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Por Sophia Yan, CNNMoney

(CNNMoney) – Si quieres entender un poco mejor las prioridades económicas de China, sigue a los pandas.

Beijing ha otorgado en préstamo unos 50 ejemplares de las supertiernas bolas peludas color blanco con negro en todo el mundo; casi todos son países que han firmado importantes acuerdos comerciales y de inversión extranjera con China.

Así es como funciona: si acuerdas exportar a China tecnologías clave para la energía, recibes un panda. Si suministras al gobierno de Beijing con el uranio que necesita para alimentar los reactores nucleares, recibes un panda. Si firmas un tratado de libre comercio con China… recibes un panda.

Los socios comerciales incluso pagan a China una cuota por los pandas, que son un gran atractivo para los visitantes de los zoológicos.

“Los préstamos de pandas están relacionados con las naciones que suministran a China de recursos y tecnología valiosa, que simbolizan la disposición de China para construir guanxi, es decir, relaciones comerciales íntimas que se caracterizan por la confianza, la reciprocidad, la lealtad y la duración”, según una investigación reciente de la Universidad de Oxford.

Tomemos como ejemplo a Escocia. A principios de 2011, China negoció acuerdos multimillonarios con ese país relativos al suministro de salmón, tecnología para petroquímica y energías renovables. A cambio, China prestó un par de pandas al zoológico de Edimburgo.

¿Qué obtuvo China con este acuerdo? Tecnologías de perforación petrolera, dijo Kathleen Buckingham, de la Universidad de Oxford. “China invierte en eso y no precisamente en Gran Bretaña como un todo. Ellos están interesados en la tecnología y los recursos en Escocia”.

Beijing también ha entregado pandas a los países que suministran el uranio necesario para alcanzar sus ambiciosas metas de energía nuclear.

Canadá y Francia firmaron acuerdos de exportación de uranio por miles de millones de dólares que coincidieron con los préstamos de pandas a ambos países. Australia —que cuenta con las mayores reservas de uranio en el mundo— recibió un par de pandas en 2009 tras llegar a un acuerdo para suministrar uranio a China en 2006.

Otros países que han recibido pandas en préstamo, como Singapur y Tailandia, han firmado tratados de libre comercio con China. Lo mismo ocurre con Malasia: ya se firmaron todos los documentos y el país recibirá pronto su primera pareja de pandas.

El intercambio de pandas por recursos es una tendencia que probablemente crecerá, especialmente conforme crece aún más la demanda de recursos externos en la economía china en rápida expansión. Tampoco falta el interés en los pandas.

“Parece haber una lista de espera de países que claman por un panda”, dijo Buckingham.

No todos los principales socios comerciales de China han tenido la suerte de recibir un ejemplar. Buckingham explicó que esto se debe a que el valor de los animales está ligado a su rareza, al igual que los diamantes o el oro, son bienes preciados.

“Todos los zoológicos tienen un león o un tigre, pero no un panda”, dijo. “China necesita ser selectiva al determinar qué países reciben un panda para mantener su singularidad y, por ende, su valor”.

El entregar pandas estratégicamente para agradar no es precisamente un fenómeno nuevo.

Cuando Mao Zedong estaba en el poder, los pandas eran regalados a los líderes de la ex Unión Soviética, de Corea del Norte, Estados Unidos y Gran Bretaña. Entre 1972 y 1974, China regaló 24 pandas como “embajadores de la buena voluntad”.

Pero, conforme creció el poder de los pandas como herramienta diplomática y de negociación, también creció el negocio de los pandas.

En la década de 1980, China buscó abrir su economía; “de repente necesitaban dólares, así que hicieron que la gente negociara préstamos de pandas a corto plazo”, dijo David Towne, presidente de la Fundación para la Conservación del Panda Gigante. Se podía rentar un panda por 100.000 dólares mensuales.

Cuando los conservacionistas y los órganos de vigilancia se opusieron, China implementó reformas que extendían los periodos de préstamo e hicieron mayor énfasis en la investigación.

Actualmente, los zoológicos aprobados deben pagar una cuota a China por el privilegio de tener pandas. Una pareja cuesta alrededor de un millón de dólares al año (unos 13 millones de pesos), aunque los acuerdos pueden variar. Sin embargo, a pesar de los altos costos para el cuidado de estos animales y los zoológicos que a menudo invierten dinero adicional en los proyectos de conservación, son capaces de compensar el desembolso gracias a que los visitantes asisten en grandes números a ver a los pandas.

El intercambio de pandas también podría ser en sentido contrario.

Estados Unidos, por ejemplo, perdió dos cachorros de panda que nacieron en el país en 2010, luego de que el presidente, Barack Obama, se reuniera con el Dalai Lama a pesar de las objeciones de China. El país asiático pidió la devolución inmediata de los cachorros, que son propiedad de esta nación sin importar el lugar en el que nacen.

“(China) valora a los pandas como su animal más importante”, dijo Suzanne Gendron, directora de la Fundación de Conservación Ocean Park de Hong Kong. “No darías un panda a alguien en quien no confías”.