Por Ingrid K. Williams, Travel + Leisure

(CNN) – El concepto de los pueblos perfectos que aparecen en tarjetas postales, sumidos en el encanto del viejo mundo, ha inspirado a cientos de viajeros a recorrer Europa en busca de sus apartados poblados.

Como resultado, los pintorescos lugares del continente rara vez permanecen ocultos por mucho tiempo. No se requiere de mucho para hacer que un encantador pueblo se torne incómodamente popular.

Considera los cinco pueblos pesqueros que conforman el área llamada Cinque Terre de Italia, donde un paseo al atardecer en época de verano a menudo parece como si te estuvieras abriendo paso en un parque de diversiones lleno de gente, con todo y restaurantes excesivamente caros y tiendas de recuerdos.

El primer requisito de un pueblo hermoso es que se encuentre en una ubicación pintoresca, ya sea entre los fiordos noruegos o las islas griegas bañadas por el sol. Sin embargo, los mejores también tienen características distintivas como la plaza rodeada por fachadas de color pastel con altos gabletes en Telč, República Checa, o el inolvidable castillo victoriano que se eleva sobre los techos de paja de Cong, Irlanda.

Llegar a algunas de estas bellezas europeas requiere de un esfuerzo adicional, pero las recompensas son deslumbrantes. Tus ojos te lo agradecerán.

Tellaro, Italia

Los caminos que serpentean los acantilados y un minúsculo puerto han protegido a Tellaro de la ola de turismo que se ha abalanzado sobre otras ciudades costeras de Liguria, como Vernazza y Portofino. Una mezcla de construcciones de color pastel se aferran vertiginosamente a los escarpados acantilados de Tellaro, el cual ocupa la sección más al este del Golfo dei Poeti. Es mencionado por los poetas e íconos literarios como Lord Byron y D. H. Lawrence, quienes han buscado inspiración en este refugio mediterráneo.

Bibury, Inglaterra

La región de Cotswold, llena de colinas, es un área designada como “Área de Increíble Belleza Natural” en el suroeste de Inglaterra, y una de las aldeas más encantadoras es Bibury, donde las verdes praderas colindan con casas de piedra con techos de dos aguas. El río Coln, el cual bifurca el pueblo, rebosa de truchas, pero el área más pintoresca es Arlington Row, un trecho de casitas de campo en tonalidades sepia construidas en el siglo XXVII para albergar a los tejedores del cercano Arlington Mill.

Hallstatt, Austria

El pueblo de Hallstatt en Austria Central, propio de los libros de cuentos, disfruta de un escenario maravilloso a las orillas del Hallstätter See, entre el prístino lago y una exuberante montaña que se eleva dramáticamente desde la orilla del agua. Una historia de explotación minera de sal que se remonta a miles de años atrás ha sido traducida a una prosperidad duradera para el pueblo, lo cual se hace más evidente en la hermosa plaza rodeada de construcciones cubiertas de enredaderas.

Folegandros, Grecia

Las calles de Santorini rebosan de admiradores, pero en Folegandros, una isla cercana parte de las Cícladas, encontrarás arquitectura similar -calles pavimentadas con pizarras, construcciones blanqueadas decoradas con flores de colores, la ocasional Iglesia Ortodoxa Griega con un domo de color azul brillante- sin las multitudes. Para nadar apartado de todo, dirígete a Katergo, un trecho de playa resguardado donde gentiles olas de color azul esmeralda besan la orilla pedregosa.

Colmar, Francia

Las influencias francesas y alemanas se mezclan en este bien preservado pueblo alsaciano, donde las panaderías locales venden tanto croissants y kugelhopf, y donde los restaurantes se especializan en foie gras y sauerkraut (o chucrut). Una gama de estilos arquitectónicos, desde el gótico alemán hasta el neobarroco francés, pueden verse en el viejo pueblo, el cual se libró de la destrucción durante la Segunda Guerra Mundial; esto fue gracias, en parte, a la belleza histórica de sus senderos adoquinados, tranquilos canales, y sus casas con entramados de madera.

Reine, Noruega

Al norte del Círculo Polar Ártico, Reine es una linda aldea pesquera en el archipiélago de Lofoten, un área de rigurosa belleza de vida salvaje nórdica, donde las bahías de zafiro enfatizan los fiordos y las montañas. Muchas de las cabañas de color rojo brillante de los pescadores (llamados rorbuer) han sido convertidas en cómodas cabañas para los visitantes, las cuales ofrecen acceso directo al Mar de Noruega. Ponte cómodo para admirar el cielo nocturno y su fascinante entretenimiento, desde el sol de medianoche en el verano hasta las luces del norte en invierno.