LOS ÁNGELES (CNN) — Una proteína maligna y microscópica encontrada en el tejido cerebral de algunos jugadores profesionales de futbol americano, quienes fueron examinados después de su muerte, puede detectarse en personas vivas mediante un escaneo cerebral.
Los investigadores dicen que encontraron una proteína llamada tau en el cerebro de cinco jugadores retirados de la NFL con distintos niveles de disfunciones cognitivas o emocionales.
“Definitivamente las encontramos, están ahí”, dijo Julian Bailes, codirector del Instituto Neurológico North Shore de la Universidad de Chicago y uno de los autores de un estudio reciente en el que se identificó la proteína. “Estuvo presente constantemente y en las regiones precisas”.
Los investigadores utilizaron un método llamado tomografía por emisión de positrones (TEP), empleada regularmente para medir el alzhéimer incipiente. A los jugadores se les inyectó un marcador radiactivo que viaja por el cuerpo, atraviesa la barrera hematoencefálica y se adhiere a la proteína tau. Luego, escanearon el cerebro de los jugadores retirados de la NFL.
“Encontramos (la proteína) en su cerebro. Se iluminó (con los marcadores)”, dijo Gary Small, profesor de Psiquiatría en el Instituto Semel para las Neurociencias y el Comportamiento Humano de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y uno de los principales autores del estudio que se publicó el martes en la revista American Journal of Geriatric Psychiatry.
Lo más sorprendente fue el patrón específico de la proteína tau: “Era idéntico al que se ve en una enfermedad llamada encefalopatía traumática crónica, ETC, que solo se puede diagnosticar en la autopsia”, dijo Small.
La ETC es la enfermedad que probablemente tuvo que ver con las muertes de exjugadores de la NFL, como Dave Duerson, Ray Easterling, Shane Dronett y Junior Seau.
Lo que ha detenido a los investigadores durante años es que la proteína tau solo puede detectarse después de la muerte. De acuerdo con Bailes, el haberla encontrado en jugadores vivos es, para muchos investigadores, el “santo grial” de la investigación acerca de las conmociones cerebrales.
“Después de un tiempo, extraer parte del cerebro de un (atleta) muerto deja de ser novedoso y satisfactorio”, dijo Bailes, neurocirujano y director del Instituto de Investigaciones en Lesiones Cerebrales, quien se dedica al estudio de las estos problemas para su prevención. “En ese punto no hay solución, no hay respuesta”.
Según Bailes y Small, la investigación proporciona el inicio de la respuesta; sin embargo, el estudio es muy pequeño y suscita preguntas.
“Es un estudio muy emocionante, pero preliminar. Los investigadores hicieron lo que muchos de nosotros hemos querido hacer desde hace un par de años”, dijo Robert Stern, uno de los fundadores del Centro de Estudios sobre la Encefalopatía Traumática de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston.
El problema es que el tipo de escaneo TEP que usaron no es realmente específico sobre lo que queremos encontrar acerca de la encefalopatía traumática crónica”.
El marcador usado en un escaneo TEP —y que es la sustancia que se adhiere a la proteína— se llama FDDNP. El problema del uso de ese marcador es que no es lo suficientemente específico, según Stern. No solo se adhiere a la tau, sino a otra proteína llamada beta amiloide que se presenta comúnmente en los pacientes con alzhéimer.
“En el caso de la ETC, solo se encuentra la tau en abundancia”, dijo Stern, experto en alzhéimer. “Los investigadores vieron encenderse algunas partes del cerebro, lo que indica anormalidades (…) Pero no sabemos si solo se encendió la tau, la beta amiloide o ambas”.
Small dijo que lo importante es la ubicación de la proteína. En la enfermedad de Alzheimer, la proteína tau se encuentra típicamente en la parte externa del cerebro, llamada corteza.
“Es diferente del alzhéimer”, dijo Small, director del Centro de Longevidad de la UCLA y agregó que encontró tau en las estructuras más profundas del cerebro.
“Los patrones en los escaneos son idénticos a los que se han encontrado en las autopsias de otras personas (con ETC)” como Seau, Duerson y Easterling, dijo. “Sabemos que en una autopsia se encuentra principalmente proteína tau”.
Esta proteína causa trastornos graves cuando se aloja en esas estructuras cerebrales profundas como la amígdala (que está asociada con la ira y otros sentimientos) o el hipocampo (donde se asienta la memoria).
Esos trastornos podrían estar relacionados con la depresión, deficiencias de memoria y comportamiento suicida, trastornos que se presentaron en los casos de ETC estudiados hasta ahora, no solo en los jugadores de la NFL retirados, sino en atletas que practican otros deportes y en miembros de las fuerzas armadas.
Los autores del estudio esperan que por medio de un diagnóstico por escaneo cerebral algún día se pueda detectar la ETC incipiente en todas las personas que tuvieron conmociones cerebrales.
Sin embargo, el estudio actual está rodeado de escepticismo y dudas que no disminuirán hasta que se examine a un grupo de estudio más numeroso en futuras investigaciones.
“A veces deseo que (los autores del estudio) esperen hasta que tengan una muestra más numerosa”, dijo Kevin Guskiewicz, experto en conmociones cerebrales y director del Centro para el Estudio de los Atletas Retirados de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill. “Creo que la gente se mostraría menos escéptica ante los hallazgos”.
Con todo, Guskiewicz se siente animado por los resultados del estudio.
“Desafortunadamente tendemos a identificar estos casos (de ETC) cuando están a punto de transformarse en demencia y es demasiado tarde para hacer algo”, dijo Guskiewicz. “Estoy a favor de seguir con estudios como este”.
Small y Bailes están trabajando para incrementar la población del estudio. Mientras tanto, se sienten optimistas por sus hallazgos.
“Actualmente, el análisis TEP (FDDNP) es el único método conocido para medir la proteína tau en personas vivas”, dijo Small. “No es el santo grial perfecto… pero por ahora parece mostrarnos lo que estamos buscando”.