CNNE 802cea35 - dating-mature-couple-wine-vino-pareja

(CNN) — Para David Kizelewicz no fue fácil salir adelante como padre soltero de cuatro hijos. Hizo lo mejor que pudo para hacer la cena todas las noches y pasar tiempo de calidad con sus hijos, quienes de alguna forma “resultaron ser más inteligentes que yo”, bromea.

Kizelewicz, hoy de 63 años, está criando una segunda familia. Sigue haciendo la cena la mayoría de las noches, pero ahora tiene una casa más grande, un empleo estable y una esposa cuyo ingreso adicional facilita mucho las cosas.

Algunas personas le advirtieron acerca de volverse a casar a los 49 años. Ella tenía 29 años y acababa de terminar un matrimonio lleno de violencia emocional con su primer marido, padre de su hija.

Hoy, 13 años y un hijo después, David y Natalie dicen que son más felices de lo que fueron en sus matrimonios previos. Saben qué quieren de una relación y el uno del otro.

“En tu primer matrimonio estás empezando y luchando”, dijo Kizelewicz, quien ahora es supervisor de construcción.

Ha sido un largo camino hacia la felicidad. David Kizelewicz estuvo casado con la madre de sus hijos y luego con otra mujer, pero ambas relaciones terminaron en divorcio. La pareja está ganándole a la tendencia. En un estudio de 2009 se descubrió que, como muchos se divorcian y vuelven a casarse, es más probable que los nuevos matrimonios tardíos también terminen en divorcio.

Los Kizelewicz dicen que las lecciones aprendidas en los matrimonios anteriores pueden ayudar a enriquecer las relaciones futuras. “Estamos muy agradecidos de tener un buen matrimonio esta vez; no tenemos nada por qué pelearnos”, dijo Natalie Kizelewicz. “Es raro que discutamos y creo que se debe a que nos llevamos muy bien”.

A menudo los segundos matrimonios fallan porque las personas no se toman el tiempo de descubrir qué salió mal en la primera unión y para reconocer su responsabilidad en el fracaso del matrimonio, dijo la psicoterapeuta Lisa Brateman.

“Todos prefieren culpar al otro y decir que hizo esto o que era demasiado controlador, pero ¿eras tan pasivo que dejaste que continuara?”, explica. “¿Qué te asustaba tanto como para hacerte perder tu voz durante tantos años?”

Algunas mujeres, al encontrarse solas después de años de dependencia económica se apresuran a entablar otra relación sin tomar en cuenta si la persona es la correcta para ellas, dijo Brateman.

“Las relaciones se tratan de mejorar tu vida, no de darte una vida”, dijo.

No todos buscan casarse, pero sigue existiendo el deseo de amor y compañía, dijo Terri Orbuch, psicóloga y experta en relaciones en OurTime.com, un sitio web de citas para personas de más de 50 años.

Sin embargo, para quienes han hecho un poco de introspección, el enfoque para encontrar una nueva pareja es más refinado. “Están más concentrados en la compatibilidad, en encontrar a alguien que los haga felices, más de lo que fueron de jóvenes”, dijo Orbuch.

Orbuch entrevistó a varias personas para su próximo libro: “Reencontrar el amor: Seis pasos sencillos para una relación nueva y feliz”. Habían aprendido tres lecciones importantes de sus matrimonios fallidos.

1. Comunicación

La comunicación es la clave, y no sólo la “comunicación de mantenimiento”.

“No puedes hablar siempre del trabajo, la familia, quién hace qué en la casa o en la relación. Para comunicarse efectivamente, los miembros de la pareja deben revelar más de sí mismos”.

2. Cuidado

Asegúrate de que tu pareja sepa qué es importante para ti.

“La vida se vuelve ajetreada y estresante y es importante que tu cónyuge sepa que no lo das por hecho. Dale seguridad con frecuencia a través de gestos sencillos (un abrazo, un beso, hacer el café por la mañana, traer el periódico) y palabras (gracias, eres la mejor pareja, te ves tan hermosa hoy)”.

3. Hablar de dinero

Finalmente, pero no menos importante, hablar de dinero a tiempo y con frecuencia. El 50 % de los divorciados del estudio dijeron que peleaban tanto por dinero en su primer matrimonio, que asumían que el dinero sería un problema en su siguiente relación. “Los divorciados dijeron que habían aprendido que debían hablar de dinero con su pareja a tiempo y con más frecuencia, para que no sea un problema tan grande. La pareja tiene que trazar un plan que ambos pudieran soportar”, dijo Orbuch.

Tanto David como Natalie Kizelewicz trabajaban cuando empezaron a salir y aún lo hacen, lo que les permite llevar un estilo de vida cómodo y salir de vacaciones cada año.

También pudieron comprar un auto para la hija de Natalie y le ayudan con sus gastos mientras estudia la universidad, algo que David no pudo hacer con sus primeros cuatro hijos. “Mis hijos mayores pueden estar un poco resentidos con los menores, porque ven que tienen una vida más fácil”, dijo.“Pero les di los mejores años de mi vida. Si querían ir a la universidad, podían, y ahora están felizmente casados o tienen sus casas y buenos empleos. Tienen éxito en la vida”.

Desde el principio, la familia y la hija de Natalie lo aceptaron a pesar de la diferencia de edad, porque la trataba muy bien, dijo Natalie. “Dijeron que él era lo mejor que me había pasado. Vi cómo crió y cuidó a sus hijos, así supe que sería buen padre”.

Los Kizelewicz se han enfrentado con problemas de salud, un problema común entre las parejas que se casan en la madurez. Dos semanas después del nacimiento de su hija, David se sometió a una cirugía de próstata por cáncer, que le diagnosticaron un mes antes del nacimiento. Ahora controla la condición gracias a los esfuerzos de la pareja por tomar los medicamentos y ser puntuales en sus consultas médicas, dijo Natalie.

Su sobrino de siete años pregunta qué edad tendrá David cuando el niño tenga la edad que David tiene hoy. “Él le contesta: ‘No te preocupes, viviré hasta los 100 años’”, cuenta Natalie.