El regreso de la Fórmula Uno a Bahrein ha generado protestas.

Por Fred Pleitgen y Sarah Holt

(CNN) — La Fórmula Uno regresó a Bahrein y está rodeada de perspectivas opuestas acerca del lugar que ocupa el deporte en un país en el que las tensiones políticas están al máximo.

Jean Todt, presidente del órgano rector del automovilismo, la FIA, insiste en que el deporte puede ser una fuerza benéfica en Bahrein.

Sin embargo, los manifestantes que se oponen al gobierno no comparten esa postura. Recientemente organizaron una marcha con tambores en un pueblo a las afueras de Manamá, la capital de Bahrein, para exhortar a la F1 a que no regrese al país bajo las circunstancias actuales.

Hay muchos asuntos sin resolver en el reino tras un levantamiento que ocurrió en 2011 y en el que la mayoría de la población chiita exigió mayores derechos a los gobernantes que pertenecen a la secta minoritaria sunita.

Las fuerzas de seguridad de Bahrein reprimieron violentamente a los manifestantes y Arabia Saudita envió tropas para apoyar al gobierno.

Después de las protestas, el gobierno prometió implementar una reforma en la que se determinó que una unidad especial investigaría las quejas de abuso de derechos, sin embargo, los críticos dicen que casi nada ha cambiado, así que la oposición sigue luchando.

Todt, exdirector de la famosa escudería Ferrari de la F1, no asistirá al Gran Premio de Bahrein. Los funcionarios han restado importancia a su ausencia y se reportó que un vocero dijo que el evento no estaba en su itinerario.

Todt fue blanco de las críticas recientemente al ser acusado de no explicar las razones por las que la F1 seguirá organizando carreras en el volátil reino del Golfo Pérsico.

La carrera se canceló en 2011 a causa de los persistentes disturbios civiles, pero se reinstaló la temporada pasada.

El presidente de la FIA se dedicó a responder a las críticas esta semana al enviar una carta a una coalición de activistas de derechos humanos en Bahrein.

En la carta, a la que tuvo acceso la agencia de noticias Reuters, Todt explicó: “El deporte y el Gran Premio de la F1 pueden tener un impacto positivo y sanador en una situación en la que el conflicto, la inconformidad social y las tensiones están causando gran aflicción”.

Los manifestantes creen que el GP de Bahrein es una oportunidad única para crear consciencia entre el auditorio mundial acerca de la situación política del país.

“Los medios no cubren las manifestaciones como esta revolución que forma parte de la Primavera Árabe”, dijo a CNN Sayed Yousif Al Mahfdah, del Centro para los Derechos Humanos de Bahrein.

“Por eso les decimos que vengan a la carrera de la Fórmula Uno para que vean a las mujeres y a los hombres marchando en las calles y exigiendo democracia y derechos humanos”.

Bahrein sostiene que han trabajado para resolver las diferencias políticas, el gobierno argumenta que la carrera beneficiará a muchos bahreiníes.

“La F1 trae beneficios significativos para todos en Bahrein, especialmente en lo económico”, señaló el gobierno en un comunicado.

“Bahrein defiende el derecho a manifestarse pacíficamente. Es un país compuesto por muchas comunidades que tienen opiniones diferentes acerca de su desarrollo. Por eso, hemos iniciado un diálogo con todos los grupos políticos para abordar los temas políticos de forma que se garantice que el país se desarrolle de forma sostenible”.

“Debe hacerse notar que en algunos casos, las protestas incitadas por los grupos extremistas de oposición resultaron en actos de violencia deliberada y dirigida”.

“Solo en estos casos, las fuerzas de seguridad reaccionan y lo hacen con la mesura adecuada. Desafortunadamente, algunas personas creen que los persistentes disturbios en las calles les dan una ventaja política, cuando en realidad ahondan la brecha entre las comunidades de Bahrein. La violencia nunca puede tolerarse”.

Sin embargo, algunas de las principales organizaciones de derechos humanos argumentan que el deporte da credibilidad al gobierno al que acusan de abusos contra los derechos humanos.

“Muchas personas en Bahrein ya no creen que la Fórmula Uno sea un deporte, sino una organización que apoya a un régimen represivo”, señaló un grupo de protesta compuesto por el Centro para los Derechos Humanos de Bahrein, la Asociación de Prensa de Bahrein, La Sociedad Juvenil de Bahrein para los Derechos Humanos y la Campaña Contra el Tráfico de Armas.

Esta semana, un grupo de parlamentarios británicos escribió una carta al jefe de la F1, Bernie Ecclestone, en la que lo exhortaban a cancelar el Gran Premio. Ecclestone expresó su solidaridad con los manifestantes, pero la carrera sigue en pie.

Cuando la F1 regresó a Bahrein en 2012, el fin de semana en el que la carrera se lleva a cabo pasó sin contratiempos a pesar de que dos miembros del equipo Force India regresaron a Reino Unido tras estar involucrados en un ataque con bombas molotov cuando volvían del circuito Sakhir.