Por Jethro Mullen, David McKenzie y Steven Jiang, CNN
(CNN) — El juicio del exlíder chino Bo Xilai se prolongó a un tercer día este sábado, mientras los observadores revelaron los detalles íntimos de la extravagante vida de una pareja separada que llegó a considerarse como los ‘Kennedy de China’.
El exjefe del Partido Comunista en la ciudad de Chongquing mantuvo su vigorosa defensa contra los cargos de malversación de recursos este sábado y tal como lo hizo el viernes con los cargos de corrupción, desestimó un testimonio en video de su esposa desde la cárcel calificándolo como un acto desesperado para tratar de reducir su sentencia.
Gu Kailai cumple una sentencia de muerte suspendida por el asesinato del hombre de negocios británico Neil Heywood en el cuarto de un hotel en noviembre de 2011.
La mujer dio su testimonio a la corte a través de un video y dijo que Bo estaba al tanto de los tratos multimillonarios, así como su vida de lujos.
“Tengo sentimientos por Gu Kailai”, dijo Bo de acuerdo con una transcripción de la corte que fue dada a conocer luego de admitir una relación fuera del matrimonio. “Ella es una mujer vulnerable y ¿a quién más podría darle la espalda que a mí? Es por eso que todas las acusaciones contra mí se originaron de ella”.
Los fiscales aseguran que Bo recibió 820.000 dólares de fondos públicos de una autoridad de planificación urbana local en Dalian, provincia de Liaoning a principios del 2000 cuando el político era alcalde y después el gobernador de la provincia.
Bo criticó las acusaciones como “contradictorias” y negó que necesitara tomar el dinero ya que su esposa hizo un ingreso cómodo a través de sus cinco despachos de abogados.
Los detalles del cargo final, abuso de poder, empezaron a ser escuchados este sábado.
La ‘caída’ de Bo
La carrera brillante de Bo, en la que consiguió admiradores y detractores por sus políticas populistas, decayó en 2012 en medio de un escándalo involucrando asesinato, traición y conflictos financieros.
Su alto perfil y conexiones con la élite gobernante de la nación han hecho de su caso, con sus historias de codicia y malos actos para una alta autoridad y su familia, un asunto extremadamente delicado para las autoridades chinas. Se ha tomado más de un año, durante el cual el gobernante Partido Comunista sufrió un cambió mayor en su liderazgo, lo que llevó al político a su juicio.
Muchos observadores habían esperado que el procedimiento se apegara a un estricto guión planeado, y veían el resultado del juicio como el resultado de un acuerdo político entre Bo y los líderes principales de China.
Pero como casi siempre lo hizo con su carrera política, Bo se ha robado el espectáculo, montando un ataque robusto contra el caso de la fiscalía y ridiculizando los testimonios de los testigos. Esto ha dejado a los observadores de China tratando de descifrar hasta donde se ha salido del guión.
Bo llama a su esposa “demente”
El político empezó su contraataque después de que el juicio abriera el jueves en medio de fuerte seguridad en la ciudad este de Jinan. Bo dijo que había hecho una confesión anterior a los investigadores del partido ‘a regañadientes’ y describió el testimonio de un antiguo asociado como una ‘fea actuación de una persona que vendió su alma’.
El político continuó su defensa este viernes, llamando a su esposa “demente” después de que se le mostró a la corte un testimonio en un video en el que la mujer lo implicaba en la compra de una propiedad turbia en el sur de Francia.
Bo, de 64 años, está en un juicio por los cargos de soborno, malversación de recursos y abuso de poder.
Los periodistas de los medios internacionales no han tenido acceso dentro de la corte. Pero la cuenta del microblog oficial de la corte ha mostrado actualizaciones del desarrollo dentro del juicio, atrayendo más de 350.000 seguidores en Weibo, el servicio chino similar a Twitter
CNN no ha podido verificar de manera precisa la exactitud y la comprensión de la versión de la corte en su procedimiento. Pero muchos observadores han interpretado la actuación de la autoridad como una cuenta razonablemente acertada, aunque filtrada.
Aunque la efectividad de la actuación de Bo hasta el momento no signifique la corte lo absolverá, quizás sea más difícil emitir una sentencia fuerte.
La tasa de condenas en juicios criminales y sus apelaciones en China, donde el partido gobernante controla la policía, la fiscalía y las cortes, se mantiene en un 99.9% en 2010, informó el Departamento de Estado de Estados Unidos citando como fuente a la Corte Suprema de la Gente.
“Por supuesto que él será condenado, de otra manera sería desastroso”, dijo el analista de China Cheng Li, de la Institución de Brookings en Washington, “pero la sentencia ahora no puede ser muy severa por la naturaleza del cargo y cuan mal se ha conducido este juicio”.
Todavía falta por ver si la actuación de la fiscalía mejora mientras el caso continúa.