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Por Adrian Covert, CNNMoney

(CNNMoney) – BlackBerry hace alarde del hecho que cuenta con 120.000 aplicaciones para que sus usuarios descarguen. Lo que la compañía en problemas no te dice es que la mayoría de ellas —incluso las aplicaciones más populares— son espantosas.

El lamentable estado del mundo del BlackBerry App World es uno de los factores primarios que contribuyen a la rápida desaparición del BlackBerry. El lunes, la compañía anunció que planea hacerse privada, en un acuerdo de 4.700 millones de dólares que en esencia, elimina el valor de su negocio principal de teléfonos.

El nuevo hardware de BlackBerry ha tenido algunas buenas reseñas, pero el software es otra historia. No cuenta con muchas de las aplicaciones más populares del iPhone y Android. No hay Instagram, Netflix, Cnady Crish o Google Maps. Muchas de las marcas importantes que sí existen para BlackBerry, incluyendo Facebook, Twitter y WhatsApp, son actualizadas pocas veces y han recibido malas reseñas por parte de los usuarios.

Mientras tanto, el sitio de noticias de BlackBerry, BerryReview, reveló el mes pasado que un solo desarrollador es el responsable de 48.000 o el 40% de las aplicaciones de BlackBerry. Algunas de esas aplicaciones desarrolladas por la empresa S4BB, de Hong Kong, parecen legítimas y funcionales. Sin embargo, muchas de ellas son un clon genérico de otras aplicaciones o poseen una mínima utilidad.

Por ejemplo, una aplicación hecha por S4BB es una “escáner de cámara” que convierte las fotografías en archivos PDF. Otra apaga los sonidos en tu aplicación de cámara. También hay cientos de libros de datos del mundo, mapas del metro y guías de ciudades.

Así que no es sólo que la mayoría de las aplicaciones de BlackBerry son malas; gran parte del millón de las aplicaciones en el App Store de iTunes y en Google Play Store también son terribles. Lo que hace que la situación de las aplicaciones de BlackBerry sea tan devastadora es que la compañía no tiene control sobre su propia tienda de aplicaciones.

BlackBerry también está perdiendo rápidamente suscriptores, así que los desarrolladores de aplicaciones no desean invertir recursos en una plataforma que está desapareciendo. Sin embargo, BlackBerry también le da rienda suelta a pequeños desarrolladores para llenar su tienda de aplicaciones con aplicaciones consideradas como spam.

Aunque la estrategia abierta podría resultar de algún beneficio para BlackBerry y algunos otros desarrolladores ambiciosos a corto plazo, promover esa gran proporción de aplicaciones basura a aplicaciones de calidad plantea consecuencias en el largo plazo: Los desarrolladores pequeños no quieren invertir en BlackBerry, porque es difícil para los consumidores encontrarse con sus aplicaciones en un grupo tan diluido.

No es coincidencia que las principales plataformas de teléfonos móviles no permitan que esa clase de actividad ocurra dentro de sus tiendas de aplicaciones.

Apple, cuyo riguroso proceso de aprobación de aplicaciones a menudo cae en el lado conservador, ha hecho casi imposible que el envío de aplicaciones consideradas spam exista en una escala ridícula.

Hasta Google, una compañía que predica apertura hacia la plataforma Android para teléfonos móviles, impone límites a las aplicaciones consideradas spam. Mientras no impide que alguien descargue o instale aplicaciones fuera de su tienda de aplicaciones, Google no ve con buenos ojos a las aplicaciones que ofrecen contenido repetitivo en su Play Store. Google requiere que los desarrolladores presenten individualmente cada aplicación para su aprobación, lo cual funciona para detener el spam de aplicaciones.

BlackBerry pensó que podría atraer usuarios al darle a los desarrolladores de Android la facilidad de adaptar rápidamente sus aplicaciones existentes a la plataforma de BlackBerry 10. Sin embargo, muchas de esas aplicaciones seguían siendo aplicaciones basura, y las que eran decentes, seguían dando una experiencia inferior.

BlackBerry puede producir el teléfono más amigable del mundo si lo desea, pero los bajos estándares que tiene para sus apps en la tienda de apps, y el aparente mínimo esfuerzo que ha puesto en tratar de hacer mejoras, finalmente contribuyó al deceso de la una vez venerable compañía.