Por Sarah LeTrent, CNN
(CNN) – “¡Un poco más de luz!”
Se trata de una sesión de fotos temprano en la mañana para la revista Glamour del Reino Unido. Hay una tormenta afuera de Jack Studios en Nueva York, mientras el equipo se instala en un frenesí: los fotógrafos ajustan meticulosamente la iluminación, expertos en maquillaje y peinado ordenan sus muchos pinceles y los estilistas cuelgan, estantes tras estantes de nombres conocidos: Ralph Lauren, DSqueared2, Zac Posen, Helmut Lang, Agent Provocateur, Vivienne Westwood.
Todos están aquí por una persona.
“Hola, soy Carmen”.
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La mujer que viste una sencilla camiseta negra, jeans, una cola de caballo y pendientes de argolla (un elemento esencial que después atribuiría a que creció en Nueva Jersey) se presenta al equipo, pero todos en la habitación ya saben de quién se trata.
“La gente me conoce de muchos lugares”, le dice más adelante a CNN en su casa en Perth Amboy, Nueva Jersey. “¡Google-punto-com Carmen Carrera”, dice entre risas.
La primera vez que Carrera estuvo en el centro de atención, fue en la tercera temporada del reality show favorito de un cierto grupo de personas “RuPaul’s Drag Race”. El día después de haber terminado el programa, decidió comenzar la transición hacia la Carmen Carrera que conocemos hoy: una orgullosa personalidad transgénero del mundo de la moda.
Carrera dice que lo supo desde que estaba en el jardín infantil. Asistió a una escuela católica y se enamoró de un compañero de clases, Anthony; Carrera se metía en problemas por correr hacia él y besarlo en la mejilla todos los días.
“Sabía que no era yo, como un niño enamorándose de otro niño. Era yo, queriendo ser una linda niña enamorada de un niño”, dice. Luego de una reunión entre padres y maestros, fue transferida a una escuela pública y dedujeron que ella no debería expresar su femineidad fuera de casa.
“Gracias a Dios, mis padres nunca me obligaron a actuar de otra manera que no fuera yo misma, así que tuve mucha suerte”, dice. “Pero cuando estaba en la escuela o fuera de casa, siempre era una actuación, siempre era una máscara, y crecí sintiendo mucha frustración”.
A los 18 años, le dieron su primer auto y dejó algunas de sus frustraciones en el espejo retrovisor. Se dirigió a Nueva York y se sumergió en la corriente de la identidad transgénero “drag” donde comenzó a vivir “libre y feliz”.
Entonces llegó “Drag Race”. Desde que apareció en el programa, Carrera ha ganado más de 66.000 seguidores en Twitter, 90.000 en Instagram y 215.000 en Facebook.
Carrera se hizo parte de las conversaciones dominantes de los medios de comunicación cuando recibió más de 46.000 firmas en una petición de Change.org para convertirse en el primer “ángel” transgénero de Victoria’s Secret. La petición ganó bastante terreno unos días antes de que el desfile de 2013 estuviera programado para grabarse en noviembre, pero al final, no tuvo éxito. (La compañía no ha respondido a la petición).
A pesar de ello, dice, el apoyo de sus fans la ha motivado a hacer pruebas para participar en el show de lencería más importante en 2014.
“Es más o menos como una validación”, dice. “Sin importar qué tan insegura podría estar, sin importar qué tan fea podría sentirme, hay personas allá afuera que esperan que sea fuerte, que siga adelante y que le demuestre a las personas que no están en lo correcto”.
Carrera no es la primera modelo transgénero —y ciertamente no será la última— pero esta industria, donde la androginia vanguardista a menudo está a la moda, ha sido criticada por su lentitud en aceptar al sector transgénero, las distintas formas corporales y la diversidad en general.
Ha habido algo de progreso. El legendario fotógrafo de la moda, Bruce Weber, fotografió a 17 modelos transgénero —muchas de ellas no eran profesionales— para el más reciente catálogo y campaña de la revista del minorista de lujo Barneys New York.
Miembros de alto perfil de la comunidad transgénero, como la actriz Laverve Cox y la escritora Janet Mock, también están hablando más abiertamente sobre sus experiencias al conducirse por un mundo que puede ser ignorante e incluso hostil en relación a estos temas.
En un ensayo autobiográfico publicado en la revista W Magazine, Carrera dijo: “Quiero dejar algo para que las personas puedan ver hacia atrás un día y decir: ‘Vaya, ¿recuerdas cuando los transgénero eran a quienes más se discriminaba? Esta persona tenía una actitud de ¡al diablo con todos! Voy a pasearme medio desnuda y estar súper orgullosa, porque así es como todos deberían sentirse’”.
Esto lleva a Carrera hoy en día al set: la representa Elite Model Management, una de las principales agencias de modelaje del mundo. Ella es una elección poco convencional, no solo por su género: tiene 28 años en medio de un portafolio de chicas que están al final de su adolescencia o acaban de cumplir 20, y ciertamente tiene un poco más de curvas que otras modelos. También es la madrastra de la hija de 9 años de su pareja.
“…Ninguna tormenta de invierto podrá detenerme”, canta una canción de Diana Ross mientras la maquilladora completa un estilo decididamente fresco y natural.
Robin Paige es la estilista que coordina los estilos. Mientras muchos diseñadores enviaron piezas adecuadas para la imagen burlesca de Carrera, Page se inclinó por ofertas más sencillas, como un overol blanco de Ralph Lauren, o una falda en línea A, hasta la rodilla, de Dsquared2.
“Quería que pudieras ver su espíritu, su rostro y sus ojos, en lugar de solo su cuerpo, solo el pelo o una gran cantidad de maquillaje”, dice. “Queríamos hacerlo todo bastante escaso y simple, para llegar a su esencia”.
“Vaya, me veo como una adulta”, dice Carrera. “Estoy acostumbrada a usar mucho maquillaje”.
Durante las próximas seis horas, Carrera posará para una y otra fotografía, y cada cierto tiempo se detendrá para cambiarse de ropa y relajar sus músculos faciales después de mantener una pose.
Hay un espejo detrás del fotógrafo al que en ocasiones dirige la vista para probar una nueva pose, casi en asombro por lo que ve reflejado en él.
“Cuando pasas por una transición como ésta, tu cuerpo y tu rostro siempre están cambiando. Entonces, en una industria en la que te pagan ya sea por vender un producto o tomar una fotografía, sabes que tienes que conocer tus ángulos”, dice.
También está la pregunta a la que toda mujer le tiene terror: ¿crees que eres bonita?
“Estoy muy contenta conmigo misma”, dice. “Ni siquiera se trata de ser bonita o ser hermosa, simplemente estoy muy contenta conmigo misma”.
“Y no puedo cambiar, aún si quisiera hacerlo”, canta una canción de Mary Lambert mientras posa.
“Todos los diseñadores estaban muy emocionados de que era ella a quien íbamos a fotografiar. “Enviaron ropa para ella”, dice Page, quien añadió que espera que fotografiar a Carrera para una revista internacional valide su carrera más allá del ámbito transgénero.
Carrera también quiere ese nivel de éxito. Ella dice que admira a las súper modelos de los noventa, como Christy Turlington, Naomi Campbell y Linda Evangelista. Admira a las modelos cuyos nombres eran conocidos por todo el mundo.
“Quiero ser como esas chicas”, dice. “No quiero ser etiquetada como una modelo transgénero… ¿Por qué tengo que estar aparte? Es la industria del modelaje; una sola industria”.