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Por Kevin Liptak, CNN

(CNN) — Una iniciativa bipartidista que busca modernizar el sistema de inmigración de Estados Unidos, programada para su presentación a fines de esta semana, tendrá tres políticas que deberán ser tomadas en cuenta antes de que los trabajadores indocumentados en el país tengan permitido aplicar para su estatus legal.

El senador republicano de Florida, Marco Rubio, dijo este domingo que los “detonantes” incluidos en el proyecto son un paso necesario para asegurar que sean incluidas reformas reales que desincentiven el ingreso ilegal de inmigrantes.

“Si no aplicamos la ley, si la aplicación no es una parte de esto, y si no modernizamos la inmigración legal, si no hacemos todas estas cosas, vamos a estar aquí de regreso en 10 años teniendo la misma conversación, y eso sería el peor escenario”, dijo Rubio a la corresponsal en jefe de política de CNN, Candy Crowley, en el programa State of the Union.

El grupo bipartidista que trabaja en el proyecto, conocido como La pandilla de los ocho, anunciará formalmente su plan para una reforma inmigratoria comprensiva el próximo martes. En el paquete se encuentra un camino hacia la ciudadanía que afectaría a los casi 11 millones de residentes indocumentados que habitan actualmente Estados Unidos.

Tomaría 10 años a trabajadores indocumentados obtener una tarjeta de residencia (Green Card), y luego otros tres años para ganar la ciudadanía. En el camino, los trabajadores inmigrantes tendrían que pagar una multa, impuestos y someterse a una revisión de antecedentes. El monto de la multa aún es desconocido.

Pero el camino a la ciudadanía dependería de tres “detonantes”, que Rubio describió este domingo. El primero es la formación de un sistema de verificación “e-verify” para que los empleadores puedan revisar el estatus legal de los empleados, luego rastrear a los inmigrantes que entran y dejan el país, y finalmente impulsar la seguridad fronteriza, que según Rubio “incluiría una barda”.

“Todas estas cosas van a ocurrir porque son detonantes, detonantes para el proceso de residencia que estamos incluyendo en nuestra propuesta”, dijo Rubio. “Ese es el incentivo para asegurar que ocurran. En esencia, para quienes estén indocumentados en este país, no solo tendrán que esperar más de 10 años, tendrán que esperar hasta que esas tres cosas estén totalmente implementadas. Si no están implementadas, no habrá tarjetas verdes otorgadas”.

Esto representa una oposición a posturas anteriores del presidente Barack Obama, quien ha dicho que atar el camino a la ciudadanía con el fortalecimiento de la seguridad fronteriza podría retrasar el proceso para los millones de trabajadores indocumentados que viven en Estados Unidos. La Casa Blanca también ha argumentado que la frontera estadounidense es actualmente más segura de lo que nunca.

Rubio admitió este domingo que el plan estaba contra las probabilidades ante la postura de Obama, pero destacó que la iniciativa del Senado ha sido elaborada por demócratas y republicanos.

“Un grupo bipartidista de senadores acuerda que ese debe ser el detonante, y con suerte podremos pasar una iniciativa que tenga eso”, dijo. “Y si lo hacemos, él tendrá que hacer una decisión sobre firmarla o no. Pero tiene que ser parte de esto, de otra forma no ocurrirá”.

Rubio también tendrá que hacer algo para convencer a algunos republicanos, quienes temen que una iniciativa que incluya un camino a la ciudadanía sea considerada una “amnistía” para los migrantes indocumentados que viven en el país.

Dijo que podría justificar “cada aspecto de la iniciativa” a los conservadores, destacando que sostiene muchas de las mismas posturas que en el pasado.

“Creo que parte de mi trabajo es explicar a la gente qué es en lo que trabajamos, tratar de justificarlo y con suerte ganar su apoyo. Eso es lo que busco hacer”, dijo.