Por Tom Watkins
(CNN) — Mientras las tensiones aumentan por el presunto uso de armas químicas por parte del presidente de Siria en contra su propia gente, la esposa de Bachar al Asad, Asma, mantiene un bajo perfil.
“Ella está escondida en Damasco”, afirma Andrew Tabler, del Instituto Washington para Política del Cercano Oriente y autor de In the Lion’s Den: An Eyewitness Account of Washington’s Battle with Syria (En la guarida del león: El relato de un testigo en la batalla de Washington con Siria”.
“Ella está de pie junto a su hombre”. Así es como se le ha visto en fotografías que han sido subidas a Instagram.
No hay imágenes de los sangrientos campos de batalla que muestren al presidente en medio de la guerra civil. En cambio, foto tras foto de la pareja se muestra a ambos cariñosos. En una de ellas, la primera dama, que estudió ciencias computacionales y literatura francesa en el King’s College de Londres, limpia las lágrimas de un niño. En otra, se le mira escuchando a un grupo de mujeres.
Las fotos aparecieron luego de que el presidente anunció que agregaría Instagram a sus redes sociales. También tiene su propia página de Facebook y su canal de YouTube.
Y juzgando por los comentarios, tiene fanáticos en Siria, Rusia y Turquía.
“Dios te bendiga”, “te amamos” y “queremos que ganes esta guerra” son comentarios comunes que acompañan a las imágenes.
Pero no todos los comentarios son positivos.
“Esta no es la Siria real”, escribió un visitante. “Muestren a la Siria actual, por favor”.
La única referencia a la guerra en la que han muerto más de 100,000 sirios, de acuerdo con Naciones Unidas, está en las frases debajo de las fotos del presidente que estrecha manos con soldados que “protegen a civiles” y “recuperan la seguridad y la estabilidad” en Darraya.
El resto de agosto, de acuerdo con la cuenta en Instagram, ha estado lleno de funciones diplomáticas, entrega de premios y de Asma preparando comida luego de que los musulmanes rompieron el ayuno durante el mes sagrado del Ramadán.
Algunos de los 34,000 seguidores de Instagram parecen recordar el gusto por la moda de la primera dama. “¿Entonces ella encontró tiempo para dejar de comprar zapatos?”, pregunta uno, y otro demanda fotos de sus Christian Louboutins, la marca francesa de zapatos que pueden costar hasta 1,000 dólares el par.
El presidente comenzó a subir fotos el pasado 24 de julio.
“Son bastante estándar”, afirma Tabler. “No creo que haya alguna sorpresa aquí”.
Pero Tabler, que alguna vez vivió en Siria e interactuó con la familia presidencial, dice desconocer cómo es la vida de la pareja actualmente. “Rompimos relaciones hace mucho”, dice el exbanquero de 38 años de J.P. Morgan, que nació en Reino Unido de una familia originaria de Siria.
Cuando Asma conoció a Bachar durante la década de 1990, él estudiaba en Londres para ser doctor. Luego de la muerte de su padre, Hafez Asad, en junio de 2000, el oftalmólogo se convirtió en presidente, y en el mes de diciembre de ese año, la pareja se casó.
Ellos tienen tres hijos. En la primavera pasada se reportó que ella estaba embarazada de un cuarto.
Antes de que estallara la guerra civil en marzo de 2011, la primera dama proyectaba una imagen de reformista.
Muchas veces se le elogiaba su “imagen moderna”, en contraste con la imagen conservadora de Sunni, la esposa del primer ministro Recep Tayyip Erdogan, que viste un velo islámico.
Un artículo escrito en 2011 en la revista Vogue la describió como “una rosa en el desierto”.
El artículo, que fue publicado luego de que comenzara la guerra, fue criticado por no incluir lo que el país estaba sufriendo.
Aunque la Unión Europea puso a Asma y a miembros de su familia dentro de las personas bajo sanciones poco después de que el artículo fue publicado, la historia la presentó como alguien que trabajaba para que fuera percibida como una mujer excepcionalmente moderna para el mundo árabe. A diferencia de otras primeras damas, ella pretendía hablar desde una posición de poder e influencia, con un enfoque en proteger a los niños.
Luego de ello, quien escribió el artículo para Vogue dijo que se sintió engañada por la primera dama cuando se enteró de que las fuerzas del presidente sirio mataron a niños. “Me pregunto cómo esta mujer británica que conocí podría creer que la juventud de Siria podría mantenerse al margen y no hacer nada”, afirmó Juliet Buck. “Caí en lo que esta mujer me dijo”.
A través de los años como primera dama, Asma al Asad se ha enfocado en los niños. En una entrevista con CNN en 2009, ella habló del conflicto entre Israel y Palestina, y dijo que no toleraría un régimen violento y opresivo. Afirmó que se le rompía el corazón de ver a niños atrapados en el fuego cruzado en ambos bandos.
En febrero de 2012, un artículo publicado en The Times of London afirmó que Asma apoyaba a su esposo, pero que buscaba diálogo y confort para el duelo por el que pasaba el país.
De acuerdo con un correo enviado por un intermediario desde la oficina de Asma, “el presidente es el presidente de Siria, no una facción de los sirios, y la primera dama lo apoya en ese rol”, reportó The Times.
En tanto, poco se ha conocido sobre su vida durante la guerra. Unos correos escritos entre el presidente y Asma que fueron filtrados a la prensa mostraron que ella estaba comprando joyería y arte.
El día en que se realizó un mitin masivo contra Asad en Hama, la primera dama envió un correo a un comerciante de arte de Londres, donde decía que quería comprar decenas de miles de dólares en obras de arte.
Eliott McLaughlin y Ashley Fantz contribuyeron con este reporte.