Por Joe Robinson
(CNN) — Rodeada de un espesa selva tropical y de siglos de misterio, la antigua ciudad maya de Tikal es uno de los lugares turísticos más emblemáticos y desconocidos de la antigüedad en occidente.
Conocemos mucho sobre Machu Picchu, pero el balance y la preservación de Tikal, ubicada en la zona baja del follaje tropical al este de Guatemala, minimiza las famosas ruinas en Perú.
Algunos de los elevados templos de Tikal, que emergen a través de la densa jungla, eran los edificios más altos del Nuevo Mundo hasta el siglo XIX.
Si quieres vivir la experiencia de recorrer la plaza central de una ciudad maya del año 800 después de Cristo (d.C), el lugar es una cápsula de tiempo abierta, que se complementa con los efectos sonoros de los monos aulladores, monos araña, pericos y otras 285 especies de pájaros.
El ambiente natural es igual a como era hace 1,300 años, cuando por razones que aún son un misterio, los habitantes desaparecieron a finales del siglo X.
Fue una de las metrópolis más grandes de la civilización maya y una de las más grandes del mundo. Ubicada en el selvático Parque Nacional de Tikal, a unos 322 kilómetros al norte de la ciudad de Guatemala, y al sur de la Península de Yucatán, se estableció desde el año 600 antes de Cristo (a.C).
La mayoría de los edificios visibles actualmente datan de los años 590 a 900 a.C.
Con una población de 10,000 a 90,000 personas, Tikal era más grande que Londres en el año 800 a.C.
Los arqueólogos encontraron 3,000 estructuras en un área de 9.6 kilómetros cuadrados, con más de 200 monumentos y altares esculpidos en piedra.
A diferencia de la mayoría de los sitios arqueológicos, donde las vistas tienden a ser montes cubiertos de pasto o piedras apenas más altas que una persona, en la ciudad maya, los edificios son de una escala monumental al igual que hace un milenio.
La Gran Plaza y el centro ceremonial de Tikal, un lugar que parece haber sido diseñado por un faraón caprichoso, son ejemplos de las colosales estructuras de la región.
Los templos de forma piramidal parecen tocar el cielo alrededor de la Gran Plaza, algunos de 4,046 hectáreas pavimentados con piedra caliza. El centro fue el escenario de ritos religiosos y épicos dramas por siglos, sin mencionar los eventos deportivos.
Hay varias canchas de pelota, una en la zona principal, donde los deportistas antiguos jugaban con una pelota de hule sin usar sus manos.
No se sabe cómo o si acaso había un registro del marcador, pero ciertamente había un incentivo para el ganador. Los expertos dicen que el castigo por perder era la muerte para el líder del equipo.
Otros piensan que eran los ganadores quienes tenían el honor de recibir una muerte ceremonial.
El Templo Uno debió de haber sido reservado para los acróbatas aéreos. Llegar a la cima de esta escalera vertical de casi 52 metros de altura —y volver a bajar— requiere dar pisadas de una cabra de montaña.
De cara a este, se encuentra el Templo Dos, una estructura gigante que mide unos 44 metros más que el de la Gran Plaza, está rodeada de más templos en la Acrópolis Central y la Acrópolis del Norte.
El Templo IV fue alguna vez el edificio más alto en la América precolombina, alcanzaba los 65 metros. Puedes subir a su techo para una vista privilegiada del panorama.
Desde las cimas de los templos en Tikal, puedes ver el techo blanco que sobresale en la selva y te invita a reflexionar sobre la lejanía y el misterio oculto de la civilización.
Por la razón que sea, los mayas eligieron una ubicación que albergaría a decenas de miles de personas, en la que no había un río o un cuerpo extenso de agua. Ellos dependían completamente de la lluvia estacionaria para su suplemento de agua, la cual recolectaban en sus reservas.
Esta era una civilización avanzada que conocía de ingeniería, matemáticas y astronomía, posiblemente mejor que sus contrapartes europeas del siglo VIII.
Los residentes de Tikal crearon un calendario de 365 días, y su ciclo lunar solo estaba mal calculado por siete minutos, una diferencia que solo podían calcular los mejores y modernos instrumentos.
Mientras nadie sepa a ciencia cierta qué sucedió con los mayas en Guatemala, algunos seguirán pensando que la sequía pudo haber sido responsable de su desaparición, como sucedió con las sociedades nativas americanas al suroeste de Estados Unidos.
Al depender de la lluvia y con una población en crecimiento, Tikal era vulnerable al cambio climático y a la extinción.
Tikal es un lugar turístico, Patrimonio de la Humanidad desde 1979. El acceso más fácil a Tikal es por el pequeño pueblo de Flores, Guatemala. Tiene varias opciones de alojamiento y recorridos nocturnos para trasnochar.