Por Jenny Soffel, para CNN
(CNN) – Cuando son adolescentes, las mujeres de la tribu Mursi, de Etiopía, perforan su labio inferior y colocan un plato de arcilla en él. Ellos son una de las últimas tribus en el mundo que sigue practicando esta tradición, y las nuevas generaciones, influenciadas por el mundo exterior, podrían decidir abandonarla.
Es por eso que el fotógrafo británico Jimmy Nelson decidió viajar por el mundo durante tres años, visitando 35 tribus en los cinco continentes, para documentar sus vidas y costumbres antes de que ellos desaparezcan.
Bebió vodka con la tribu mongola Tsaatan en condiciones gélidas y admiró la belleza de los miembros de la tribu Himba en el desierto de Namibia. El resultado de su viaje puede encontrarse en su nuevo libro de fotografías, “Before They Pass Away” (Antes que desaparezcan).
“La idea en general es hacer de las tribus algo emblemático. Es darles la atención que nosotros mismos nos damos en el mundo desarrollado”, dijo el fotógrafo de 45 años de edad.
Desde una edad muy temprana, Nelson se enfrentó a la diversidad cultural. Creció en diferentes países africanos antes de trasladarse a Inglaterra a la edad de siete años para asistir a un internado Católico Jesuita. Regresar a África para encontrarse con nueve tribus en cuatro países diferentes países fue una experiencia especial para él.
“África está teniendo la evolución más rápida en mi opinión. Ha perdido la mayor parte de su etnicidad y autenticidad”, expresó. “Crecí en Nigeria, Sierra Leona, Gabón y en Camerún. Tengo 45 años de vida, y lo que vi en mi niñez ya no está ahí”.
Ser humilde
Nelson y su equipo, conformado por un auxiliar y un camarógrafo, cubrieron África en cinco viajes. Visitaron cinco tribus en Etiopía y una tribu en Kenia, Tanzania y Namibia. Nelson dijo que la parte más desafiante de sus viajes por África fue el acercamiento a las tribus del sur de Etiopía.
“Hay muchas pequeñas tribus en una pequeña área y todos protegen su propio territorio. Así que pueden ser bastante intimidantes”, explica.
Cuando se acercó a las tribus por primera vez, Nelson dejó atrás el equipo de cámaras. Dice que, aunque todas las tribus han sido documentadas antes, llegó deliberadamente a explicarles qué quería hacer. Sólo la tribu Samburu, de Kenia, supo de su llegada.
Aunque siempre viajó con un guía local, Nelson tuvo que acudir al lenguaje corporal y a gestos para comunicarse con los diferentes miembros de las tribus y ganarse su confianza. Sin embargo, dice que lo importante era apelar a su vanidad.
“Inicialmente, se trata de la idolatría. Los pones en un pedestal; luego, tocas sus músculos y lo dejas ver por medio de muchos gestos y adoración a los héroes”, explica Nelson respecto a sus primeros encuentros con las tribus etíopes, quienes a menudo lo saludaban con rifles Kalashnikov.
“Llegas y son salvajes e intimidantes; para ellos lo importante es la imagen de macho”.
Un aspecto que llamó la atención de Nelson cuando se reunió con las distintas tribus africanas fue lo mucho que se fijaban en sus apariencias. Cuenta que notó mucha vanidad entre los hombres de las tribus africanas. Por ejemplo, muchas personas piensan que los hombres de la tribu Himba, de Namibia, en realidad son mujeres.
“Éste es el clásico ejemplo de toda la idea detrás del libro de que las apariencias engañan”, afirma. “Muy pocos de nosotros alguna vez seremos tan hermosos como estas personas”.
Señales de modernización
Cuando Nelson y su equipo viajaron por el Valle de Omo hace cuatro años en busca de las tribus del sur de Etiopía, les tomó tres semanas encontrarlos. Hoy en día, dice, los caminos han sido mejorados, y el viaje sólo toma unos días.
Él cree que ésta es una de las razones por las cuales algunas de las tribus están abandonando lentamente su estilo de vida tradicional.
“En esta época. las tribus africanas están evolucionando rápidamente debido a la era digital. Muchos de ellos tienen teléfono móvil, así que están conscientes del mundo exterior”, dice.
El libro “Before They Pass Away” sólo es la tercera parte de su proyecto. El próximo paso es regresar con las 35 tribus y mostrarles sus fotos; también quiere explicarles por qué las tomó.
La idea entonces es visitar otras 35 tribus en áreas con mayor inestabilidad política, donde necesitaría la ayuda de las autoridades para poder entrar.
Sin embargo, por sobre todo, Nelson espera que los retratos fomenten un diálogo más profundo entre las tribus y el mundo desarrollado.
“Al ilustrar a estas personas de forma estética, romántica, idealista e icónica, mi intención es atraer la atención del público a un asunto en el que normalmente no estarían interesados”, explica el fotógrafo.
Antes de que Nelson se embarcara en su viaje de tres años, lo único que esperaba era crear un documento visual que celebrara las tribus por su apariencia. No obstante, ahora piensa que hay lecciones aún mayores por aprender.
“En mi opinión, los miembros de las tribus son ricos emocional y socialmente, pero materialmente son muy pobres, y nosotros en el oeste somos lo contrario”, indica. “Qué tan conscientes están de lo especiales que son es debatible, he ahí el por qué quiero iniciar esta discusión. Antes que desaparezcan”.