato para la disolución de la Cámara baja del Parlamento y de este modo poner en movimiento el proceso electoral.

De acuerdo con la Constitución japonesa, las elecciones deben celebrarse dentro de los 40 días posteriores a la disolución.

Basados en los pronósticos actuales de Japón, es probable que ninguno de los dos principales partidos tenga los votos suficientes en las elecciones para formar un gobierno de mayoría. El Partido Demócrata Liberal está liderado por Shinzo Abe, un exprimer ministro que renunció por razones de salud en 2007, después de un año en el puesto.

A pesar del oscuro panorama electoral de su partido, Noda tuvo una pequeña opción para llegar a un acuerdo con Abe. Si no se consigue el crucial proyecto de ley financiero a través de la Cámara alta controlada por Partido Demócrata Liberal habría dejado el gobierno en peligro de quedarse sin dinero en efectivo.

El potencial estancamiento entre los dos principales partidos en las elecciones del próximo mes plantea la posibilidad de un periodo de reparto de decisiones con pequeños partidos en la legislatura para formar una coalición.

La gran pregunta es si el gobierno resultante tendrá la unidad y la visión de promulgar medidas para sacar al país de sus problemas económicos. Los datos publicados esta semana mostraron que la economía japonesa se contrajo a un ritmo anual del 3.5% en el último trimestre, lo que sugiere que corre el riesgo de volver a caer en recesión.

Una amarga disputa territorial con China ha infectado las relaciones comerciales entre los dos gigantes económicos de Asia. Los consumidores chinos han evitado los productos japoneses debido a rencillas que han desplomado las ventas en el país a los fabricantes de automóviles como Toyota y Nissan.

En términos más generales el país está luchando con una deuda y una población cada vez más envejecida, los desafíos que los analistas dicen, requieren de reformas audaces para hacer frente.

Junko Ogura, en Tokio, y Jethro Mullen, en Hong Kong, contribuyeron con este reporte.