Por Jen Christensen
(CNN) — El caso de la primera niña “funcionalmente curada” del VIH (virus de inmunodeficiencia humana) podría tener una amplia gama de efectos en la lucha mundial contra la epidemia de VIH.
“Si podemos replicar esto en otros bebés… esto tiene consecuencias enormes para la carga que la infección representa para el mundo”, dijo Deborah Persaud, pediatra del Centro Infantil Johns Hopkins. Persaud es la autora principal de un reporte sobre el caso de la niña curada de VIH, presentado este lunes durante la Conferencia Sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas de 2013 en Atlanta, Estados Unidos.
“Si esto puede replicarse ofrecería esperanzas reales de eliminar el virus para las personas que tuvieron la mala fortuna de contagiarse”, dijo Persuad.
Cada día nacen cerca de 1,000 bebés con VIH, según los cálculos más recientes del Reporte Mundial de ONUSIDA. Eso significa que cerca de 330,000 niños viven con el letal virus. La mayoría de estas infecciones se presentaron en los países en vías de desarrollo.
La forma más común de contagio para los niños es por transmisión perinatal: una madre infectada con VIH contagia al niño durante el embarazo, el parto o al amamantar.
El número de niños contagiados en Estados Unidos ha disminuido cerca de un 90% desde mediados de la década de 1990, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés); eso se debe en gran parte a que rutinariamente se hacen pruebas a las mujeres embarazadas. Cuando se identifica a una madre con VIH, su médico puede administrar terapias preventivas que, en la mayoría de los casos, mantendrán bajo control al virus.
En los países en vías de desarrollo, los bebés nacidos de madres con VIH no tienen tanta suerte. Ahí es menos probable que las madres reciban tratamiento con fármacos antirretrovirales que podrían prevenir la transmisión durante el embarazo. En África del Norte y Medio Oriente, por ejemplo, el 3% de las mujeres embarazadas que tienen VIH recibieron medicamentos antirretrovirales, según el reporte de la ONU. En África central y occidental el 23% recibió tratamiento. Las pruebas también son menos sofisticadas en esas regiones.
La madre de la niña con una “cura funcional” de VIH no tuvo cuidados prenatales y no se le diagnosticó con VIH hasta después de dar a luz. Por eso, Hanna Gay, profesora asociada de Pediatría del Centro Médico de la Universidad de Mississippi administró fármacos a la niña, 30 horas después de su nacimiento.
Típicamente, un bebé nacido de una mujer con VIH recibiría dos fármacos como medida preventiva. Gay dijo que su estándar es usar un régimen de tres fármacos para tratar una infección. Hizo esto con la bebé de Mississippi sin esperar los resultados de las pruebas de VIH de la menor.
Gay piensa que el momento en el que se administró el medicamento puede ser la clave y que merece “mayor énfasis que los fármacos en particular o la cantidad que se usó”.
“Esperamos que los estudios futuros demuestren que la aplicación muy temprana de la terapia efectiva arroje este mismo resultado constantemente”, dijo.
Los médicos tratarán de replicar el éxito de su caso para ver si el tratamiento agresivo justo después del nacimiento puede “curar” o si se trata de una anomalía.
“Estamos entusiasmados por el potencial que tiene este caso, pero es un caso y es necesario replicarlo y confirmarlo a través de estudios y pruebas clínicas futuras”, dijo Meg Doherty, coordinadora de tratamiento y atención del Departamento de VIH/sida de la Organización Mundial de la Salud.
“En este caso no cambiaremos ninguna de nuestras guías actuales, pero seguiremos esperando la nueva información y proporcionando actualizaciones según sea necesario a nuestras guías de prevención de transmisión madre-hijo (PMTCT, por sus siglas en inglés) y de diagnóstico temprano infantil”.
En los países en vías de desarrollo, los medicamentos antirretrovirales son costosos; sin embargo, tratar a un niño durante uno o dos años con estos fármacos es mucho más barato que pagar un tratamiento de por vida después del contagio.
Persaud se siente optimista. Si se puede repetir el resultado de este caso, cree que este descubrimiento haría una enorme diferencia internacionalmente.
“En ambientes en los que los recursos son limitados, esta clase de tratamiento no sería un esfuerzo. Sabemos cómo hacer esto y tenemos la infraestructura para dar esta clase de atención”.