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WASHINGTON (CNN) — Los republicanos de la Cámara de Representantes de Estados Unidos presentaron este lunes una contrapropuesta en la batalla por evitar el llamado “precipicio fiscal”, pero fue rápidamente rechazada por el gobierno de Barack Obama por no exigir mayores impuestos a los contribuyentes más acaudalados del país.

Con su propuesta, los republicanos prometen ahorrar 2,2 billones de dólares en el déficit a lo largo de la próxima década, incluidos 800.000 millones de la reforma fiscal, 600.000 millones en reformas a Medicare y otros ahorros en el sector salud y 600.000 millones en recortes al gasto, según dijeron a los reporteros los asistentes de la dirigencia republicana en la Cámara.

El presidente de la Cámara, John Boehner, dijo que era “un plan creíble que merecía consideración en la Casa Blanca”. La maniobra se dio tras las acusaciones que ambos bandos se han proferido acerca de la poca sinceridad de las partes para lograr un acuerdo en el que se eviten los incrementos fiscales y los cortes al gasto automáticos que entrarían en vigor en enero, un escenario que muchos economistas dicen dañará la economía estadounidense.

Los altos funcionarios del gobierno de Obama rechazaron el plan de los republicanos y lo llamaron un paso atrás en las negociaciones que no merecía una contraoferta porque no era lo suficientemente serio.

El vocero de la Casa Blanca, Dan Pfeiffer, criticó el plan por no haber pasado “la prueba el equilibrio”. Otro vocero de Obama, Jay Carney, dijo antes que el presidente “no firmará una propuesta de ley con la que se extienda la vigencia de esas tasas para el 2% más rico”, como se propone en el plan.

“Hasta que los republicanos del Congreso estén seriamente dispuestos a pedir a los más ricos que paguen impuestos ligeramente mayores no lograremos llegar a un acuerdo significativo y balanceado para reducir nuestro déficit”, dijo Pfeiffer.

La maniobra republicana se dio bajo la presión por lograr un voto en la Cámara, cosa que Boehner ha evitado hasta ahora, acerca de una medida que ya ha sido aprobada en el Senado, con la que se reducirán los impuestos a las familias con ingresos menores a 250,000 dólares al año y se permitirá que las tasas para las familias de ingresos mayores vuelvan a los niveles que había en la era de Clinton. Las tasas más bajas, que se implementaron en 2001 y 2003, se extendieron por dos años en 2010 como parte de un acuerdo presupuestario.

Uno de los temas centrales del primer mandato y de la campaña de reelección del presidente fue el plan para la reducción del déficit con el que se incrementarían los ingresos en casi 1 billón de dólares a lo largo de 10 años, lo que comprendería una porción significativa de la reducción total al déficit de 4 billones de dólares. Además del paquete de estímulos por 50,000 millones de dólares, con su propuesta se acabaría con las lagunas, las deducciones límite, se equipararían los impuestos estatales con los que había en 2009 y se aumentarían las tasas sobre los capitales adquiridos y los dividendos.

Con todo, los republicanos, bajo la batuta de Boehner, se han opuesto a cualquier incremento a las tasas de impuestos, incluso para los estadounidenses más adinerados. Han dicho que el acuerdo debe contemplar reformas importantes a los programas de prestaciones como los programas de servicios de salud de Medicare y Medicaid para adultos mayores, discapacitados y pobres, programas dirigidos por el gobierno.

En contraste, en la propuesta presentada este lunes se habla de disminuciones al déficit por 800,000 millones de dólares a través de la reforma fiscal, incluida una cantidad no determinada de ingresos alimentados por la eliminación de las exenciones fiscales y las lagunas.

Los republicanos argumentan que la oferta se basa en una estructura propuesta el año pasado por Erskine Bowles, un demócrata que fungió como jefe del gabinete en la Casa Blanca y codirector del panel para la reducción del déficit designado por Obama en 2010.

“De ninguna manera es una solución adecuada a largo plazo, ya que la solución de nuestra crisis fiscal requerirá de reformas fundamentales a los programas de prestaciones”, decía la declaración de los republicanos. “De hecho, el plan Bowles es imperfecto pero equilibrado en justa medida y nos permitirá evitar el precipicio fiscal sin afectar a nuestra economía y sin destruir fuentes de empleo”.

Pfeiffer dijo en su respuesta que el plan republicano “no aporta nada nuevo y no ofrece detalles acerca de las deducciones que se eliminarían, las lagunas que se cerrarían o los ahorros en Medicare que se lograrían”.

Los republicanos exigieron el año pasado que se hicieran grandes recortes al presupuesto antes de autorizar un aumento en el techo del déficit federal, una batalla que contribuyó al descenso de la calificación del crédito de Estados Unidos.

Esa crisis llegó a su fin gracias a un arreglo temporal que desató la crisis actual y con la que se ha preparado el terreno para los agudos y generalizados aumentos fiscales y la puesta en marcha de los recortes al presupuesto por 1 billón de dólares a lo largo de 10 años si no se llega a un acuerdo.

Los expertos han dicho que el no llegar a un acuerdo acerca del “precipicio fiscal” y no crear una estructura que de pie a la negociación para un paquete más amplio para la reducción del déficit, una vez que el Congreso entre en sesiones en enero, causará un caos económico y amenazará la calificación crediticia de Estados Unidos. El Centro de Políticas Fiscales calcula que las familias de clase media pagarían cerca de 2,000 dólares más al año en impuestos si no se toman medidas.

Según una encuesta de CNN y ORC International, publicada la semana pasada, el 56% de los encuestados dijo que el aumento de impuestos sería justo siempre que ayude a las personas de menores ingresos, mientras que el 36% dijo que los impuestos deben mantenerse bajos para crear empleos.

En otra encuesta efectuada por la cadena ABC News y el Washington Post, se mostró que dos terceras partes de los encuestados apoyaban la propuesta de Obama para mantener las tasas de impuestos para todos excepto los estadounidenses más adinerados.

¿Entonces, qué pasará después? Los altos funcionarios del gobierno de Obama rechazaron el plan este lunes, principalmente porque dijeron que de hecho se reducirían las tasas para el 2% que tiene mayores ingresos, además de que carecía de detalles.

Sin embargo, aun cuando oficialmente no hay más proyectos de propuestas en curso, ambas partes siguen en negociaciones, dijeron los funcionarios.

Ashley Killough, Adam Levy, Deirdre Walsh y Jessica Yellin de CNN colaboraron para este reportaje.