Por Verónica Díaz Favela
(CNNMéxico) — Cientos de mexicanos residentes en Nueva York se quedaron sin casa, sin enseres o sin empleo tras el paso de la supertormenta Sandy por el este de Estados Unidos. En algunos casos, no se atreven a solicitar ayuda y son víctimas de abusos por temor a que las autoridades detecten su situación migratoria irregular.
“Es muy difícil que salgan a pedir ayuda”, dice vía telefónica a CNNMéxico el chileno Gonzalo Mercado, director del Centro del Inmigrante, ubicado en el condado de Staten Island, uno de los más afectados en Nueva York por la tormenta.
Sandy mató a 111 personas y dejó a millones sin energía eléctrica a finales de octubre. Uno de ellos fue Ubaldo Cruz Martínez, un inmigrante poblano, originario de San Jerónimo Xayacatlán, que falleció en Staten Island. A principios de noviembre, se calculaba que entre 30.000 y 40.000 personas necesitaban una nueva casa, dijo entonces el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg.
Pasada la tormenta, algunos caseros se niegan a devolver los depósitos de las viviendas que quedaron inhabitables, están cobrando más caras las rentas o están pidiendo requisitos que no están incluidos en la ley porque saben de la condición vulnerable de los indocumentados, dice Mercado.
Brigadas de voluntarios del Centro del Inmigrante recorren las calles de Staten Island desde el paso del ciclón para localizar esas historias. Una de ellas es la de dos hermanos mexicanos que vivían cerca de la playa y que tuvieron que sostenerse media hora de un poste de luz para evitar que las olas se los llevaran, o la de un padre de familia que tuvo que romper el techo de su casa para sacar a su familia y evitar que se ahogaran.
Los brigadistas del Centro del Inmigrante encuentran estos casos entre las familias de inmigrantes asustadas por la presencia de la Guardia Nacional y la policía, cuenta Mercado.
El Centro del Inmigrante, creado en 1997 para apoyar a trabajadores indocumentados recién llegados a Estados Unidos, ha distribuido comida, ropa y artículos de limpieza, y ha ayudado a mover escombros de casas de unas 150 familias latinas, de las que el 90% son mexicanas. También les ofrece asesoría legal para evitar abusos.
Pese a que los refugios establecidos por el gobierno no piden documentos, muchas familias mexicanas rechazan usarlos para ocultar su condición migratoria y “por cultura”. Prefieren compartir casa con familiares o amigos, dice Mercado. “Se está creando mucho problema”, añade, y explica que hay viviendas que están ocupadas por el doble de personas para las que están diseñadas.
Cientos de afectados
El Consulado de México en Nueva York ha entregado ayuda económica o está en proceso de entregarla a 710 mexicanos afectados por Sandyen Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut, de acuerdo con Julio César García, encargado de prensa de la delegación. El consulado también ha enviado brigadas a los refugios para identificar a mexicanos que necesitan ayuda.
Un ejemplo es el caso de dos hermanos de Puebla que se quedaron sin casa y sin trabajo, cuenta García. Uno de los hermanos es soltero, el otro está casado y vive con su esposa y sus dos bebés. Ambos vivían en departamentos ubicados en sótanos a los que no podrán regresar.
“Hasta el momento, hay muchos (mexicanos) que todavía no pueden regresar a sus hogares, la mayoría de ellos no son propietarios del inmueble sino que arriendan su departamento, y no han podido regresar porque tienen daños estructurales o las labores de limpieza no han terminado”, cuenta García. En otros casos, los dueños de los edificios decidieron que ya no los rentarán.
El consulado mexicano está atendiendo “casos de necesidad extrema”, personas sin vivienda, ni empleo, para que cubran sus necesidades básicas, dice García sin especificar los montos que entregan.
En torno a 1,200,000 mexicanos viven el área de influencia del consulado, que abarca Nueva York, Connecticut y parte de Nueva Jersey. Casi la mitad son de Puebla, el resto es de Oaxaca, la Ciudad de México, Guerrero y Estado de México, entre otros.
Quienes viven en la zona conurbada de la ciudad de Nueva York trabajan principalmente en el sector de servicios: en restaurantes, en hoteles, como mensajeros. En New Jersey, viven más mexicanos dedicados a la construcción, según información del consulado. Algunos trabajaban en negocios como pizzerías, que tuvieron que suspender su actividad por la tormenta, según García.
Sandy aumentó el empleo para los jornaleros, que ahora trabajan en tareas de reconstrucción para el gobierno a través de contratistas. Estos les pagan 10 dólares por hora en lugar de los 50 dólares que por ley deberían entregarles.
“Se les está asesorando para que sepan que los contratistas están obligados a pagarles extra por hacer un trabajo para el gobierno sin importar su condición migratoria”, según Mercado.
El Instituto Cultural de México en Nueva York abrió una cuenta para reunir dinero para los mexicanos que no cumplen con los requisitos para recibir recursos del gobierno de Estados Unidos para encontrar vivienda.
“Muchas familias mexicanas no tienen un techo sobre sus cabezas o los recursos para comenzar a reconstruir sus vidas y las de sus seres queridos”, indica un comunicado del Instituto difundido a través de su cuenta de Twitter.
El apoyo económico es deducible de impuestos y se dedicarán “exclusivamente para ayudar a las víctimas del huracán Sandy”, según la institución. Los depósitos se pueden realizar a JPMorgan Chase Bank. Número de cuenta 152012079, con el número de guía 021000021.