Por Peter Shadbolt, para CNN
(CNN) – La imagen del tren bala de Shinkansen viajando veloz frente al Monte Fuji es una pieza poderosa de la iconografía de Japón que renace después de la guerra.
Presentado en 1964, tan sólo unos meses antes de las Olimpiadas de Tokio, el tren bala representaba todo lo que Japón quería para sí: un medio de transporte elegante, de última generación y confiable.
El retraso anual promedio del tren Shinkansen es de 36 segundos, incluso tomando en cuenta los terremotos y tifones.
La red Shinkansen transporta alrededor de 930.000 pasajeros todos los días. En hora punta, los trenes bala salen de las estaciones urbanas alrededor de Japón con una frecuencia de cada seis minutos.
Pero 50 años después, la maravilla de alta tecnología de Japón necesita desesperadamente una actualización. Con la velocidad más alta del Shinkansen a “solamente” unos 320 km/h (200 mph) -con alguna de su tecnología con décadas de antigüedad- Japón se enfrenta ahora con una intensa rivalidad no sólo de los gigantes trenes europeos de Francia y Alemania, sino también de China, cuya ruta “gaotie” de 10.000 km (6.200 millas) actualmente en funcionamiento es la red ferroviaria de alta velocidad más larga del mundo.
Se ha vuelto crucial que Japón investigue en una nueva tecnología para no perder su título de pionero y líder en el ferrocarril de alta velocidad y para atraer millardos de dólares en contratos.
Para el Primer Ministro japonés Shinzo Abe, la respuesta se encuentra en el tren ‘maglev’, o de levitación magnética, que alcanza velocidades de 506 km/h (315 mph).
“Es verdaderamente tecnología de ensueño”, dijo Abe en un discurso en la Bolsa de Nueva York en septiembre.
Los maglev utilizan poderosos electroimanes para flotar y propulsar un tren que se mueve velozmente por encima de sus vías, eliminando la fricción por metal. Japón en la actualidad posee el récord mundial de velocidad en un tren maglev tripulado por una persona, a 581 km/h (361 mph) en 2003.
Altas velocidades, altos costos
Los costos de estos trenes de próxima generación son exorbitantes. Japón espera gastar más de $100 millardos en la propuesta anunciada recientemente para construir un tren maglev para que viaje la distancia de 286 km entre Tokio y Nagoya.
Con 246 kilómetros, o 86% de la ruta, que atraviesan túneles en la región montañosa, una empresa enormemente cara, hay preocupaciones de que el servicio, que no se espera comience a funcionar hasta 2027, podría convertirse en un elefante blanco de alta velocidad.
A diferencia de los proyectos anteriores de trenes bala, la empresa privada de ferrocarriles JR Tokai, que opera la línea Tokaido Shinkansen, tiene la intención de asumir el costo total de 9 billones de yenes ($88,1 millardos) de la construcción de la línea maglev. También tiene planes de expandir el trayecto de Tokio a Osaka en 2045.
A pesar del sueño de disminuir el trayecto de 100 minutos entre Tokio y Nagoya a 40 minutos y el trayecto de 145 minutos de Tokio a Osaka a 67 minutos, el proyecto se enfrenta con un escepticismo considerable.
De acuerdo con el Instituto nacional japonés para la investigación de la población y la seguridad social, cuando el primer maglev Tokio-Osaka se deslice por las vías en 2045, la población de Japón habrá declinado a 105 millones de los actuales 127 millones.
Los críticos dicen que simplemente no habrá suficiente demanda para el servicio de alta velocidad.
“Básicamente, JR Tokai es el operador de trenes más rentable de Japón, pero si vemos al futuro, muchos de sus ingresos serán utilizados para la inversión de capital de este proyecto”, dice Paul Wan, analista de transporte en CLSA en Hong Kong.
“Esa es la razón por la que se ve a algunos inversionistas alejarse de eso, especialmente por el plazo de tiempo tan largo para que este proyecto entre en funcionamiento”.
Vea más: El Kumano Kodo de Japón, el mejor sendero para excursiones desconocido en el mundo Incluso se separamos esto del problema de la demografía, Wan dice que el Japón de 1964 -cuando su economía estaba en auge y su población era joven y estaba en expansión- era muy distinto al Japón de hoy.
“Puedo ver por qué algunas personas son tan negativas con el proyecto”, dice.
“Si vemos a Japón durante estos últimos 20 años, la economía no ha crecido en realidad, ha estado en un entorno deflacionario. Al mismo tiempo, la población declina, no hay suficientes bebés allí.
“El hecho que vaya a ser necesario un servicio como el maglev dentro de 30 años es una gran pregunta”.
¿Maglev entre Nueva York y Washington, D.C. ?
Mientras, JR Tokai busca exportar la tecnología del maglev a ultramar El mes pasado presentó una exposición itinerante para los políticos estadounidenses, llevándolos en un viaje de prueba en el centro de Japón.
Con la oferta de financiar los millardos del costo de operación de un enlace de maglev entre Nueva York y Washington -cortando el viaje de tres horas a una- la compañía razona que si Estados Unidos invierte en su tecnología, otros lo seguirán.
“El uso de esta tecnología conectaría Nueva York y Washington, D.C. en menos de una hora. Liberaría a las personas de las carreteras congestionadas que agotan sus nervios mientras que ahorrarían no sólo 443.000 galones de gasolina, sino también 682.000 horas de tiempo que ahora desperdician al año”, dijo el líder japonés en la Bolsa de Nueva York.
“En Japón, los preparativos ya se están llevando a cabo ahora mismo hacia la apertura de la sección de Tokio a Nagoya. Pero antes de eso, conectemos Baltimore y Washington, D.C. Ya le he presentado al Presidente Obama una propuesta para hacer eso exactamente”.
Incluso edulcorado -que implicaría que Japón proporcionara la guía de maglev y sistema de propulsión gratis para la primera porción de la vía entre Nueva York y D.C., uniendo la capital de los EEUU y Baltimore- persisten las dudas.
“Para Estados Unidos se trata de puestos de trabajo”, dice Wan. “Si el proyecto proporciona suficientes puestos de trabajo, entonces podría invertir”.
“La verdadera prueba de si Japón puede exportar su tecnología vendrá (cuando) tengan el maglev en marcha y funcionando en lugar de solamente hablar de eso”.