(CNN Español) – Una familia de extremistas religiosos de Arizona, Estados Unidos, duró perdida en el mar por varias semanas tras abandonar el país por que lo que sus miembros llamaron la interferencia del gobierno en la religión. Ahora, tras haber sido rescatados y  llevados a Chile, regresarán a casa este domingo.

Hannah Gastonguay, de 26 años, ella y su esposo Sean —30 años— decidieron partir con sus dos hijas pequeñas y con el padre de Sean en un velero desde San Diego a la isla polinésica de Kiribati en mayo.

Semanas después del inicio de su periplo, los Gastonguay encontraron varias tormentas que averiaron su pequeño bote, dejándolos a la deriva durante varios días. Eventualmente habrían sido recogidos por un buque de pesca venezolano, luego transferidos a un barco de carga japonés y llevados a Chile, a la ciudad de San Antonio, según información de la agencia AP.

Estuvieron en el mar durante 91 días.

El diario chileno Las Últimas Noticias reportó la historia de su llegada. En San Antonio, la familia aseguró estar bien de salud. Según la publicación, estuvieron a sólo cuatro días de Kiribiti cuando una tormenta los retrasó.

Como el buque de carga no podía modificar su agenda, la familia fue llevada al destino de la embarcación, en Chile.

La embajada estadounidense organizó el vuelo de regreso de los Gastonguay.

Hannah dijo que querían ir a Kiribati es uno de los países menos desarrollados del mundo.

Kiribati es un grupo de islas sobre el ecuador y justo al lado de la línea internacional del cambio de fecha, en medio camino entre Hawái y Australia. La población total es poco más de 100.000 personas de ascendencia micronesia.

Hannah Gastonguay le dijo a AP que su familia está harta del control del gobierno de Estados Unidos. Como cristianos, no creen en el “aborto, la homosexualidad y la iglesia controlada por el Estado”, dijo.

La mujer dijo que no querían ser obligados a pagar impuestos para pagar abortos con los que no están de acuerdo.

Los Gastonguay dicen que regresarán a Arizona para diseñar un nuevo plan. Sean dijo que va a “trabajar para comprarme un bote un poco mejor y partir otra vez”, según dijo a Las Últimas Noticias.

“Si fuera por mí viviría en el mar”, aseguró.