Rebecca Sedwick se suicidó al parecer por no soportar más el acoso de otras adolescentes.

Por Mark O’Mara, CNN

(CNN) – Dos niñas en Florida, de 14 y 12 años, han sido arrestadas y acusadas de acoso severo: cyberbullying (acoso por Internet).

Ellas supuestamente atormentaron a una niña de 12 años llamada Rebecca tan despiadadamente que el mes pasado, Rebecca se quitó la vida al saltar de una torre en una planta abandonada de concreto.

El arresto se dio luego de que la siguiente publicación fuera hecha en la cuenta de Facebook de la niña de 14 años: “Sí, sé que intimidaba a REBECCA y que ella se suicidó, pero me importa un comino”. El alguacil del Condado de Polk, Grady Judd, dijo que acusaría a los padres si pudiera, pero que no habían “cargos obvios” en su contra.

Antes de acusar a las niñas, Judd le pidió a los padres que las llevaran para interrogarlas. Ellos se negaron.

Si una adolescente publica en Facebook acerca del suicidio de una niña a quien supuestamente intimidaba, los padres podrían argumentar que no cuentan con una manera efectiva de monitorear o restringir su comportamiento en línea. Podrían decir que no saben lo que está haciendo, y que no les importa.

La pregunta es ésta: ¿Resulta delictiva la ignorancia y apatía respecto al acoso cibernético que un niño practica? Bajo nuestras leyes actuales, parece que la respuesta es no.

Sin embargo, en un caso como este, ¿debería ser delictiva la ceguera intencional o la simple negligencia? Creo que sí, y esta es la razón: Si un niño mata a alguien mientras conduce el auto de uno de sus padres, los padres pueden ser tomados como responsables.

Si un niño mata a alguien mientras usa la pistola de uno de sus padres, el padre puede ser tomado como responsable. Si un niño infringe la ley al utilizar una computadora o celular proporcionado por sus padres, ¿cuál es la diferencia?

Los padres necesitan entender que la tecnología que le dan a sus hijos puede ser usada para quebrantar la ley y hacer daño. Los padres necesitan entender que darle a sus hijos el privilegio de estar en Internet va acompañado de responsabilidad y compromiso.

El padre de la niña de 14 años habló con Chris Cuomo, de CNN, y expresó que revisa la cuenta de Facebook de su hija con regularidad. Dijo que su hija ya estaba dormida cuando la publicación fue hecha, y que sospecha que la cuenta fue hackeada. Cuando les preguntaron sobre otros servicios en línea que su hija usaba, como Kik y Ask.fm, los padres indicaron que nunca habían oído de elos.

La mayoría de padres hoy en día se sorprenderían al ver el comportamiento que sus hijos tienen en línea. Pero no deberían estarlo. Sólo porque los padres de hoy en día no crecieron haciendo uso de los medios sociales, no significa que puedan ser perdonados por no saber acerca de ellos.

El Internet es un portal hacia un mundo virtual sin fronteras. Ofrece enormes oportunidades de interacción social, y sospecharía que muchos pre-adolescentes y adolescentes argumentarían que es crucial para su experiencia de socialización. Si no están en línea, se están perdiendo de algo.

Esto significa que el Internet es tierra fértil para aquellos que quieren hostigar, asediar o intimidar. Y es el lugar donde pueden causar heridas emocionales de forma distante, hasta anónima, el método de un cobarde.

Si los padres no van a asumir la responsabilidad del acceso que sus hijos tienen al Internet por su cuenta —y parece que los padres en este caso no van a hacerlo— entonces apoyaría la legislación que asigna responsabilidad legal sobre los padres, lo cual los responsabiliza de aquello que los hijos hacen con el acceso a Internet que ellos les proporcionan.

Estoy redactando un proyecto de ley que le daría a Judd y a otros alguaciles los “cargos obvios” que se necesitan para hacer a los padres responsables ante una situación como esta. No creo que debamos promulgar una legislación como un exabrupto por un evento aislado, pero aquí no hablamos de un evento asilado.

Recuerdo el caso de violación en la ciudad de Steubenville, donde los adolescentes creyeron que estaba bien publicar en Internet fotografías que mostraban el abuso contra otra adolescente.

Recuerdo el caso del ex-jugador de la NFL, quien descubrió que 300 adolescentes estaban destrozando su casa, porque lo estaban publicando en los medios sociales mientras lo hacían. ¿Dónde están los padres?

Entiendo que hay obstáculos considerables en el camino para aprobar tal legislación. Erase una vez, yo trabajé en el Comité gubernamental de operaciones de la cámara de Florida, y aprendí como hacer una propuesta de ley que puede tener impulso constitucional y que aborda asuntos urgentes de manera equilibrada.

Mientras es un proceso directo tomar a un padre como responsable cuando un niño utiliza un objeto peligroso, como un arma, es más difícil en el caso de un aparato no peligroso, como un celular o una computadora.

Además, asignarle la responsabilidad a un padre requiere prueba de que tenía conocimiento de la actividad, o que por lo menos fueron negligentes en sus deberes como padres, y tenemos que reconocer que los adolescentes pueden encontrar formas para evitar ser descubiertos. En este contexto, un padre podría ser negligente al no tener ninguna supervisión de la presencia del niño en Internet (así como dejarlo encerrado en un auto, o dejarlo jugar en una calle con mucho tráfico), o si el padre fue notificado de posibles problemas relacionados al Internet por parte de otros padres, un oficial de la escuela o un policía, y no hizo nada para abordarlo.

Finalmente, hay preocupaciones sobre el debido proceso constitucional con tomar como responsable a un tercero de hechos delictivos, especialmente cuando ya existe un estatuto para tomar al niño como penalmente responsable.

Tras el reciente suicidio, Judd le ha implorado a los padres que tomen más responsabilidad con respecto al comportamiento que sus hijos tienen en Internet. Si los padres no adoptan esa responsabilidad, debemos hacer presión e insistir en que compartan la responsabilidad, especialmente cuando las acciones de sus hijos tienen consecuencias de vida o muerte.

Los medios sociales han entrado a una fase al estilo del “Antiguo Oeste”. Ha sido algo no reglamentado hasta ahora, porque no ha estado bajo la consideración de nuestros legisladores. Sin embargo, estamos viendo un ejemplo tras otro de personas que usan los medios sociales con propósitos nefastos.

El acoso cibernético es un problema innegable, y no deberíamos estar satisfechos con sólo pedirle a los niños que “se aguanten”.

Creo que los niños tienen el derecho a algún sentido de seguridad y garantía, y eso se ve afectado por el acoso cibernético. Es responsabilidad de los padres proteger a sus hijos, y si ellos no saben como hacerlo, entonces debe haber alguna legislación que los haga responsables, y si no lo hacen proporcionar la motivación necesaria para que se involucren en la vida de sus hijos en línea.

Este tema es urgente y crítico, y necesitamos actuar antes de perder la vida de otro niño.