(CNN) — El equipo de sepultureros del Cementerio Shaikh Radwan, en la ciudad de Gaza, preparó 15 tumbas este lunes, en su jornada más ajetreada hasta ahora. Ahora se prepara para más.
Uno de los espacios era para Yusif Al-Dalou, de 5 años. Él y ocho miembros de su familia murieron el domingo en un ataque aéreo israelí contra su casa.
Sus cuerpos fueron trasladados por las calles al cementerio, entre el sonido de los disparos bajo las banderas de Hamas. Después de que la muchedumbre se fuera y pararan los cantos, sus amigos y familiares rezaron a media voz.
Las autoridades israelíes dicen que el ataque aéreo tenía como objetivo un oficial militar de Hamas, aunque hasta ahora no hay datos de que algún oficial de Hamas estuviera entre los muertos.
El principal cementerio de la ciudad de Gaza está ubicado fuera de la ciudad, cerca de la frontera con Israel y, por lo tanto, en un lugar demasiado peligroso como para realizar funerales.
Los familiares llevaron sus muertos al Cementerio Shaikh Radwan, técnicamente lleno. En el lugar donde alguna vez estuvo en pie la casa de Al-Dalou, los dolientes saludaron a una delegación egipcia encabezada por Mohamed Katatni, líder del Partido Libertad y Justicia, brazo político de los Hermanos Musulmanes.
Un integrante de la delegación prometió venganza contra Israel por las muertes de los niños de Gaza, atrapados en un conflicto para el que eran demasiado jóvenes como para comprenderlo.
“Habrá una intensificación”, dijo Hamdi, cuyo hermano murió el domingo en otro ataque israelí. Como muchos, dijo que está cansado de la guerra, pero que ve más por venir. “Israel no aceptará nuestras condiciones”, dijo. “Quiere sangre por sangre”.
Israel ha exigido el fin de los ataques con cohetes desde Gaza. “Hoy, 116 cohetes fueron lanzados desde Gaza hacia Israel”, dijo a CNN el vocero del Ejército israelí, el teniente coronel Avital Leibovich. “No fue un día tranquilo”.
El panorama en algunas partes de esta franja de tierra, que mide aproximadamente dos veces el tamaño de Washington D.C., y que es hogar de 1.7 millones de habitantes, revela el tipo de imágenes que por lo general muestran las cadenas de noticias después de los grandes terremotos: montones de escombros, cuerpos sin vida, supervivientes, algunos entre lamentos, otros con un semblante desconcertado.
Pero las fuerzas que el lunes dieron forma al paisaje salpicado de la ciudad de Gaza no fueron obra de Dios, dijeron los habitantes del lugar en el sexto día consecutivo de ataques israelíes.
Al caer la noche, las calles de la ciudad estaban desiertas, tranquilas, aunque con el constante zumbido de los aviones no tripulados y de vez en cuando las explosiones de misiles. Una explosión arrojó el domingo un trozo de carretera del tamaño de una roca grande al techo de un edificio de dos pisos en el que dos niños y su familia vivían.
“Los pequeños estaban bajo los escombros”, dijo su tía a CNN, mientras señalaba los restos llenos de cenizas. “Estaban durmiendo con su padre. De repente, la casa se derrumbó. El hermano corrió hacia ellos. Los encontró bajo esta roca”.
Los familiares dicen que los niños de dos y cuatro años murieron aplastados; una roca estaba teñida de rojo y el resto del cuarto estaba lleno de tierra. Su padre sobrevivió.
En un departamento ubicado en una planta inferior, una mujer de 22 años, la madre de los niños, vestía un velo negro que la cubría por completo, excepto los ojos. “Estoy impactada”, dijo. “No puedo creerlo. Mis dos hijos. No tienen precio para mí. Ahora mi vida es muy difícil”.
Colocó sus manos en la ranura de tela sobre los ojos, encorvándose y estremeciéndose. El ataque aéreo ocurrió alrededor de la una y media de la madrugada. Cuando CNN llegó, unas horas después, una excavadora quitaba montones de tierra en lo que los vecinos dijeron que era un cráter provocado por la explosión.
A unas cuantas calles, la gente se encontraba en un paisaje similar. El techo de un edificio de tres pisos estaba en el suelo. A unos metros de distancia, un hombre ataviado con una camiseta verde sujetó su cabeza entre sus manos mientras observaba los escombros. Dijo que había sido advertido. “Las Fuerzas de Defensa de Israel nos llamaron”, dijo. “Al principio, no les creímos. Después recibimos un impacto con un pequeño cohete que cayó en el techo. Diez minutos después, impactaron la casa”.
Para entonces, los habitantes de la casa habían sido evacuados. Sin embargo, 15 vecinos resultaron heridos en el siguiente ataque, dijo. Las fuerzas armadas israelíes dijeron que no podían confirmar su responsabilidad en los dos ataques contra un barrio conocido por haber lanzado cohetes hacia Israel.
El personal de CNN vio explotar cohetes en la zona, dejando una estela de humo sobre la mezquita del barrio.
Un edificio que albergaba un centro utilizado por algunos medios de comunicación también fue objeto de los misiles israelíes. Los testigos dijeron que tras tres explosiones vino una bola de fuego desde el tercer piso.
Al menos dos personas murieron, dijeron fuentes palestinas. Entre ellos estaba Ramez Harb, jefe de información de la oficina de prensa militar de la Yihad Islámica Palestina, dijeron las fuentes. Además, dos niños resultaron heridos, de acuerdo con las fuentes.
A los periodistas que estaban dentro del edificio también se les había advertido que salieran. Así lo hicieron, permaneciendo afuera durante varias horas, después de lo cual unos cuantos regresaron. Fue entonces cuando recibió el impacto. El edificio también recibió ataques el domingo.
Ben Wedeman, Sara Sidner y Arwa Damon, de CNN, contribuyeron con este reporte.