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(CNN) — Tras años de lucha de ambas partes del tema, la discusión de los matrimonios entre personas del mismo sexo llegó esta semana ante la Suprema Corte Suprema de Estados Unidos.

Desde el pasado viernes por la mañana ya había gente formada afuera de la corte para obtener uno de los pocos asientos disponibles para las sesiones del martes y el miércoles, cuando los ministros escucharán los argumentos de dos casos.

Para quienes no estarán dentro del juzgado, les explicamos qué pueden esperar.

Como diría Joe Biden, es un gran asunto de familia

Las leyes sometidas al escrutinio de la Suprema Corte no son ordinarias: representan batallas alrededor del ancestral concepto del matrimonio y de los derechos de cada vez más familias que nacen de relaciones legalmente reconocidas entre personas del mismo sexo.

Se calcula que hay 120.000 matrimonios del mismo sexo en Estados Unidos y en nueve estados y el Distrito de Columbia ya está permitido; decenas de estados más reconocen las “uniones civiles” o las “sociedades domésticas” que proporcionan algunos beneficios aunque no todos los derechos que corresponden a un matrimonio en toda su extensión.

Sin embargo, 29 estados incluyeron en sus constituciones una prohibición a los matrimonios entre personas del mismo sexo, entre ellos California, el estado más poblado del país. Quienes apoyan la prohibición en California argumentan que no se trata de tradición, sino de biología: “Los dos sexos son diferentes en esencia y cada uno es necesario —cultural y biológicamente— para el desarrollo óptimo de ser humano”, escribió el sociólogo de la Universidad Rutgers, David Popenoe.

Cómo llegamos hasta aquí

Todo empezó en 1993, cuando la Suprema Corte de Hawaii determinó que el estado no podía negar a las parejas del mismo sexo el derecho a casarse sin una “poderosa razón” y envió el asunto de vuelta a la legislatura estatal. Los legisladores de Hawaii rápidamente aprobaron una ley con la que se prohibía el matrimonio gay y los defensores del matrimonio tradicional empezaron a movilizarse.

Eso llevó a que se aprobara la Ley federal de Defensa del Matrimonio (DOMA), una legislación de 1996 en la que se prohíbe dar reconocimiento a los matrimonios entre personas del mismo sexo en todo el país e impide que estas uniones tengan derecho a gozar de prestaciones federales.

Sin embargo, la DOMA se ha quedado huérfana. Dos cortes federales de apelaciones ya derogaron sus disposiciones sobre prestaciones; el gobierno de Obama se rehúsa a defenderla y el expresidente, Bill Clinton, quien la aprobó, ahora dice que es “incompatible con nuestra Constitución”. El departamento de Justicia está presentando argumentos en su contra y los republicanos de la Asamblea de Representantes contrataron a sus propios abogados para defenderla.

La prohibición que se implementó en California, conocida como Propuesta 8, se aprobó en 2008 por un margen de 25 contra 48%. Con ella se eliminó el derecho a casarse que las cortes de California habían reconocido a principios de ese año. Quienes se oponían a la medida la impugnaron en la corte y lograron convencer a los jueces federales a nivel distrital y de apelaciones de que determinaran que era inconstitucional.

Los ministros escucharán los argumentos sobre la Propuesta 8 el martes. El miércoles, estudiarán la DOMA.

Una cuestión de derechos civiles o de política

Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los ministros es si pueden —o deben— emitir un fallo que efectivamente amplíe la definición de matrimonio, que desde hace mucho se limita a las parejas heterosexuales. Quienes apoyan a la DOMA y a la Propuesta 8 dicen que es el público quien debería tomar esa decisión y no los tribunales.

“Nuestro derecho más fundamental en este país es el de votar y participar en el proceso político”, dijo Austin Nimocks, de la Alianza para la Defensa de la Libertad, un grupo activista cristiano.

“No necesitamos que la Suprema Corte quite este derechos a los estadounidenses bienintencionados de ambas partes de este asunto e imponga su resolución judicial”, dijo Nimocks al programa State of the Union, de CNN. “Tenemos que dejar este debate en manos de un proceso democrático que está funcionando”.

Sin embargo, la fiscal general de California, Kamala Harris, quien se opone a la Propuesta 8, dijo que la prohibición del matrimonio con base en la aprobación de los votantes “es simplemente inconstitucional”. La Suprema Corte determinó en más de una docena de ocasiones que el matrimonio es un derecho fundamental, “y como esto se trata de un derecho fundamental, la corte lo someterá al más profundo escrutinio”.

“Una cosa es leer los resultados de las encuestas, que ya hemos discutido y que demuestran una vez más que la mayoría de los estadounidenses está a favor de los matrimonios entre personas del mismo sexo”, dijo Harris. “Pero es más importante leer la Constitución”.

Quiénes serán los jugadores clave

Los defensores de los matrimonios entre personas del mismo sexo estarán atentos al ministro Anthony Kennedy durante la lectura de argumentos de esta semana. El ministro, generalmente conservador nominado por Reagan, ha escrito dos opiniones gracias a las que los derechos de los homosexuales han logrado progresos durante su mandato, se han derogado leyes estatales que criminalizaban la sodomía homosexual y se derogó una enmienda a la constitución de Colorado que prohibía la creación de leyes locales relativas a los derechos de los gays.

Los simpatizantes conservadores de las prohibiciones han puesto su atención en la ministra Ruth Bader Ginsburg, quien fue designada por Clinton y dijo en un foro en la Universidad de Columbia en 2012 que gracias al veredicto del caso de Roe contra Wade de 1973 se derogaron prohibiciones estatales al aborto y se destruyó el consenso político acerca del derecho al aborto.

Karl Rove, quien alguna vez fue estratega del expresidente George W. Bush, dijo al programa This Week de la cadena ABC, que Ginsburg podría oponerse a una decisión unánime que apoye a los matrimonios entre personas del mismo sexo.

“Podríamos ver una decisión no de cinco votos contra cuatro, sino de seis a tres o de siete a dos que diga: ‘Déjaselo a los estados’”, dijo Rove, cuyo antiguo jefe alguna vez impulsó una enmienda constitucional para prohibir los matrimonios entre personas del mismo sexo. “De hecho, podríamos ver hasta un ocho a uno”.

El analista legal de CNN, Jeffrey Tobin, escribió un extenso perfil de Ginsburg para la revista The New Yorker y dijo que Ginsburg probablemente determine que la Ley para la Defensa del Matrimonio es inconstitucional pero probablemente no derogue las prohibiciones a los matrimonios entre personas del mismo sexo a nivel nacional.

“Ella no cree en los grandes pronunciamientos de la Suprema Corte, aunque sean liberales”, dijo Tobin.

Un paisaje cambiante

La corte oirá los argumentos mientras que la tendencia a apoyar a los matrimonios entre personas del mismo sexo parece estar tomando impulso. El porcentaje de estadounidenses que apoyan estas uniones creció de cerca de 40% en 2007 a un 53% según una encuesta que CNN y ORC International efectuaron la semana pasada. El 44% seguía en contra.

Barack Obama contendió por la presidencia en 2008 como simpatizante de las uniones civiles pero no de los matrimonios entre personas del mismo sexo. En 2012, unos meses antes de enfrentarse de nuevo a los electores, dijo que había cambiado de parecer y que apoyaba los derechos al matrimonio de gays y lesbianas.

“Había dudado sobre el matrimonio gay en parte porque creí que las uniones civiles serían suficiente”, dijo. “Estaba consciente de que para muchas personas, la palabra matrimonio evoca tradiciones y creencias religiosas muy poderosas”.

El contrincante republicano de Obama, Mitt Romney, se manifestó como defensor del matrimonio tradicional y la plataforma de su partido se opuso a los matrimonios entre personas del mismo sexo. Sin embargo, desde noviembre, varias figuras del partido republicano han surgido como defensores de estas uniones.

Decenas de republicanos de alto perfil, como el expresidente del partido, Ken Mehlman; el exaspirante a candidato, Jon Huntsman, y el actor Clint Eastwood, presentaron a la corte un reporte informativo en el que argumentaban que la Propuesta 8 debería derogarse. A principios de este mes, el senador republicano de Ohio, Rob Portman, anunció que ahora apoya la libertad de casarse tras enterarse de que su hijo, quien cursa el segundo año en la Universidad de Yale, es gay.

“Tarde o temprano, conforme pase el tiempo, este será un país que creerá firmemente en la igualdad para el matrimonio”, dijo Nicole Wallace, ex vocera de Bush, al noticiero Fox News Sunday.

Bill Mears, productor de CNN para la Suprema Corte, colaboró con este reportaje.

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