Por Emma Lacey-Bordeaux y Melodi Smith, CNN
(CNN) – Mantecore ha muerto. El tigre blanco que tenía un papel en el acto de ilusionismo de Siegfried & Roy en Las Vegas, el cual se vio ensombrecido por un acto visceral de violencia, tenía 17 años.
El felino murió el 19 de marzo, escribió Siegfried Fischbacher en la página de Facebook del dúo este martes. Había estado viviendo en el Jardín Secreto y Hábitat de Delfines de Siegfried & Roy, en el hotel Mirage.
Mantecore había sido parte del espectáculo de Siegfried & Roy durante muchos años, cuando se abalanzó sobre el cuello de Roy Horn a mitad de una de las presentaciones, en un lleno total de octubre de 2003.
El problema comenzó, de acuerdo con una mujer que veía el espectáculo, cuando Horn tomó un micrófono y “comenzó a golpear al tigre en la cabeza”.
“Se veía como un muñeco de trapo”, dijo otro miembro de la audiencia a CNN en ese momento.
Entrenadores rápidamente corrieron al escenario tratando de dominar al tigre. Era el cumpleaños 59 de Horn. Al momento en que los trabajadores de emergencia llegaron, Horn había sufrido una pérdida masiva de sangre y se encontraba en estado crítico.
También sufrió un derrame cerebral y requirió dos cirugías.
Cuatro días después del ataque, Fischbacher defendió el comportamiento del tigre en el programa de CNN Larry King Live.
“Escucha, yo diría que fue un accidente”, dijo, y agregó que si Mantecore hubiera querido matar a su compañero “hubiera ocurrido en muy poco tiempo”.
Siegfried también dijo que la mordida de Mantecore al cuello de Horn era similar a lo que hace una madre felina con sus cachorros.
Horn sobrevivió al ataque, pero quedó parcialmente paralizado. Nunca regresó a la escena y rara vez aparece en público. El espectáculo también fue cancelado.
En su post sobre Mantecore, Fischbacher escribió acerca de la cercanía que sentía con el tigre.
Mantecore era uno de tres cachorros. La madre lo había descuidado a él. Por eso una vez Fischbacher tuvo que ir a la guarida del tigre y darle respiración boca a boca.
El joven cachorro entonces fue atendido por la madre de Fischbacher, que lo alimentaba cada tres horas.
“Adiós mi querido amigo”, escribió Fischbacher. “Sabes que tu imagen la guardo para siempre en mi corazón”.
Tina Burnside contribuyó a este reporte.