(CNN) — Para un masai es un manjar comer carne cruda con un coctel de leche con sangre. Pero seguramente esto no sea del gusto de todos. Pero hay una nueva clase de chefs masai que cocinan algo especial.
En lo profundo del Serengueti keniano, un grupo de jóvenes aprendices de la tribu guerrera atrapan los secretos de la alta cocina de todo el mundo, mientras intentan convertirse en chefs gourmet.
Esta no es una escuela de cocina cualquiera; es la escuela de cocina masai.
La escuela, abierta en 2012, está dirigida por el Campamento Karen Blixen, un lujoso resort amigable con el medio ambiente, establecido en la región Masai Mara, en el suroeste de Kenya, cerca de la frontera con Tanzania.
Un viaje que nunca olvidarás
A los estudiantes se les enseña a dominar las delicias culinarias de todo el mundo, incluidas la francesa, italiana, india y la mexicana, así como refinadas especialidades locales.
Inka Kanae Simion, de 21 años, dejó su trabajo como carnicero para convertirse en chef y se graduó en 2013. “Era mi sueño ser chef (…) mi ambición es dirigir un restaurante donde seré el chef principal y comenzaré a entrenar a estudiantes masai jóvenes y educados”, dijo.
La escuela de cocina ofrece un curso de 18 meses reconocido por el gobierno keniano.
“La cocina que más me interesa es la francesa… por ejemplo el coq au vin” (un plato de gallo con vino), dijo Simion. “Tengo visiones de salir ir países para recibir más educación que beneficie a mi comunidad”.
A los estudiantes se les enseña a preparar carne, pescado y vegetales; salsas y sopas; hornear pasteles; planear menús y calcular el costo de la comida, con un enfoque especial en la higiene y el almacenamiento.
Julius Simanka Kireu, de 24 años, es uno de los estudiantes. Es el mayor de ocho hijos. Recuerda, de su niñez, su largo trajín diario tan solo para llegar a la escuela. “Salía de casa cada mañana y caminaba cinco kilómetros a la escuela y regresaba a la casa a las 19:00 horas”.
“Aprendí mucho en la Escuela de Hostelería Karen Blixen. Aunque todavía soy un principiante (…) puedo convertir papas en sopa, salteado, hacer, aros de cebolla y muchos otros platillos”.
El turismo es una gran fuente de ingresos para la región Masai Mara. Desde que la escuela abrió, tiene 15 estudiantes graduados del curso y entre 12 y 14 chefs encontraron un trabajo y muchos se colocaron en resorts locales de turistas en la zona.
Cada año, el personal del Campamento Karen Blixen coloca pósters en las mayores comunidades de Mara para promocionar el programa.
Los solicitantes deben llenar un formulario donde detallen sus calificaciones de la secundaria. Si pasan la primera etapa, hacen un examen escrito de matemáticas básicas e inglés antes de una entrevista final con los chefs principales.
“Nos dirigimos a la juventud, así que esperamos que tengan empleo durante el resto de sus vidas”, dijo el instructor de la escuela, el danés Rune Eriksen.
El crecimiento rápido de la población en Mara causa un “gran problema” en términos de empleo.
Los pastores prefieren utilizar perros domésticos para cuidar su ganado, pero “estos perros lentamente se convierten en perros salvajes y alejan a la vida silvestre”, dijo Eriksen. Esto plantea un problema para los resorts y los turistas que esperan echar un vistazo a los animales exóticos del Serengueti.
Cuando los chefs completan el curso, se les otorga un diploma en la ceremonia de graduación, a la que asisten sus amigos y familiares. Los asistentes después son invitados a ver a algunos bailarines masai tradicionales de la comunidad local.
Después de graduarse, los estudiantes son alentados a diversificarse de la región Mara y convertirse en los chefs principales en restaurantes en la capital de Kenya, Nairobi, e incluso en el extranjero, donde también ganan experiencia valiosa de vida, de acuerdo con Eriksen.