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Por Heather Kelly

(CNN) — La semana pasada, la estudiante de 19 años de la Universidad de California, Adeline Munguia, fue reportada como desaparecida después que dejara de responder los Snapchats y mensajes de texto de su compañera de habitación.

Finalmente se comprobó que Munguia estaba bien, ella solo había apagado su teléfono durante un rato, pero la expectativa de una comunicación constante e instantánea era tan normal en su círculo social que tomar un descanso fue impactante para sus amigos.

Hay un creciente movimiento que pretende conseguir que tomar dichos descansos sea una norma, no una rara excepción. El viernes marca el inicio de la quinta celebración anual del Día Nacional de la Desconexión anual, una iniciativa lanzada por el grupo no lucrativo Reboot para ayudar a la gente a tomar un descanso de sus estilos de vida “siempre conectados”.

A los participantes se les anima a guardar sus teléfonos, tabletas, ordenadores portátiles y otros artículos con conexión a Internet desde el atardecer del viernes hasta el atardecer del sábado para un día de descanso digital. En lugar de eso el tiempo podría ser usado para una reflexión tranquila, para estar en contacto con la naturaleza, con la familia o amigos, para enfocarse en un proyecto o incluso para conseguir un sueño nocturno extraño y sin interrupciones.

“Creo que la gente está abrumada. Está afectando físicamente a la gente”, dijo la administradora del programa de Reboot en San Francisco, Tanya Schevitz”. Si crees que tienes que responder a cualquier cosa todo el tiempo, esa es una expectativa poco realista”.

A los participantes se les motiva a firmar un compromiso en la página web del evento y publicar una foto de ellos diciendo por qué se desconectan. Algunos ejemplos recientes:

“…para enfocarme en los rostros que están frente a mí”.

“…para estar abierto a lo divino”.

“…para conectarme”.

El concepto se ha puesto de moda desde el primer día de desconexión en el 2010. Los organizadores han firmado un contrato con más de 200 grupos locales y nacionales como socios, incluyendo a Ad Council, Digital Detox y Google. Muchos estarán presentando sus propios eventos oficiales, como reuniones en persona y fiestas libres de teléfonos.

Sin la red de seguridad de un teléfono inteligente, los asistentes al evento probablemente trabajarán en habilidades sociales que están muriendo, como mantener el contacto visual, entablar pequeñas conversaciones y comunicarse verbalmente con más de 140 caracteres.

Aunque el feriado oficial solo dura 24 horas, la idea es crear más conciencia sobre cómo interactuamos con nuestros dispositivos y el impacto que esto tiene en nuestro trabajo, familia y salud mental. Así las personas pueden tomar medidas menores para encontrar un momento durante el día para estar libres de dispositivos y finalmente encontrar un equilibrio que funcione para ellos.

“Día a día, a lo largo de tu día, deberías estar pensando sobre los momentos para desconectarte”, dijo Schevitz.

La preocupación sobre nuestra dependencia de nuestros dispositivos electrónicos ha crecido en los últimos años conforme se ha tornado cada vez más difícil alejarse del mundo en línea. Los teléfonos suenan, parpadean y suplican nuestra atención con notificaciones de correo electrónico, notificaciones de texto, noticias de última hora o actualizaciones de los medios sociales. Incluso cuando un teléfono está en silencio, muchos de nosotros todavía lo tomamos de forma reflexiva para revisar las noticias y mensajes durante los períodos de descanso.

Los investigados todavía están estudiando el impacto que los teléfonos inteligentes y la tecnología móvil tienen en nuestras vidas. En el ámbito del trabajo, existe una evidencia cada vez mayor que realizar tareas múltiples es poco eficiente. El cerebro no se puede enfocar totalmente en una tarea cuando está saltando de un lado a otro constantemente para hacer tareas pequeñas.

En el hogar, la atención dividida puede tener un impacto negativo en las relaciones con los hijos y las parejas. Schevitz recientemente escuchó historias de primera mano de familias excesivamente conectadas cuando ella le habló a una clase de estudiantes de octavo grado sobre la desconexión. Los estudiantes compartieron historias de sus padres que trabajan a todas horas o que no los escuchaban porque estaban pegados a sus teléfonos inteligentes.

Se necesita fuerza de voluntad para alejarse de la tecnología. Schevitz tiene algunos consejos para las personas interesadas en reducir eso.

1. Reemplaza el teléfono de tu mesa de noche por un reloj despertador. De esa forma, no estarás revisando el dispositivo justo antes de ir a la cama ni será la primera cosa en la mañana. La estimulación e incluso la luz de la pantalla del teléfono inteligente pueden interrumpir el sueño.

2. Establece metas y programa momentos en los que creas que sería beneficioso estar sin teléfono. Asegúrate que algunos de esos momentos sean cuando estás solo, sin hacer nada en absoluto. La gente instintivamente toma sus teléfonos inteligentes cuando hay una pausa en una conversación o cuando están esperando en la fila. Mira a tu alrededor, observa a la gente, permanece solo contigo mismo y piensa en lo que podría estarte haciendo falta en esos momentos.

Los psicólogos han estado investigando algo que se llama la teoría de la atención-restauración. La idea es que la gente puede concentrarse mejor en las tareas después de tomar un descanso para disfrutar de la naturaleza y darle descanso a parte de su cerebro. Algo tan simple como salir a caminar o ver fotos de la naturaleza pueden restablecer la capacidad de atención de las personas y reducir el estrés.

3. Antes de salirte fuera de la red, asegúrate de informarle a la gente con anticipación. Como lo muestra el incidente de Munguia, hacerlo de golpe puede ser irritante cuando tus amigos o jefes esperan respuestas inmediatas a sus mensajes. Establece límites, como hacerle saber a tu lugar de trabajo que no revisarás el correo electrónico después de cierta hora, y respétalos.

Mientras más gente participa, menos inusual parecerá, de acuerdo a Schevitz.

“Lo que necesitamos hacer es restablecer las expectativas de la sociedad”, dijo ella.