Por Bibek Bhandari
KATMANDÚ (CNN) — Jeevan Maharjan tiene una visión diferente de los desechos humanos: los considera un bien. En vez de desecharlos en el drenaje, el agricultor nepalés de 47 años los recolecta para aplicarlos a sus cosechas.
“Es tres veces mejor que con los fertilizantes químicos”, dijo, haciendo referencia a la producción que obtuvo de sus cosechas de frutas y vegetales luego de usar fertilizante humano en comparación con otros métodos más convencionales.
Mientras caminaba por su terreno de 2.500 metros cuadrados en el Comité de Desarrollo de la Aldea de Siddhipur, a las afueras de Katmandú, Maharjan explicó que su método de fertilización no es algo nuevo.
Lo describió como “una tradición ancestral” que le transmitieron sus padres, aunque dice que ahora la técnica es más eficiente y limpia.
Se dirigió rápidamente a su retrete ecológico —llamado ecosan— y explicó su funcionamiento. La orina y las heces se almacenan en compartimientos herméticos independientes para usar posteriormente su contenido en la tierra. La orina se conserva durante aproximadamente dos semanas antes de usarse, mientras que las heces, que se transforman en abono, se usan cada seis meses.
De acuerdo con Janardan Khadka, científico de suelos del Centro de Horticultura de Nepal, “es importante resguardar el contenedor de orina entre dos semanas y un mes para reducir los riesgos de contaminación con bacterias u otros gérmenes”.
Dijo que la orina puede usarse con seguridad y que el riesgo sanitario asociado es generalmente bajo.
Sin embargo, Khadka señaló que los usuarios deben ser cuidadosos al separar los elementos en el retrete, ya que la contaminación cruzada con heces puede incrementar los riesgos a la salud.
“Lo mejor es combinar la orina con la composta para obtener mejores resultados”, agregó.
Las regulaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el uso de aguas de desecho, excreciones y aguas grises también ponen de relieve una combinación de medidas de sanidad y seguridad.
La OMS establece que “el tratamiento de las aguas de desecho, aunado a un periodo de espera para permitir que los patógenos mueran antes del uso, una higiene correcta y el cocimiento de los alimentos podría ser suficiente para reducir adecuadamente los riesgos sanitarios”.
Maharjan, quien reúne cerca de 100 litros de orina al mes en el retrete de su familia, dijo que por cada litro de orina, mezcla tres litros de agua y rocía la mezcla en sus tierras, en las que cultiva vegetales y frutas de estación.
Hari Krishna Upreti, científico sénior de la división de Botánica del Consejo de Investigación Agrícola de Nepal (NARC, por sus siglas en inglés), dijo que la orina era sorprendentemente rica en nutrientes.
De acuerdo con Upreti, un litro de orina contiene hasta un 0,9% de nitrógeno, 0,12% de fósforo y 0,26% de potasio. Estos elementos —conocidos en conjunto como NPK— ayudan a regular el metabolismo de las plantas y contienen suficientes proteínas para que crezcan.
“Una persona excreta en promedio 550 litros de orina al año”, dijo. “Esto se traduce en unos cuatro kilos de nitrógeno, lo que equivale a ocho kilos de urea rica en nitrógeno”.
Entre 2004 y 2006, el NARC llevó a cabo unas investigaciones para determinar los riesgos y los beneficios relacionados con el uso de orina como fertilizante.
Evaluaron la eficacia de los fertilizantes químicos y la orina en terrenos diferentes. Aunque durante el primer año no se arrojaron resultados satisfactorios, durante el segundo año la producción fue igual, dijo Upreti.
Sin embargo, Upreti señaló que durante el tercer año de investigaciones experimentaron con orina y composta, que de acuerdo con él son los mejores nutrientes para las plantas.
Maharjan sigue la misma regla y afirma que los resultados son “claramente visibles”.
“También mejora el sabor y la calidad de los vegetales”, dijo. “Por eso, cuando voy al mercado a vender, la gente viene a mí y no les importa pagar unas cuantas rupias más”. Señaló que en el mercado, sus vegetales se consideran orgánicos, lo que le permite venderlos a un precio mayor.
Después de descubrir la aplicación agrícola de la orina en la granja de Maharjan, sus vecinos siguieron su ejemplo. Sanjeev Maharjan, quien vive cerca de Jeevan Maharjan, dijo que descubrió este aspecto de la orina hace seis años y que lo ha usado desde entonces. Su familia también invirtió en un retrete ecosan para facilitar el proceso.
“Ya no usamos fertilizantes químicos”, dijo el estudiante de 24 años, quien también se dedica a cuidar de la granja familiar. “Como ven, el resultado es notorio”, dijo, mientras señalaba los brotes de ajo en su jardín.
En la aldea de Siddhipur, se usan retretes ecosan en 100 de las 1.300 casas y sus productos se usan directamente con fines agrícolas.
La Organización para el Ambiente y la Salud Pública de Nepal (ENPHO, por sus siglas en inglés) fue uno de los primeros grupos en iniciar este proyecto junto con otros socios en 2003 y hasta ahora se ha extendido a más de 3.000 hogares en todo el país.
Suman Kumar Shakya, director ejecutivo de la ENPHO, dijo que los crecientes lazos entre saneamiento y agricultura son alentadores.
Durante un discurso en un taller de promoción del saneamiento ecológico, dijo que las medidas que los agricultores están implementando son “un cambio (positivo) hacia la cultura orgánica”.
Los usuarios como Shreerendra Pokhrel están confiando en la importancia de la orina y asumen el rol de promotores en el distrito de Chitwan, a unos 150 kilómetros de Katmandú.
En la aldea de Darechowk, el director de la escuela inició el concepto en su casa, en 2006. Pronto logró convencer a sus vecinos y a cinco escuelas de instalar retretes ecosan y de asociar la limpieza con la agricultura.
“Los niños están aprendiendo sobre saneamiento y del uso de la orina en la agricultura; sus familias lo están implementando y están obteniendo buenos resultados”, dijo.
Para las personas como Maharjan, Pokhrel y otros agricultores que han sustituido la urea con orina, esto les ha abierto nuevas posibilidades: la producción es abundante y no aumentan los costos.
“La gente ha empezado a darse cuenta del valor de la orina”, dijo Jeevan. “Puede hacer maravillas en la granja y es totalmente gratuita”.