Por Kelly Wallace

(CNN) – Pregúntale a los padres de adolescentes si sus hijos están más estresados de lo que ellos estuvieron cuando tenían su edad, y generalmente te dirán, “Definitivamente”.

“Fui a una escuela secundaria que en ese entonces era considerada una de las diez mejores escuelas del país, y creo que en la escuela, tuve que hacer menos trabajo avanzado que los estudiantes de hoy en día”, dijo Nancy Friedman de Nueva York, refiriéndose a sus gemelos de 13 años.

“Están haciendo investigaciones reales… se espera mucho más de ellos”, dijo Friedman, quien es cofundadora de una plataforma para compartir videos entre tweens (quienes se encuentran entre la niñez y la adolescencia) llamada KidVuz.

Los adolescentes sienten la presión de un plan de estudios más exigente, períodos de tiempo más largos para hacer tareas, pruebas importantes y admisiones más competitivas para ingresar a la universidad, según una nueva encuesta.

La encuesta, llevada a cabo por el grupo NPR junto con la fundación Robert Wood Johnson y la facultad de Harvard de salud pública, encontró que casi el 40% de los padres indicaron que sus hijos están experimentando mucho estrés en la escuela secundaria.

“Tienen que hacer su trabajo de colocación avanzada, tienen que estar en clases de asignación avanzada, y no sólo es suficiente estar en ellas, también tienen que tener un rendimiento excelente”, indicó Jaclyn Bealer, quien pasa los veranos capacitando a adolescentes para convertirse en consejeros en un campamento en Branchville, New Jersey.

“Se presionan mucho con tal de obtener la calificación más alta posible, y cualquier punteo por debajo de 90% se considera un fracaso”, afirmó Bealer.

Friedman, la madre de gemelos, ha visto esto de primera mano. Su hija Rachel “literalmente se molesta si saca 98 en lugar de 100 en alguna materia”, dijo durante una entrevista familiar en su casa.

“No me gusta sacar notas debajo de 100”, admitió Rachel entre risas.

Los medios sociales añaden estrés

Los adolescentes de hoy en día, a diferencia de cuando yo tenía s edad, pueden comparar su rendimiento académico y todos los demás aspectos relacionados a su existencia con otros adolescentes 24 horas al día por medio de actualizaciones en Facebook, Twitter, Snapchat, la red social que quieras, y esto solamente aumenta el estrés.

“En aquel entonces, perdíamos contacto con nuestros compañeros después de la escuela y los fines de semana, pero los chicos de ahora pasan todo el día en los medios sociales”, expresó Linda Esposito, trabajadora social registrada del área clínica y psicoterapeuta en Los Ángeles, y encargada del blog sobre psicología, llamado Talk Therapy Biz.

Daniel Goleman, psicólogo y autor del éxito de librería del New York Times, “Emotional Intelligence” (Inteligencia Emocial) dice que los medios sociales y la tecnología avanzada implican mayores distracciones para los niños y menos tiempo para desconectarse verdaderamente.

“Antes, los niños solían tener tiempo para observar las nubes y usar su imaginación”, dijo Goleman. “Ahora, se interesan por los videojuegos y compiten con algún otro niño en Hong Kong”.

Presión de los padres

Los adolescentes no sólo sienten estrés a causa de las presiones académicas. Sus horarios también están llenos de actividades y deportes después de la escuela y los fines de semana, lo cual genera preguntas para nosotros los padres acerca de si nuestros hijos tienen demasiadas actividades y si nosotros, como padres, los estamos impulsando a hacer demasiado.

“Hay una pequeña falacia de que tenemos que enriquecer la experiencia de nuestros hijos con toda clase de lección y toda clase de deportes y toda clase de clubes, y llegará un punto en el que eso se volverá en nuestra contra”, dijo Goleman.

Los padres que quieren lo mejor para sus hijos se meten en problemas cuando se convierte en “querer demasiado”, dijo Ben Bernstein, psicólogo sobre estrés y autor de “A Teen´s Guide to Success: How to be Calm, Confident & Focused”, así como un libro acerca de técnicas de reducción de estrés al momento de hacer exámenes.

“Podría ser que su propio autoestima esté vinculado a eso. Podría ser que no tuvieron el mismo tipo de oportunidades que sus hijos tienen”, dijo Bernstein, quien dice que los padres a veces también tienen sus propias esperanzas y metas para sus hijos que no podrían estar de acuerdo con lo que su hijo quiere hacer.

“En ese sentido, pierden contacto con lo que ocurre con su hijo”, indicó.

Bealer, la supervisora del campamento, dice que muchos adolescentes sienten que sus padres no les dan espacio para ser ellos mismos.

“Algo que oigo con frecuencia es que los niños no necesariamente sienten que son escuchados, y que solamente les dicen lo que deben hacer”, dijo.

Lo que reciben en el campamento, dice, es “simplemente la oportunidad de contar con alguien que los escuche y no los juzgue quizá por los sueños que tienen, o lo que les preocupa, y que no haga de menos sus preocupaciones”.

Los padres también pueden contribuir al estrés de sus adolescentes al no entender cómo lidiar con su propio estrés, según Lori Lite, quien creó el sitio sobre crianza Stress Free Kids, luego de que las tensiones de la crianza de los hijos estaban empezando a afectar su salud.

“Muchos padres demuestran mecanismos de adaptación poco saludables, y llevan un estilo de vida en el que el estrés está en pleno desarrollo”, indicó Lite. “Los adolescentes aprenden e internalizan esos mensajes”.

Cómo disminuir el estrés

Ahora que conocemos algunas de las razones por las que nuestros adolescentes se sienten más estresados que nosotros cuando teníamos su edad, ¿qué podemos hacer al respecto?

Se lo preguntamos a la comunidad de Facebook de CNN y recibimos una gran cantidad de buenos consejos que incluimos en la galería de arriba. Los consejos varían mucho, desde Merin Dahlerbruch, quien anima a su hija de 17 años a aprender a tocar la trompeta hasta Traci Garcia de Harwood Heights, Illinois, quien le hizo un facial a su hija.

También recibimos recomendaciones de enseñarle a nuestros hijos a relajarse, por medio de ejercicios de respiración y meditación.

De hecho, varias escuelas, entre ellas una en San Francisco, han adoptado lo que se conoce como “tiempo de reposo”, durante el cual los estudiantes meditan de 10 a 15 minutos en la mañana, y lo hacen de nuevo en la tarde. Algunas escuelas que han implementado este nuevo enfoque informan que ha habido una disminución en las ausencias y suspensiones de los alumnos, y una mejoría en las calificaciones.

“Sin importar el estatus socioeconómico, la raza o el tipo de escuela, ya sea pública o privada, considero que los niños en general, deben aprender a relajarse, a respirar de forma adecuada para calmarse y a reconocer los signos del estrés”, dijo Esposito, quien usa ejercicios mentales con muchos de sus pacientes.

Lite, la fundadora de Stress Free Kids, es una gran defensora de la respiración, la relajación y los ejercicios de visualización para padres e hijos.

Cuando su hija fue a la escuela secundaria, explicó, la directora “empezó a hacer alardes” de la cantidad de estrés que los adolescentes tendrían como estudiantes de primer año. Su esposo le escribió una nota en la que preguntaba “¿Van a enseñarles a manejar el estrés?”, me dijo.

Fue entonces cuando Lite decidió crear un CD para ayudar a los adolescentes a manejar la ansiedad y el estrés.

“Si observas a los adolescentes mientras hacen un examen o juegan algún videojuego, si los observas con atención, verás que también dejan de respirar”, dijo Bernstein, el experto sobre estrés.

“Enseñarle a los niños a calmarse por medio de la respiración, de aprender a mantener los pies sobre la tierra, y técnicas sencillas de meditación… cosas que conocemos funcionan en términos de la reducción de estrés, deberíamos enseñar estas cosas en la escuela, y los padres también deberían ponerlas en práctica”.