Montevista, Filipinas (CNN) - El presidente filipino Benigno Aquino III declaró este sábado a su país en estado de desastre nacional, en tanto aumenta la cifra de muertos que causó el tifón Bopha, el ciclón tropical más fuerte que ha golpeado a Filipinas en las últimas décadas.
Al menos 459 personas han muerto desde que el tifón, conocido localmente como Pablo, tocara tierra este martes, informó este sábado la dependencia encargada del manejo de riesgos en Filipinas, mientras que aproximadamente el mismo número de personas se reportan heridas.
Se ha registrado la desaparición de otras 532 personas, informó el Consejo de Manejo y Reducción de Riesgos de Desastres Nacionales.
La declaración de Aquino sobre un estado de desastre nacional permitirá a los gobiernos locales acceder a fondos para el rescate, socorro e iniciativas de rehabilitación en sus zonas, según la agencia estatal de noticias filipina.
La declaración también ayudará a que la ayuda nacional e internacional llegue a las comunidades afectadas, y se impondrá un control de precios sobre los productos básicos, reportó la agencia.
Entre las áreas más afectas está el pobre y lejano Valle de Compostela, región en la isla filipina de Mindanao, al sur del país, en donde miles de endebles casas quedaron hechas trizas.
Decenas de personas murieron, muchas de ellas arrastradas por las repentinas inundaciones ocurridas debajo de las colinas.
El epicentro de la devastación parece haber estado en Nuevo Bataan, poblado a unos 20 kilómetros al sureste de Montevista, y cercano a las montañas escarpadas.
Las repentinas inundaciones impactaron frontalmente este martes, llevándose a las familias resguardadas en sus casas y a los soldados en una base en el poblado.
Aquino visitó este viernes la zona, además de Boston, en Davao Oriental, para evaluar la destrucción, informó la agencia de noticias.
Ordenó a las dependencias gubernamentales a acelerar los esfuerzos de ayuda y la reconstrucción de caminos y puentes para ayudar a que los suministros y la asistencia lleguen a las zonas afectadas.
“Tengo en mente a Mindanao, sobre todo la cantidad de personas desaparecidas. Espero que se encuentre a estas personas sanas y salvas”, declaró Aquino antes de la visita, según la agencia.
El presidente dijo que se encontraba triste de que algunas familias pasarían la temporada de fin de año en centros de evacuación debido a que sus hogares quedaron destruidos.
Grandes extensiones de Nuevo Bataan y muchas de las personas que vivían allí ahora se encuentran enterrados bajo el lodo, árboles caídos y escombros, dijo Arnaldo Arcadio, director de programa de respuesta a emergencias del Servicio de Auxilio Católico, un grupo humanitario.
“El estado de ánimo es verdaderamente triste”, dijo este jueves, tras visitar el poblado del que cree entre el 90% y el 95% de las casas quedaron destruidas o dañadas.
Los habitantes que lograron sobrevivir ahora carecen de alimentos, refugio y, sobre todo, de agua potable, ya que la fuente más cercana está a cinco kilómetros de distancia, según Arcadio.
“Están tratando de sobrevivir”, dijo, y señaló que el lodo que en muchos lugares llega hasta las rodillas hizo difícil desplazarse, quedando completamente inaccesibles varias zonas del poblado.
Bopha pasó por Mindanao y varias otras islas filipinas antes partir hacia el Mar de China Meridional.
El poderoso tifón trajo consigo violentos vientos que arrancaron plantaciones enteras de plátano en las zonas bajas y una incesante lluvia que desencadenó torrentes de rocas y lodo por las laderas de las montañas en las que se encuentran las pobres viviendas de mineros que excavan en busca de oro.
Se tomaron medidas preventivas en la parte norte de Mindanao, en donde se esperaba toda la fuerza del tifón, pero al final fueron las comunidades menos preparadas de Valle de Compostela y Davao Oriental, ubicadas más al sur y al oriente, las que se llevaron la peor parte. Mucha gente no escuchó las advertencias o no les hizo caso, esperando que el tifón golpeara más al norte, como normalmente pasa.
El desastre ha dejado cerca de un cuarto de millón de personas sin hogar y ha afectado a más de 5 millones de personas en total, dijo este viernes el Consejo de Manejo y Reducción de Riesgos de Desastres Nacionales.